Analía junto a sus alumnos en el taller de títeres.
Foto:Gentileza Analía Koreikis
José Prinsich
[email protected]
Desde hace ocho años que los niños y niñas de la Escuela de Educación Integral N°30 “Dr. Augusto Vanerio” esperan con ansias la llegada de Analía Koreikis, quien con mucha predisposición, alegría y entusiasmo arriba a la institución para dar inicio el taller de títeres. Aunque no es a ella a quien esperan realmente sino lo que la narradora y titiritera de San José trae todas las clases: un bolso repleto de mundos, historias e imaginación.
En su interior se encuentran tres personajes emblemáticos: Pepo, Simón y Morena Patas Largas. Cada vez que los títeres aparecen en escena la magia renace en el lugar y da lugar a un sinfín de sentimientos entre los alumnos, cuyas edades oscilan entre los 6 y 16 años. Durante la jornada, los rostros se transforman de los pequeños se transforman por completo. La risa, la emoción y el diálogo permanente con los títeres son denominadores comunes todas las semanas.
Pero hay una razón justificada para que esto ocurra: los chicos provienen de contextos sociales vulnerables, donde el acceso a la cultura y el arte son muy limitados con barreras no sólo económicas sino también de inclusión. “Detectamos que muchos alumnos de la escuela no saben leer y tampoco les leen en sus entornos familiares o ámbitos cotidianos. Se estaban perdiendo de las historias y de imaginar a través de los cuentos”, dejó en claro Analía.
A partir de esa problemática nace el proyecto “Títeres que cuentan cuentos”, una iniciativa que pretende acercar la literatura infantil a los más pequeños empleando los títeres para narrar, compartir saberes y generar vínculos afectivos.
Reconocimiento a la trayectoria
El Premio VIVALECTURA nació en el 2007 con el objeto de estimular y fomentar la lectura y el papel que esta desempeña en la educación, así como rendir homenaje a buenas prácticas lectoras. La iniciativa es organizada por el Ministerio de Educación de la Nación y coordinada por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), con la cooperación de la Fundación Santillana.
En esta 14° edición participaron más de 600 trabajos de todo el país en las cuatro categorías existentes: escuela, sociedad, entornos digitales y lecturas entre docentes. En el rubro escuela, el proyecto “Títeres que cuentan cuentos” resultó merecedor de una mención especial no sólo por su trayectoria sino también la forma de transmitir la literatura a los entrerrianos. De los 15 proyectos ganadores, el de Analía fue el único distinguido de Entre Ríos.
“A veces es difícil sostener un proyecto durante tanto tiempo y que no caiga. En realidad, no tenía mucha esperanza de llegar a ganar porque me parecía súper difícil ya que es un concurso nacional e internacional. Este año participaron proyectos de República Dominicana. Por eso me pareció bastante inalcanzable pero, por otro lado, yo confiaba mucho en mi proyecto porque tiene tantos años encima y lo venimos realizando contra vientos y mareas. Me pareció bueno presentarlo porque fomenta la lectura desde todos los ángulos”, argumentó la integrante de la compañía “Cuesta Arriba”, en diálogo con Mirador Entre Ríos.
Asimismo, manifestó dijo que “cuando recibí el llamado de que había quedado seleccionada y que tenía una mención especial, la verdad que fue una sorpresa y una alegría. Es un reconocimiento a tantos años de apostar al proyecto. Estamos recontentos. La mención consiste en una colección de libros infantiles para la escuela. Siempre es bienvenido recibir nuevos libros y nuevos autores para trabajar”.
Manos a la obra
Los cuentos infantiles de la mano de los títeres se convirtieron en un gran disparador para trabajar diversas actitudes y comportamientos, muchas veces difíciles de abordar con otros recursos. La bibliografía utilizada para el taller es muy amplia y diversa, sin exceder los límites de la literatura infantil. Así aparecen autores como Gustavo Roldan, Silvia Schujer, María Elena Walsh, Javier Villafañe, Graciela Montes, Graciela Cabal, Ema Wolf, Beatriz Doumerc, David Mckee, Gracia Iglesias o Ana Meillan, sumado a los cuentos clásicos, leyendas y fabulas.
“Como es una escuela de modalidad integral adaptamos muchas veces los cuentos para que los puedan comprender todos. Yo trabajo con siete grupos y son todos muy diferentes, además teniendo en cuenta que la población a la que me dirijo tiene diversidad funcional (Síndrome de Down o de Asperger, autismo, TDA, TDAH, TGD, discapacidad visual, motriz o cognitiva)”, agregó.
