Pro Música está considerado como una de las agrupaciones pioneras en Argentina y Sudamérica en la interpretación de música antigua. Foto: Gentileza.
Lucía Dozo
Recreando el pasado a través de lo sonoro nació en Rosario el conjunto Pro Música, constituido como una asociación civil cuya finalidad fundamental es la difusión de la música de la Edad Media, del Renacimiento y del Barroco. Fue fundado por Cristián Hernández Larguía en 1962. En los primeros años, centró la actividad en la formación especializada y en la consolidación de un ensamble vocal e instrumental dedicado exclusivamente a la música antigua. A partir de 2016 y a raíz del fallecimiento de Hernández Larguía, se hizo cargo de la dirección general artística el maestro Manuel Marina, ganador del concurso de antecedentes y oposición organizado por el conjunto.
Pro Música está considerado como una de las agrupaciones pioneras en Argentina y Sudamérica en la interpretación de música antigua, es decir, del repertorio medieval, renacentista y barroco, incluyendo el barroco americano, mediante el uso de réplicas de instrumentos musicales de época, con familias de flautas dulces, cromornos y violas, órgano real positivo, espineta, cordófonos e idiófonos de distinto origen. Los instrumentos son ejecutados por los mismos coreutas, que alternan sus funciones. También es relevante su producción musical dedicada a los niños, interpretada con la misma calidad técnica y expresiva que dedican a la música académica.
Este enero, el grupo fue ganador del Festival Internacional de Villancicos de la República de Moldavia (Europa Oriental), imponiéndose en la categoría “Coro mixto” (es decir, con voces femeninas y masculinas) por su participación con el villancico “Ya viene la vieja”. Tras la imposibilidad de realizar el tradicional concierto navideño en forma presencial por la pandemia, se decidió hacer una grabación en el teatro de la Fundación Astengo de Rosario, transmitido por el canal Metro, con grupos de 15 personas. Luego se tomó la decisión de enviar una al festival de Moldavia, del cual formaron parte unos 30 coros y ensambles de todo el mundo que demostraron un alto nivel musical, y allí la agrupación rosarina obtuvo el premio.
El Coro Estable de Rosario
Cristián Hernández Larguía (1921-2016) fue un referente indiscutible de la dirección coral en Latinoamérica y está considerado entre los precursores de la difusión de la música antigua en Argentina. Su trayectoria está ligada a Pro Música y también al Coro Estable de Rosario, agrupación coral vocacional fundada en 1942. Su primer director fue Ricardo Engelbrecht y desde 1946 la dirigió Hernández Larguía hasta 2011; desde ese año la dirección está a cargo de Sandra Álvarez.
De formación fundamentalmente autodidacta, Hernández Larguía comenzó su actividad a fines de los años ’30 y se perfeccionó junto a músicos de renombre como Pablo Casals, Erwin Leuchter, Robert Shaw, Juan José Castro, Teodoro Fuchs y Karl Richter, entre otros. Como director del Coro Estable de Rosario obtuvo dos primeros premios en los dos únicos concursos a nivel nacional, realizados en el país en 1957 y 1980 y abiertos para todos los coros que desearan participar. Con el mismo coro obtuvo seis premios en distintas categorías en el Concurso Polifónico Internacional de Arezzo (1981). Por otra parte, uno de los hitos junto al Conjunto Pro Música Antiqua Rosario fue el primer premio obtenido en dicho certamen en 1967.
La prensa nacional e internacional aplaudió el trabajo del maestro. El crítico Martín Müller del diario “La Nación” (Buenos Aires) lo calificó como “excepcional músico” y observó que “su persistente actividad como docente y director de coros ha convertido a la ciudad de Rosario en foco de irradiación cultural”. En Washington, “The Evening Star” observó: “Saca música de su conjunto con la naturalidad y persuasión de un Barbirolli” y “The Washington Post” consideró su dirección como “la de un virtuoso”. “El Universal” (Caracas) lo llamó “un auténtico maestro entre los maestros dedicados al género”. Su celebridad trascendió internacionalmente, en particular debido a su rol como motivador y pionero en Latinoamérica de la interpretación “histórica”, una tendencia que surgió en Europa a mediados del siglo XX y que propone acercarse a la sonoridad original de las obras compuestas antes del Romanticismo.
Hernández Larguía se perfeccionó en este tipo de postura, despojando sus interpretaciones de todo exceso romántico, pero conservando siempre una fundamental energía vital. El uso de partituras Urtext (que se basan en fuentes originales para transmitir la obra del compositor de la manera más fiel posible) y la incorporación de técnicas vocales e instrumentales apropiadas a cada época histórica, además del empleo de instrumentos de época, fueron algunas de sus innovaciones a nivel local y nacional.
