Foto:Facebook.
Hagar Blau Makaroff
La propuesta nació en La Palabra Colectiva, agrupación que nuclea a feminismos y disidencias en la escritura local, y desde este sábado se podrán donar libros, llevándolos a la librería Oliva, de calle Entre Ríos 579, durante toda la semana entrante en su horario comercial.
Esta colecta buscará “a través del lenguaje, aunque sea por fragmentos, por partecitas de un libro, que las mujeres tras las rejas puedan ir accediendo a otros mundos, los imaginados, en los que suceden otras cosas, donde el lenguaje es distinto, y también, por momentos, pueden toparse con la belleza, y su infierno merma”, precisó Gloria, una de las impulsoras de la movida, en diálogo con Mirador Provincial.
Hay más de 180 internas en la cárcel de mujeres de Rosario, y la cárcel tiene una biblioteca que necesita más libros. En junio pasado, un brote de covid 19 enfermó a 30 internas, una de ellas falleció, y la situación de por sí muy dolorosa se agravó. En esa
oportunidad la defensora general de Santa Fe, Jaquelina Balangione, además de pedir al Ministerio de Salud provincial que las mujeres sean incluidas en la campaña de vacunación informó que “hay un pabellón de madres que conviven con 12 niños de cero a cuatro años”.
La idea entonces con la colecta de La Palabra Colectiva es sumar libros para las mujeres y los niños que viven junto a sus madres, y juntar libros para que crezca su biblioteca. Desde este movimiento pidieron a quienes son autores de libros y deseen aportar uno de sus libros, “y que también aporten otro libro de un autor que admiren”, ya que “la mezcla de autores, los libros para chicos, los distintos títulos, todos los libros que se sumen no van a reponer las palabras que faltan para sobrellevar ese tipo de aislamiento, pero la intención es repetir la acción del ‘libro abierto’ en otro ámbito, en uno como la Unidad 5, para que sea leído y que con su contenido y su impronta, el libro se juegue su destino”.
Sobre cómo surgió la propuesta de esta campaña particular Gloria recordó: “En La Palabra Colectiva había un grupo de lecturas feministas, en una convocatoria abierta con muchas escritoras. Se sumó Graciela Zulema Rojas, que había trabajado en la cárcel de mujeres con talleres y con la organización llamada Mujeres Tras las Rejas. En paralelo supimos que se armó una biblioteca en una cárcel de Buenos Aires, y a partir de eso lo comenté en el grupo, y entonces Graciela contó que en la cárcel de mujeres de Rosario hay una biblioteca, pero que es de muy difícil acceso, los libros no llegaban fácilmente. Entonces nos pidió que cuando reuniéramos los libros, se los acercáramos a ella para que lo acerque a las mujeres privadas de su libertad”. Entonces La Palabra se puso en acción, y con la librería Oliva como eslabón de recepciones en el centro rosarino, la campaña fue lanzada.
Gloria recordó que el lazo con las mujeres en situación de encierro es primigenia en esta agrupación feminista y diversa de escritura: “Cuando empezó esta colectiva hicimos un collage de textos, y también participaron las mujeres de la cárcel. El primer texto fue de Angélica Gorodischer”.
La propuesta nació en La Palabra Colectiva, agrupación que nuclea a feminismos y disidencias en la escritura local, y desde este sábado se podrán donar libros, llevándolos a la librería Oliva, de calle Entre Ríos 579, durante toda la semana entrante en su horario comercial.
Esta colecta buscará “a través del lenguaje, aunque sea por fragmentos, por partecitas de un libro, que las mujeres tras las rejas puedan ir accediendo a otros mundos, los imaginados, en los que suceden otras cosas, donde el lenguaje es distinto, y también, por momentos, pueden toparse con la belleza, y su infierno merma”, precisó Gloria, una de las impulsoras de la movida, en diálogo con Mirador Provincial.
Hay más de 180 internas en la cárcel de mujeres de Rosario, y la cárcel tiene una biblioteca que necesita más libros. En junio pasado, un brote de covid 19 enfermó a 30 internas, una de ellas falleció, y la situación de por sí muy dolorosa se agravó. En esa
oportunidad la defensora general de Santa Fe, Jaquelina Balangione, además de pedir al Ministerio de Salud provincial que las mujeres sean incluidas en la campaña de vacunación informó que “hay un pabellón de madres que conviven con 12 niños de cero a cuatro años”.
La idea entonces con la colecta de La Palabra Colectiva es sumar libros para las mujeres y los niños que viven junto a sus madres, y juntar libros para que crezca su biblioteca. Desde este movimiento pidieron a quienes son autores de libros y deseen aportar uno de sus libros, “y que también aporten otro libro de un autor que admiren”, ya que “la mezcla de autores, los libros para chicos, los distintos títulos, todos los libros que se sumen no van a reponer las palabras que faltan para sobrellevar ese tipo de aislamiento, pero la intención es repetir la acción del ‘libro abierto’ en otro ámbito, en uno como la Unidad 5, para que sea leído y que con su contenido y su impronta, el libro se juegue su destino”.
Sobre cómo surgió la propuesta de esta campaña particular Gloria recordó: “En La Palabra Colectiva había un grupo de lecturas feministas, en una convocatoria abierta con muchas escritoras. Se sumó Graciela Zulema Rojas, que había trabajado en la cárcel de mujeres con talleres y con la organización llamada Mujeres Tras las Rejas. En paralelo supimos que se armó una biblioteca en una cárcel de Buenos Aires, y a partir de eso lo comenté en el grupo, y entonces Graciela contó que en la cárcel de mujeres de Rosario hay una biblioteca, pero que es de muy difícil acceso, los libros no llegaban fácilmente. Entonces nos pidió que cuando reuniéramos los libros, se los acercáramos a ella para que lo acerque a las mujeres privadas de su libertad”. Entonces La Palabra se puso en acción, y con la librería Oliva como eslabón de recepciones en el centro rosarino, la campaña fue lanzada.
Gloria recordó que el lazo con las mujeres en situación de encierro es primigenia en esta agrupación feminista y diversa de escritura: “Cuando empezó esta colectiva hicimos un collage de textos, y también participaron las mujeres de la cárcel. El primer texto fue de Angélica Gorodischer”.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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