En este sentido, una vez concluida la narración, los alumnos pasan de ser meros espectadores a convertirse en creadores de historias. Previamente destinan unos minutos para analizar los personajes que fueron aparecieron, describen sus conductas y recrean posibles desenlaces. Luego, son los mismos chicos los que le dan vida a los personajes a través de una dedicada y entretenida elaboración de nuevos títeres, los cuales son confeccionados con materiales reciclables. Acto seguido se llevan adelante juegos dramáticos para darle sentido a estas creaciones.
A su vez, Koreikis sostuvo que “esta dinámica se repite durante varios encuentros, hasta que logran adquirir algunas herramientas y fundamentalmente, confianza en ellos mismos”.
El paso siguiente consiste en encontrar un cuento que les guste y los motive a generar una obra. Una vez hallado, se realiza el proceso de adaptación al teatro de títeres, donde se tiene en cuenta el libreto teatral, se agregan o se suprimen personaje en base a la cantidad de participantes, se piensa la escenografía y la técnica de manipulación que más sirva para contar. Finalmente, se pone manos a la obra. Los alumnos ensayan y presentan su producción a otros grupos dentro de la escuela. Pero no todo queda ahí: la puesta en escena también se comparte con las familias y en eventos donde los invitan ya sea dentro de la localidad o el departamento.
Proyectos
Actualmente, junto a su compañero Walter Benítez, están trabajando en un video institucional para el Concejo Deliberante de San José. El mismo será utilizado en las visitas guiadas de las escuelas y recurrirán a los títeres para contar la historia.
A su vez, la entrerriana recibió una Beca Creación del Fondo Nacional de las artes para producir un nuevo espectáculo. “Para fin de año o principio del año que viene calculo que ya va a estar. Es una historia con teatro de títeres y kamishibai (teatro papel en japonés). Voy a contar la historia de la solapa, destacando quién era y porqué asustaba a los niños en Entre Ríos. Estoy contenta. Tengo la cabeza ocupada después de un parate absoluto como fue el año pasado. Queremos empezar a salir y se está empezando a abrir un poco el camino”, culminó.
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Desde hace ocho años que los niños y niñas de la Escuela de Educación Integral N°30 “Dr. Augusto Vanerio” esperan con ansias la llegada de Analía Koreikis, quien con mucha predisposición, alegría y entusiasmo arriba a la institución para dar inicio el taller de títeres. Aunque no es a ella a quien esperan realmente sino lo que la narradora y titiritera de San José trae todas las clases: un bolso repleto de mundos, historias e imaginación.
En su interior se encuentran tres personajes emblemáticos: Pepo, Simón y Morena Patas Largas. Cada vez que los títeres aparecen en escena la magia renace en el lugar y da lugar a un sinfín de sentimientos entre los alumnos, cuyas edades oscilan entre los 6 y 16 años. Durante la jornada, los rostros se transforman de los pequeños se transforman por completo. La risa, la emoción y el diálogo permanente con los títeres son denominadores comunes todas las semanas.
Pero hay una razón justificada para que esto ocurra: los chicos provienen de contextos sociales vulnerables, donde el acceso a la cultura y el arte son muy limitados con barreras no sólo económicas sino también de inclusión. “Detectamos que muchos alumnos de la escuela no saben leer y tampoco les leen en sus entornos familiares o ámbitos cotidianos. Se estaban perdiendo de las historias y de imaginar a través de los cuentos”, dejó en claro Analía.
A partir de esa problemática nace el proyecto “Títeres que cuentan cuentos”, una iniciativa que pretende acercar la literatura infantil a los más pequeños empleando los títeres para narrar, compartir saberes y generar vínculos afectivos.
Reconocimiento a la trayectoria
El Premio VIVALECTURA nació en el 2007 con el objeto de estimular y fomentar la lectura y el papel que esta desempeña en la educación, así como rendir homenaje a buenas prácticas lectoras. La iniciativa es organizada por el Ministerio de Educación de la Nación y coordinada por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), con la cooperación de la Fundación Santillana.