El nivel técnico y musical que alcanzaron los coros que dirigió lo hicieron merecedor, en 1994, de una nominación como “Músico del año” en Cambridge, Inglaterra. También allí fue incluido en la edición de ese año del International Who’s Who in Music, que se edita anualmente desde 1849 e incluye a los músicos más notables e influyentes en distintos aspectos, tanto del Reino Unido como de todo el mundo.
A lo largo de su historia el coro realizó más de 40 grabaciones discográficas y presentó las obras más representativas del repertorio coral a cappella y numerosas obras sinfónico-corales (misas, oratorios y motetes) de Bach, Haendel, Vivaldi, Haydn, Mozart, Schubert, Brahms, Kodaly, Britten, Stravinsky y Casals, entre otros. Se destaca, entre otros conciertos, el realizado por el Coro Estable para el estreno sudamericano, en 1964, del Oratorio “El Pessebre”, de Pablo Casals, en el Teatro Colón de Buenos Aires, con dirección del propio compositor. Este observó durante uno de los ensayos: “Mejor que los coros de Londres y de Berlín. Cantan como se debe cantar… Cantan con amore”. Casals le agradeció por escrito “la notable colaboración de su coro”, y en 1970, a raíz del disco “Música Española del Siglo de Oro”, le envió una carta en la que manifestaba: “Qué música tan bella y pura y qué magníficamente interpretada por ustedes. Les felicito muy calurosamente por este logro que, además de constatar la calidad artística de su coro, demuestra el alto sentido de cultura de su pueblo y de su país”.
Con un repertorio que, partiendo de la Edad Media llega a nuestros días, la trayectoria de Hernández Larguía se caracterizó por una particular vocación pedagógica, tanto a nivel formal y universitario como en un sentido más comunitario. Fue profesor titular por concurso de antecedentes y oposición en varias cátedras de las universidades nacionales de Rosario y del Litoral, al tiempo que dictó conferencias, seminarios y clases magistrales en universidades e importantes centros culturales del país y también de Colombia, Brasil, Chile y Estados Unidos. Realizó decenas de conciertos al aire libre, frente a públicos de hasta 20.000 personas, en los cuales puso en evidencia una notable capacidad de comunicación con la audiencia, a la que entusiasmaba para participar en el canto, especialmente en “Cantemos la Navidad”, en ese caso, junto al árbol navideño de Rosario. A mediados de la década del ’90, Hernández Larguía materializaría un viejo sueño: grabar y editar la “Pasión según San Mateo”, de J. S. Bach. Fue así entonces que, en 1996, en un memorable esfuerzo de producción, unió coros y orquestas para grabar una de las obras cumbres del barroco: “Pasión según San Mateo BWV 244 de Johann Sebastian Bach” (BWV hace referencia al catálogo de las obras de Bach en alemán, que las numera) fue el nombre del CD, editado en tres discos. Registra al Coro Estable de Rosario junto al Pro Música Antiqua y al Grupo de Niños del Estable. Se grabó en vivo durante el concierto realizado en el Teatro El Círculo de Rosario el 29 de julio de 1996 y fue editado de manera independiente. Un año después, ese disco merecería un premio especial de la Unesco. Dicha obra se escuchó en primera audición para Rosario y fue la primera vez en el país que la obra era ejecutada con elenco totalmente argentino.
Recreando el pasado a través de lo sonoro nació en Rosario el conjunto Pro Música, constituido como una asociación civil cuya finalidad fundamental es la difusión de la música de la Edad Media, del Renacimiento y del Barroco. Fue fundado por Cristián Hernández Larguía en 1962. En los primeros años, centró la actividad en la formación especializada y en la consolidación de un ensamble vocal e instrumental dedicado exclusivamente a la música antigua. A partir de 2016 y a raíz del fallecimiento de Hernández Larguía, se hizo cargo de la dirección general artística el maestro Manuel Marina, ganador del concurso de antecedentes y oposición organizado por el conjunto.
Pro Música está considerado como una de las agrupaciones pioneras en Argentina y Sudamérica en la interpretación de música antigua, es decir, del repertorio medieval, renacentista y barroco, incluyendo el barroco americano, mediante el uso de réplicas de instrumentos musicales de época, con familias de flautas dulces, cromornos y violas, órgano real positivo, espineta, cordófonos e idiófonos de distinto origen. Los instrumentos son ejecutados por los mismos coreutas, que alternan sus funciones. También es relevante su producción musical dedicada a los niños, interpretada con la misma calidad técnica y expresiva que dedican a la música académica.
