"La naturaleza está a un par de cuadras de distancia, y esos sonidos están impresos en mí como también los silencios", expresa Leandro Ba. Foto: Gentileza.
Gisela Mesa [email protected]
Sonrisa contagiosa, naturaleza bien expuesta en el disco, Leandro Ba es ese músico que cuando lo escuchás te traslada a una dimensión interesante y cómoda. En plena pandemia, la música es lo urgente que la sociedad necesita para fortalecerse. Mirador Provincial dialogó con Leandro, para conocer sus inicios y de su infancia.
-¿Qué quieres ser de grande? Es la pregunta que se queda en nuestra mente cuando somos niños, entonces me animo a adentrarme en tu infancia y consultarte ¿Qué te gustaba de pequeño?
-De pequeño me gustaba mucho jugar a la pelota a paleta (pelota vasca). Pensaba solo en eso. Luego, en ese borde entre infancia y adolescencia empecé a escuchar música a través de mi hermana, y lo mismo sucedía con un amigo muy querido que tenía un kiosco de revistas y libros, ahí llegaba música y me acerqué a ella. Con él y otros amigos hicimos luego una banda de música y desde ese momento todos los sueños fueron musicales.
-¿Cómo es el barrio que te vio crecer?
-Un barrio de casas bajas, en un pueblo muy tranquilo, en donde se sabe quien vive en cada casa y a qué se dedica. Los niños juegan en la calle, la gente saca las sillas a la vereda y mira que es lo que pasa. La naturaleza está a un par de cuadras de distancia, y esos sonidos están impresos en mí como también los silencios.
-¿Le das importancia a lo esotérico, a lo místico?
-No demasiado en lo cotidiano, pienso que no. Pero en algunos casos que sé que ya sé que hice todo lo que tenía que hacer y la situación no fluye y más bien sucede todo lo contrario, sí, empiezo a mirar hacia arriba y conectarme con ese universo.
-La elección del tipo de música tiene que ver con cómo está uno, según el estado de ánimo. ¿Cuál es la lista de canciones que tiene Leandro Ba en su mente?
-Sana sana (Nathy Peluso), Confesión del Viento (Liliana Herrero), Promesas sobre el Bidet (Charly García), La Arenosa (Mercedes Sosa), Gold (Chet Faker), Cantata de puentes amarillos (Pescado Rabioso), Vivo (Gustavo Cerati), Cadáver Exquisito (Fito Paez), Sem Cais (Caetano Veloso), La Viajerita (Atahualpa Yupanqui), How Long (Lisandro Aristimuño).
Inicios
-¿Cómo comenzaste en el mundo de la música?
-Cuando era chico había un piano en la casa de mis padres. Mi mamá era profesora de piano, y aunque tocaba muy poco, cuando sucedía era un pequeño festín. Luego, en la adolescencia con amigos de la secundaria formamos una banda, se llamaba "La rock-a". Esa fue la gran experiencia iniciática y rústica a la vez porque teníamos muy poca información de cómo construir sonoridades. Fue un aprendizaje enorme y una manera de comenzar en el mundo de la música.
-UNE, tu primer proyecto solista. ¿Cómo fue el proceso de creación y qué sentís al lanzarte solo artísticamente?
-Las canciones las hice con la guitarra criolla. Luego me ayudaron a arreglarlas con sus aportes, Alejandro Goldenber y Lucho Sellan, eso fue en una primera etapa, luego las canciones adquirieron forma y arreglos definidos. Luego fui en búsqueda de una sonoridad de banda, en este momento aparece Arian Frank en la producción musical del EP, y al ritmo de una vez por semana, durante unas 5 o 6 semanas trabajamos en la definición de maquetas. Luego formamos la banda y las grabamos y todos aportaron su talento y afecto, y a eso se suma el placer enorme de trabajar con amigos.
-Una particularidad encontramos en tu historia y es que sos kinesiólogo, y en esta pandemia estuviste de lleno trabajando en el sector de kinesiología respiratoria debido al covid-19. ¿Sentiste miedo en algún momento?
-Tuvimos muchísimo miedo y estrés en el ambiente desde el comienzo. Las medidas para preparar el sistema de salud prolongaron la llegada de los primeros casos, de manera que esa etapa inicial fue muy valiosa para prepararnos, pero estuvimos llenos de fantasmas. Me sume a un segundo equipo de trabajo a modo de no quedarme quieto. Tuve miedo de contagiarme y sobre todo por contagiar a otros. Moverme, trabajar y estar en los equipos de trabajo fue en mi caso, la principal vía de drenaje, y además allí mismo se convertía en ayuda efectiva y real hacia otros
-¿La pandemia sirvió como inspiración para UNE?
