Una estatua a la memoria de Silva (inaugurada en 2018) se erige muy cerca de la estación de ferrocarril de Venado Tuerto.
Foto:Gentileza.
Hernán Alvarez
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Este enero de 2020 se cumplen 100 años de la muerte de Cayetano Silva. Él fue un músico uruguayo compositor en suelo santafesino de la famosa Marcha San Lorenzo. Una melodía que es simbólica para el ejército argentino, pero que trascendió nuestro país para hacerse famosa en el mundo entero. Los ejércitos alemanes, británicos y franceses la tocaron en alguna ocasión en el siglo XX. También se toca en la actualidad en el palacio de Buckingham en Londres.
Silva compuso la obra musical castrense en 1901 durante su estancia en la ciudad de Venado Tuerto. Ese hecho y otros más lo vinculan con la bota, pese a haber nacido en San Carlos, ciudad cercana a Punta del Este en el departamento Maldonado, Uruguay.
El músico nació en el país vecino el 7 de agosto de 1868 y falleció en Rosario el 12 de enero de 1920. “Algunos lo llaman mal Cayetano Alberto Silva, pero él era Cayetano Silva. Así nació. Era hijo de una mulata, una mujer de color. Vivía en la casa de los Silva, una familia prestigiosa de San Carlos, pero estuvo muy poco tiempo porque enseguida fue internado por el doctor Silva en un instituto militar”, comenta el historiador Roberto Landaburu. Allí brotaron sus condiciones como músico nato. En aquella institución llegó a dirigir la banda musical. “Cuando cumplió los 18 años pidió calle. Se fue a Brasil, después se vino a Argentina y se casó con una italiana. Imaginate lo que era en aquel entonces que un negro se casara con una italiana”, afirma Landaburu. Tuvo varios hijos con su mujer, pero conservó su carácter bohemio. Algo que lo llevó a encontrar la muerte con 51 años. “Era un bohemio, un hombre de la noche. Andaba de un lado para otro”, expresa Roberto.
“Cayetano Silva arribó a Venado contratado por la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos para enseñar italiano porque él era experto en ese idioma. Al educarse en un reformatorio uruguayo que tenían los militares donde aprendió el oficio de músico y de tipógrafo también, los maestros eran italianos. Él aprendió a dominar perfectamente bien el idioma italiano. Se dedicó a dar clases de música hasta que terminó componiendo en 1901 la Marcha San Lorenzo”, asevera el historiador.
Su estancia en Venado Tuerto fue breve aunque contó con la aparición fulgurante de una melodía que es una referencia mundial. “Estuvo dos o tres años. Él a fines de 1901, principios de 1902 se fue de Venado. Se fue a Rosario porque buscaba ser designado director de la banda de la Policía de Rosario. Se fue para allá con esa idea y con la marcha instrumental que había compuesto. Durante siete años fue instrumental, no tenía letra”, dice. Cayetano conoció a Pablo Riccheri, nacido en la ciudad de San Lorenzo, que era ex ministro de Guerra y un militar influyente de aquella época. La letra referida a la Batalla de San Lorenzo fue obra de Carlos Benielli. “Se estrenó la marcha en 1909 en Santa Fe, sonaba muy bien, gustaba mucho. A él le dieron una chapita de empleado de la Policía de Rosario que en realidad nunca le gustó”, revela Roberto.
Dos de sus hijos nacieron en Venado. “Él a pesar de ser de ideas masónicas, los bautizó porque era muy amigo del cura párroco de Venado Tuerto que era belga. Al cura le gustaba reunirse con Cayetano para hablar porque era un hombre de mucha lectura y para escuchar el violín que Cayetano ejecutaba muy bien. Era fenomenal. Si fuese hoy, sería considerado un hombre de un oído absoluto porque con el solo hecho de escuchar una canción la reproducía automáticamente en el pentagrama y la ejecutaba con instrumentos de viento o con el violín”, dice Landaburu con admiración.
Tras no lograr ser nombrado director de la banda policial en Rosario siguió su rumbo hacia Mendoza, San Juan y otros destinos. Regresó posteriormente a la provincia y murió en la Cuna de la Bandera en 1920. “Duraba poco en distintos empleos porque era una persona muy especial. Un hombre de la noche, bohemio, le daba muy poca importancia a la parte económica”, asevera.
Una estatua de dos metros de alto
Una estatua a la memoria de Silva (inaugurada en 2018) se erige muy cerca de la estación de ferrocarril de Venado Tuerto. “Ni la Nación, ni los Granaderos a Caballo, ni nadie le dio importancia (al músico). Fue la única estatua de cuerpo entero de él que se hizo en la provincia”, asegura Landaburu. El uruguayo se muestra sin sombrero y con un violín ya que “era el instrumento que él usaba para componer y para tocar”, expresa.
El historiador afirma que contrario a lo que se piensa habitualmente Cayetano era civil. “Cuando dirigía una banda militar se le daba el cargo de capitán como correspondía, pero él era civil”.
En la ciudad del departamento General López, hay un aprecio especial por el músico que residió allí. A tal punto que se creó la Asociación Amigos de la Casa Histórica Cayetano Silva. Ello también propició el hermanamiento de la localidad del sur provincial con la del este uruguayo. “Hay una calle en San Carlos que se llama Ciudad de Venado Tuerto. Su monumento en Venado está ubicado en el pasaje San Carlos. Es una forma en que ambas ciudades honran la figura de Cayetano Silva”, comenta Roberto. La entidad venadense impulsó el traslado de sus restos desde Rosario a Venado en 1997. Allá, en 1920, había sido sepultado sin nombre por su color de piel. La vivienda donde Silva vivió ubicada en calle Maipú 966 es la sede de la casa histórica y del museo basado en su obra.