En esta 14° edición participaron más de 600 trabajos de todo el país en las cuatro categorías existentes: escuela, sociedad, entornos digitales y lecturas entre docentes. En el rubro escuela, el proyecto “Títeres que cuentan cuentos” resultó merecedor de una mención especial no sólo por su trayectoria sino también la forma de transmitir la literatura a los entrerrianos. De los 15 proyectos ganadores, el de Analía fue el único distinguido de Entre Ríos.
“A veces es difícil sostener un proyecto durante tanto tiempo y que no caiga. En realidad, no tenía mucha esperanza de llegar a ganar porque me parecía súper difícil ya que es un concurso nacional e internacional. Este año participaron proyectos de República Dominicana. Por eso me pareció bastante inalcanzable pero, por otro lado, yo confiaba mucho en mi proyecto porque tiene tantos años encima y lo venimos realizando contra vientos y mareas. Me pareció bueno presentarlo porque fomenta la lectura desde todos los ángulos”, argumentó la integrante de la compañía “Cuesta Arriba”, en diálogo con Mirador Entre Ríos.
Asimismo, manifestó dijo que “cuando recibí el llamado de que había quedado seleccionada y que tenía una mención especial, la verdad que fue una sorpresa y una alegría. Es un reconocimiento a tantos años de apostar al proyecto. Estamos recontentos. La mención consiste en una colección de libros infantiles para la escuela. Siempre es bienvenido recibir nuevos libros y nuevos autores para trabajar”.
Manos a la obra
Los cuentos infantiles de la mano de los títeres se convirtieron en un gran disparador para trabajar diversas actitudes y comportamientos, muchas veces difíciles de abordar con otros recursos. La bibliografía utilizada para el taller es muy amplia y diversa, sin exceder los límites de la literatura infantil. Así aparecen autores como Gustavo Roldan, Silvia Schujer, María Elena Walsh, Javier Villafañe, Graciela Montes, Graciela Cabal, Ema Wolf, Beatriz Doumerc, David Mckee, Gracia Iglesias o Ana Meillan, sumado a los cuentos clásicos, leyendas y fabulas.
“Como es una escuela de modalidad integral adaptamos muchas veces los cuentos para que los puedan comprender todos. Yo trabajo con siete grupos y son todos muy diferentes, además teniendo en cuenta que la población a la que me dirijo tiene diversidad funcional (Síndrome de Down o de Asperger, autismo, TDA, TDAH, TGD, discapacidad visual, motriz o cognitiva)”, agregó.
En este sentido, una vez concluida la narración, los alumnos pasan de ser meros espectadores a convertirse en creadores de historias. Previamente destinan unos minutos para analizar los personajes que fueron aparecieron, describen sus conductas y recrean posibles desenlaces. Luego, son los mismos chicos los que le dan vida a los personajes a través de una dedicada y entretenida elaboración de nuevos títeres, los cuales son confeccionados con materiales reciclables. Acto seguido se llevan adelante juegos dramáticos para darle sentido a estas creaciones.
A su vez, Koreikis sostuvo que “esta dinámica se repite durante varios encuentros, hasta que logran adquirir algunas herramientas y fundamentalmente, confianza en ellos mismos”.
El paso siguiente consiste en encontrar un cuento que les guste y los motive a generar una obra. Una vez hallado, se realiza el proceso de adaptación al teatro de títeres, donde se tiene en cuenta el libreto teatral, se agregan o se suprimen personaje en base a la cantidad de participantes, se piensa la escenografía y la técnica de manipulación que más sirva para contar. Finalmente, se pone manos a la obra. Los alumnos ensayan y presentan su producción a otros grupos dentro de la escuela. Pero no todo queda ahí: la puesta en escena también se comparte con las familias y en eventos donde los invitan ya sea dentro de la localidad o el departamento.
Proyectos
Actualmente, junto a su compañero Walter Benítez, están trabajando en un video institucional para el Concejo Deliberante de San José. El mismo será utilizado en las visitas guiadas de las escuelas y recurrirán a los títeres para contar la historia.
A su vez, la entrerriana recibió una Beca Creación del Fondo Nacional de las artes para producir un nuevo espectáculo. “Para fin de año o principio del año que viene calculo que ya va a estar. Es una historia con teatro de títeres y kamishibai (teatro papel en japonés). Voy a contar la historia de la solapa, destacando quién era y porqué asustaba a los niños en Entre Ríos. Estoy contenta. Tengo la cabeza ocupada después de un parate absoluto como fue el año pasado. Queremos empezar a salir y se está empezando a abrir un poco el camino”, culminó.
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