-La mayoría de las canciones estaban hechas previamente a la pandemia, y tuve poco espacio para reflexionar musicalmente. Aún estoy procesando lo intensamente vivido en esta época y será material para lo que viene.
El Estado y la cultura
-¿Cómo ves la situación general de los artistas y el rol del Estado en este contexto donde lo primero que frenó fue la actividad musical?
-En la pandemia quedó en evidencia la precarización de los trabajadores de la cultura ya que no hubo medidas extensivas desde el Estado que puedan ayudar a sostener económicamente a las personas que se dedican exclusivamente a esta actividad.
Referencias musicales
-¿Quiénes son tus referentes musicales?
-Atahualpa Yupanqui, Fito Páez, Luis Alberto Spinetta, Gustavo Cerati, Liliana Herrero, Mercedes Sosa, Caetano Veloso, Gilberto Gil.
-Se dice que las canciones son como cartas para que cada uno las interprete a su modo. ¿Coincidís en esto?
-Coincido plenamente porque las interpretaciones son una nueva oportunidad de decir, y a su vez, de escuchar. Una interpretación hace descubrir y redescubrir, enamorarse nuevamente de la canción o del/la artista. Entonces se deben tomar los riesgos que se crean convenientes al explorar los límites de las formas y jugar con las propias cartas.
La industria musical
-La industria de la música tiene su lado bueno y lado malo, la exposición mediática, el manejo de las redes. ¿Cómo lo balanceás?
-Es más democrático que cada artista tenga la posibilidad de comunicar y difundir su obra. Esta igualdad puede no traducirse al mainstream o centro de la escena que sería la aspiración de los artistas de vivir de su arte. Pero en términos muy generales es positivo porque poder comunicar lo propio es muy potente.
Lo que se viene
-¿Algún proyecto que nos puedas adelantar?
-Aún no tengo una fecha de show en vivo pero ya comencé con los ensayos, los comunicaré oportunamente para que puedan sumarse y acompañarnos. Y por otra parte, comencé a ordenar canciones nuevas para un futuro álbum.
"En la pandemia quedó en evidencia la precarización de los trabajadores de la cultura ya que no hubo medidas extensivas desde el Estado que puedan ayudar a sostener económicamente a las personas que se dedican exclusivamente a esta actividad".
Sonrisa contagiosa, naturaleza bien expuesta en el disco, Leandro Ba es ese músico que cuando lo escuchás te traslada a una dimensión interesante y cómoda. En plena pandemia, la música es lo urgente que la sociedad necesita para fortalecerse. Mirador Provincial dialogó con Leandro, para conocer sus inicios y de su infancia.
-¿Qué quieres ser de grande? Es la pregunta que se queda en nuestra mente cuando somos niños, entonces me animo a adentrarme en tu infancia y consultarte ¿Qué te gustaba de pequeño?
-De pequeño me gustaba mucho jugar a la pelota a paleta (pelota vasca). Pensaba solo en eso. Luego, en ese borde entre infancia y adolescencia empecé a escuchar música a través de mi hermana, y lo mismo sucedía con un amigo muy querido que tenía un kiosco de revistas y libros, ahí llegaba música y me acerqué a ella. Con él y otros amigos hicimos luego una banda de música y desde ese momento todos los sueños fueron musicales.
-¿Cómo es el barrio que te vio crecer?
-Un barrio de casas bajas, en un pueblo muy tranquilo, en donde se sabe quien vive en cada casa y a qué se dedica. Los niños juegan en la calle, la gente saca las sillas a la vereda y mira que es lo que pasa. La naturaleza está a un par de cuadras de distancia, y esos sonidos están impresos en mí como también los silencios.
-¿Le das importancia a lo esotérico, a lo místico?
-No demasiado en lo cotidiano, pienso que no. Pero en algunos casos que sé que ya sé que hice todo lo que tenía que hacer y la situación no fluye y más bien sucede todo lo contrario, sí, empiezo a mirar hacia arriba y conectarme con ese universo.
-La elección del tipo de música tiene que ver con cómo está uno, según el estado de ánimo. ¿Cuál es la lista de canciones que tiene Leandro Ba en su mente?
-Sana sana (Nathy Peluso), Confesión del Viento (Liliana Herrero), Promesas sobre el Bidet (Charly García), La Arenosa (Mercedes Sosa), Gold (Chet Faker), Cantata de puentes amarillos (Pescado Rabioso), Vivo (Gustavo Cerati), Cadáver Exquisito (Fito Paez), Sem Cais (Caetano Veloso), La Viajerita (Atahualpa Yupanqui), How Long (Lisandro Aristimuño).