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Este enero de 2020 se cumplen 100 años de la muerte de Cayetano Silva. Él fue un músico uruguayo compositor en suelo santafesino de la famosa Marcha San Lorenzo. Una melodía que es simbólica para el ejército argentino, pero que trascendió nuestro país para hacerse famosa en el mundo entero. Los ejércitos alemanes, británicos y franceses la tocaron en alguna ocasión en el siglo XX. También se toca en la actualidad en el palacio de Buckingham en Londres.
Silva compuso la obra musical castrense en 1901 durante su estancia en la ciudad de Venado Tuerto. Ese hecho y otros más lo vinculan con la bota, pese a haber nacido en San Carlos, ciudad cercana a Punta del Este en el departamento Maldonado, Uruguay.
El músico nació en el país vecino el 7 de agosto de 1868 y falleció en Rosario el 12 de enero de 1920. “Algunos lo llaman mal Cayetano Alberto Silva, pero él era Cayetano Silva. Así nació. Era hijo de una mulata, una mujer de color. Vivía en la casa de los Silva, una familia prestigiosa de San Carlos, pero estuvo muy poco tiempo porque enseguida fue internado por el doctor Silva en un instituto militar”, comenta el historiador Roberto Landaburu. Allí brotaron sus condiciones como músico nato. En aquella institución llegó a dirigir la banda musical. “Cuando cumplió los 18 años pidió calle. Se fue a Brasil, después se vino a Argentina y se casó con una italiana. Imaginate lo que era en aquel entonces que un negro se casara con una italiana”, afirma Landaburu. Tuvo varios hijos con su mujer, pero conservó su carácter bohemio. Algo que lo llevó a encontrar la muerte con 51 años. “Era un bohemio, un hombre de la noche. Andaba de un lado para otro”, expresa Roberto.
“Cayetano Silva arribó a Venado contratado por la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos para enseñar italiano porque él era experto en ese idioma. Al educarse en un reformatorio uruguayo que tenían los militares donde aprendió el oficio de músico y de tipógrafo también, los maestros eran italianos. Él aprendió a dominar perfectamente bien el idioma italiano. Se dedicó a dar clases de música hasta que terminó componiendo en 1901 la Marcha San Lorenzo”, asevera el historiador.
Su estancia en Venado Tuerto fue breve aunque contó con la aparición fulgurante de una melodía que es una referencia mundial. “Estuvo dos o tres años. Él a fines de 1901, principios de 1902 se fue de Venado. Se fue a Rosario porque buscaba ser designado director de la banda de la Policía de Rosario. Se fue para allá con esa idea y con la marcha instrumental que había compuesto. Durante siete años fue instrumental, no tenía letra”, dice. Cayetano conoció a Pablo Riccheri, nacido en la ciudad de San Lorenzo, que era ex ministro de Guerra y un militar influyente de aquella época. La letra referida a la Batalla de San Lorenzo fue obra de Carlos Benielli. “Se estrenó la marcha en 1909 en Santa Fe, sonaba muy bien, gustaba mucho. A él le dieron una chapita de empleado de la Policía de Rosario que en realidad nunca le gustó”, revela Roberto.
Dos de sus hijos nacieron en Venado. “Él a pesar de ser de ideas masónicas, los bautizó porque era muy amigo del cura párroco de Venado Tuerto que era belga. Al cura le gustaba reunirse con Cayetano para hablar porque era un hombre de mucha lectura y para escuchar el violín que Cayetano ejecutaba muy bien. Era fenomenal. Si fuese hoy, sería considerado un hombre de un oído absoluto porque con el solo hecho de escuchar una canción la reproducía automáticamente en el pentagrama y la ejecutaba con instrumentos de viento o con el violín”, dice Landaburu con admiración.
Tras no lograr ser nombrado director de la banda policial en Rosario siguió su rumbo hacia Mendoza, San Juan y otros destinos. Regresó posteriormente a la provincia y murió en la Cuna de la Bandera en 1920. “Duraba poco en distintos empleos porque era una persona muy especial. Un hombre de la noche, bohemio, le daba muy poca importancia a la parte económica”, asevera.
Una estatua de dos metros de alto
Una estatua a la memoria de Silva (inaugurada en 2018) se erige muy cerca de la estación de ferrocarril de Venado Tuerto. “Ni la Nación, ni los Granaderos a Caballo, ni nadie le dio importancia (al músico). Fue la única estatua de cuerpo entero de él que se hizo en la provincia”, asegura Landaburu. El uruguayo se muestra sin sombrero y con un violín ya que “era el instrumento que él usaba para componer y para tocar”, expresa.
El historiador afirma que contrario a lo que se piensa habitualmente Cayetano era civil. “Cuando dirigía una banda militar se le daba el cargo de capitán como correspondía, pero él era civil”.
En la ciudad del departamento General López, hay un aprecio especial por el músico que residió allí. A tal punto que se creó la Asociación Amigos de la Casa Histórica Cayetano Silva. Ello también propició el hermanamiento de la localidad del sur provincial con la del este uruguayo. “Hay una calle en San Carlos que se llama Ciudad de Venado Tuerto. Su monumento en Venado está ubicado en el pasaje San Carlos. Es una forma en que ambas ciudades honran la figura de Cayetano Silva”, comenta Roberto. La entidad venadense impulsó el traslado de sus restos desde Rosario a Venado en 1997. Allá, en 1920, había sido sepultado sin nombre por su color de piel. La vivienda donde Silva vivió ubicada en calle Maipú 966 es la sede de la casa histórica y del museo basado en su obra.
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