Gisela Mesa [email protected]


“Manu” Martínez la hija del reconocido músico Andrés Ciro, vuelve otra vez a Rosario con su show propio. La joven cantautora estará presentándose esta noche en Casa Brava para deleitarnos con su música. En dialogo con Mirador Provincial, Manu desmenuza su vida personal y profesional.

-Si bien tenés un apellido ilustre y reconocido en el mundo de la música, ¿cuándo empezaste a interesarte por el mundo de la música?
-Empecé a interesarme por la música cuando tenía más o menos 10 años, que aprendí unos acordes en la guitarra. Mi papá me ofreció tocar en su disco, en el tema Vas a bailar, y yo me re copé y luego me invitó a tocar en su show, y en ese momento me di cuenta que quería ser cantante, no guitarrista. Debo reconocer que me cuesta bastante. Uso la guitarra para componer.

El rol de la mujer en la música
-La industria de la música suele ser difícil, y más para las mujeres, ¿Qué pensas de esta ola que se está gestando de cantantes femeninas que están logrando que se les escuche su música?
-Me parece que está buenísimo que la mujer hoy pueda estar adelante en el escenario y cumpliendo otro rol, que capaz antes no se veía mucho, o sea yo recuerdo de chica, de no ver muchas cantantes argentina en los escenarios, si fui muy fanática de Norah Jones, Katy Perry, pero son mujeres del extranjero, me parece un gran avance que haya mujeres cantantes, bandas de mujeres que sean conocidas, es un gran empoderamiento.

-¿Cómo es el proceso de las letras?
-Suelo arrancar haciendo la música, las canciones con la guitarra, buscar acordes que me gustan, y depende del estado de ánimo que me encuentre, también depende de los acordes. Si es una melodía triste o alegre. Suelo hacer la letra en el momento que hago los acordes.

-Se dice que el público rosarino es exigente, ¿creés que somos así?
-Para mí hasta ahora el público rosarino es el mejor. No es porque esté en Rosario y esté por tocar en Casa Brava, sino porque la última vez que vine el público invadió la sala, se sabían las letras. No creo que la palabra sea exigente. Para mí, son un público muy alegre.

-¿Cómo afectó esta pandemia a nivel personal y laboral en vos?
-Yo tuve la suerte de estar muy entretenida con la facultad, por eso no me volví loca. Tenía que estudiar, pero a mí no me afectó tanto. Durante la pandemia aprendí muchas cosas y me ayudó a tener tiempo para escribir y componer.

Influencias musicales
-¿Cuál fue la influencia musical más fuerte que tuviste en tu infancia?
-Creo que la gran influencia musical que tuve en mi infancia fue mi mamá, pero también mi viejo. La realidad es que yo iba a muchos shows de Los Piojos, sin embargo considero que la influencia que más tuve fue de mi madre. La veía tocando la guitarra, componiendo y me generaba muchas cosas. Empecé a componer a los 12 años con mi madre, así que resumiendo ella es mi influencia.

Desamores
-¿El desamor es el motor ideal para la creación de temas?
-Para mí el desamor ayuda muchísimo. A mí me ayuda particularmente. Cuando estoy muy bien en mi vida, me cuesta un poco hacer canciones. Cuando estoy triste, tengo muchos sentimientos encontrados y una está como por explotar. Te salen un montón de palabras, sobre todo si es de noche. A mí personalmente me ayuda el desamor. También está bueno hacer letras que no sean tristes.

-¿Te acordás de la primera vez que tocaste la guitarra?
-Me acuerdo cuando mi papá me regaló una guitarra eléctrica, tenía más o menos 8 años. Y no sabía tocar ni un acorde. Me encantaba la guitarra eléctrica, pero no sabía tocar nada. Y al tiempo arranqué con un profe de guitarra y me fue muy mal. Yo tenía muy poca paciencia. Así que me enseñó cuatro acordes y dejé. Y ni siquiera me salían esos acordes. Después a los 10 años le dije a mi papá si me enseñaba esos acordes de vuelta, me los enseñó, estuve practicando y a partir de ahí empecé a tocar. Después iba probando con los dedos para ver cómo sonaban, fui experimentando y aprendiendo, pero al principio no quería saber nada con la guitarra. Me cansó, me frustró. No paraba de llorar, me acuerdo. Y la cejilla me salió recién a los 12 años y me acuerdo que aprendí la cejilla y al toque hice “Fotos del ayer” que fue el primer tema que hice.

-Hablame de “Diecinueve” y de tu pronta llegada a Rosario.
-“Diecinueve” es un disco que empecé a crear a los 12 años con el tema “Fotos del ayer” y terminé de hacerlo a los 19 años. El último que hice, que entró en el disco fue “Entre ríos” y para mí siempre va a ser el disco más especial de mi carrera. No sé cuántos discos sacaré, pero es un disco muy especial porque atravesó toda mi adolescencia y en ese disco hay letras que para mí significan mucho. Para mí la música es algo muy especial. El cuaderno en el que escribía las letras, capaz lo usaba como diario íntimo y como era muy callada durante mi adolescencia, expresaba todo lo que sentía y todas las angustias haciendo canciones. Entonces para mí no es un disco más, ni ahí, y es muy importante y creo que siempre va a ser así. Y me gusta porque “Verano” habla sobre mi infancia y sobre mi mamá y “secretos” trata sobre una pelea que tuve con una amiga y sobre broncas que empecé a tener cuando se terminó el colegio, arranqué la facultad y empecé a conocer a otra gente. “Pie descalzo” habla sobre la desigualdad que hay y de cómo empecé a verlo sobre todo cuando fui a la universidad y viajaba todos los días, estaba todos los días en Capital y veía la cantidad de nenes pidiendo plata o comida, lo vivía todos los días, antes no. Entonces me parece que está bueno porque aprendí mucho con este disco que es muy especial y que siempre lo voy a querer mucho.

Como dije antes, la gente de Rosario es muy buena onda, son muy buena onda. Las veces que vine, varios rosarinos y rosarinas me invitan a tomar helado, porque saben que soy fan. Así que, casi que somos amigos digamos (risas). Tenía muchas de ganas de venir para acá. Tenía muchas ganas de tocar en Casa Brava porque la pasamos muy bien y se escucha muy bien en el lugar, pero más que nada por el público, por la buena onda que hay.

-Hoy por hoy, ¿qué cosas te emocionan?
-Con respecto a lo musical hacer un tema siempre me emociona. Sobre todo si es letra que me gusta mucho, la música me emociona de una manera increíble. No sé. Hay melodías que me ponen la piel de gallina o me hacen llorar. No sé por qué. No temas propios, sino ajenos. Lo mismo me pasa con temas propios cuando los hago. Capaz escribo algo que siento que es muy personal y como que lo supe encajar muy bien con la música y eso a veces me emociona. Y con respecto a lo que no tiene que ver con lo musical, me emociona mucho mi sobrina Elena que está creciendo y no está viviendo en Argentina y cuando la veo tan grande y que aprendió cosas nuevas, me emociona mucho, creo que esas son las cosas que en este momento me enaltecen el corazón.