Inicios
-¿Cómo comenzaste en el mundo de la música?
-Cuando era chico había un piano en la casa de mis padres. Mi mamá era profesora de piano, y aunque tocaba muy poco, cuando sucedía era un pequeño festín. Luego, en la adolescencia con amigos de la secundaria formamos una banda, se llamaba "La rock-a". Esa fue la gran experiencia iniciática y rústica a la vez porque teníamos muy poca información de cómo construir sonoridades. Fue un aprendizaje enorme y una manera de comenzar en el mundo de la música.
-UNE, tu primer proyecto solista. ¿Cómo fue el proceso de creación y qué sentís al lanzarte solo artísticamente?
-Las canciones las hice con la guitarra criolla. Luego me ayudaron a arreglarlas con sus aportes, Alejandro Goldenber y Lucho Sellan, eso fue en una primera etapa, luego las canciones adquirieron forma y arreglos definidos. Luego fui en búsqueda de una sonoridad de banda, en este momento aparece Arian Frank en la producción musical del EP, y al ritmo de una vez por semana, durante unas 5 o 6 semanas trabajamos en la definición de maquetas. Luego formamos la banda y las grabamos y todos aportaron su talento y afecto, y a eso se suma el placer enorme de trabajar con amigos.
-Una particularidad encontramos en tu historia y es que sos kinesiólogo, y en esta pandemia estuviste de lleno trabajando en el sector de kinesiología respiratoria debido al covid-19. ¿Sentiste miedo en algún momento?
-Tuvimos muchísimo miedo y estrés en el ambiente desde el comienzo. Las medidas para preparar el sistema de salud prolongaron la llegada de los primeros casos, de manera que esa etapa inicial fue muy valiosa para prepararnos, pero estuvimos llenos de fantasmas. Me sume a un segundo equipo de trabajo a modo de no quedarme quieto. Tuve miedo de contagiarme y sobre todo por contagiar a otros. Moverme, trabajar y estar en los equipos de trabajo fue en mi caso, la principal vía de drenaje, y además allí mismo se convertía en ayuda efectiva y real hacia otros
-¿La pandemia sirvió como inspiración para UNE?
-La mayoría de las canciones estaban hechas previamente a la pandemia, y tuve poco espacio para reflexionar musicalmente. Aún estoy procesando lo intensamente vivido en esta época y será material para lo que viene.
El Estado y la cultura
-¿Cómo ves la situación general de los artistas y el rol del Estado en este contexto donde lo primero que frenó fue la actividad musical?
-En la pandemia quedó en evidencia la precarización de los trabajadores de la cultura ya que no hubo medidas extensivas desde el Estado que puedan ayudar a sostener económicamente a las personas que se dedican exclusivamente a esta actividad.
Referencias musicales
-¿Quiénes son tus referentes musicales?
-Atahualpa Yupanqui, Fito Páez, Luis Alberto Spinetta, Gustavo Cerati, Liliana Herrero, Mercedes Sosa, Caetano Veloso, Gilberto Gil.
-Se dice que las canciones son como cartas para que cada uno las interprete a su modo. ¿Coincidís en esto?
-Coincido plenamente porque las interpretaciones son una nueva oportunidad de decir, y a su vez, de escuchar. Una interpretación hace descubrir y redescubrir, enamorarse nuevamente de la canción o del/la artista. Entonces se deben tomar los riesgos que se crean convenientes al explorar los límites de las formas y jugar con las propias cartas.
La industria musical
-La industria de la música tiene su lado bueno y lado malo, la exposición mediática, el manejo de las redes. ¿Cómo lo balanceás?
-Es más democrático que cada artista tenga la posibilidad de comunicar y difundir su obra. Esta igualdad puede no traducirse al mainstream o centro de la escena que sería la aspiración de los artistas de vivir de su arte. Pero en términos muy generales es positivo porque poder comunicar lo propio es muy potente.
Lo que se viene
-¿Algún proyecto que nos puedas adelantar?
-Aún no tengo una fecha de show en vivo pero ya comencé con los ensayos, los comunicaré oportunamente para que puedan sumarse y acompañarnos. Y por otra parte, comencé a ordenar canciones nuevas para un futuro álbum.
"En la pandemia quedó en evidencia la precarización de los trabajadores de la cultura ya que no hubo medidas extensivas desde el Estado que puedan ayudar a sostener económicamente a las personas que se dedican exclusivamente a esta actividad".
Además tenés que saber:
+ Noticias
La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
Dejanos tu Comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
En Portada / Santa Fe
En Portada / Entre Ríos