Este enero, el grupo fue ganador del Festival Internacional de Villancicos de la República de Moldavia (Europa Oriental), imponiéndose en la categoría “Coro mixto” (es decir, con voces femeninas y masculinas) por su participación con el villancico “Ya viene la vieja”. Tras la imposibilidad de realizar el tradicional concierto navideño en forma presencial por la pandemia, se decidió hacer una grabación en el teatro de la Fundación Astengo de Rosario, transmitido por el canal Metro, con grupos de 15 personas. Luego se tomó la decisión de enviar una al festival de Moldavia, del cual formaron parte unos 30 coros y ensambles de todo el mundo que demostraron un alto nivel musical, y allí la agrupación rosarina obtuvo el premio.
El Coro Estable de Rosario
Cristián Hernández Larguía (1921-2016) fue un referente indiscutible de la dirección coral en Latinoamérica y está considerado entre los precursores de la difusión de la música antigua en Argentina. Su trayectoria está ligada a Pro Música y también al Coro Estable de Rosario, agrupación coral vocacional fundada en 1942. Su primer director fue Ricardo Engelbrecht y desde 1946 la dirigió Hernández Larguía hasta 2011; desde ese año la dirección está a cargo de Sandra Álvarez.
De formación fundamentalmente autodidacta, Hernández Larguía comenzó su actividad a fines de los años ’30 y se perfeccionó junto a músicos de renombre como Pablo Casals, Erwin Leuchter, Robert Shaw, Juan José Castro, Teodoro Fuchs y Karl Richter, entre otros. Como director del Coro Estable de Rosario obtuvo dos primeros premios en los dos únicos concursos a nivel nacional, realizados en el país en 1957 y 1980 y abiertos para todos los coros que desearan participar. Con el mismo coro obtuvo seis premios en distintas categorías en el Concurso Polifónico Internacional de Arezzo (1981). Por otra parte, uno de los hitos junto al Conjunto Pro Música Antiqua Rosario fue el primer premio obtenido en dicho certamen en 1967.
La prensa nacional e internacional aplaudió el trabajo del maestro. El crítico Martín Müller del diario “La Nación” (Buenos Aires) lo calificó como “excepcional músico” y observó que “su persistente actividad como docente y director de coros ha convertido a la ciudad de Rosario en foco de irradiación cultural”. En Washington, “The Evening Star” observó: “Saca música de su conjunto con la naturalidad y persuasión de un Barbirolli” y “The Washington Post” consideró su dirección como “la de un virtuoso”. “El Universal” (Caracas) lo llamó “un auténtico maestro entre los maestros dedicados al género”. Su celebridad trascendió internacionalmente, en particular debido a su rol como motivador y pionero en Latinoamérica de la interpretación “histórica”, una tendencia que surgió en Europa a mediados del siglo XX y que propone acercarse a la sonoridad original de las obras compuestas antes del Romanticismo.
Hernández Larguía se perfeccionó en este tipo de postura, despojando sus interpretaciones de todo exceso romántico, pero conservando siempre una fundamental energía vital. El uso de partituras Urtext (que se basan en fuentes originales para transmitir la obra del compositor de la manera más fiel posible) y la incorporación de técnicas vocales e instrumentales apropiadas a cada época histórica, además del empleo de instrumentos de época, fueron algunas de sus innovaciones a nivel local y nacional.
El nivel técnico y musical que alcanzaron los coros que dirigió lo hicieron merecedor, en 1994, de una nominación como “Músico del año” en Cambridge, Inglaterra. También allí fue incluido en la edición de ese año del International Who’s Who in Music, que se edita anualmente desde 1849 e incluye a los músicos más notables e influyentes en distintos aspectos, tanto del Reino Unido como de todo el mundo.
A lo largo de su historia el coro realizó más de 40 grabaciones discográficas y presentó las obras más representativas del repertorio coral a cappella y numerosas obras sinfónico-corales (misas, oratorios y motetes) de Bach, Haendel, Vivaldi, Haydn, Mozart, Schubert, Brahms, Kodaly, Britten, Stravinsky y Casals, entre otros. Se destaca, entre otros conciertos, el realizado por el Coro Estable para el estreno sudamericano, en 1964, del Oratorio “El Pessebre”, de Pablo Casals, en el Teatro Colón de Buenos Aires, con dirección del propio compositor. Este observó durante uno de los ensayos: “Mejor que los coros de Londres y de Berlín. Cantan como se debe cantar… Cantan con amore”. Casals le agradeció por escrito “la notable colaboración de su coro”, y en 1970, a raíz del disco “Música Española del Siglo de Oro”, le envió una carta en la que manifestaba: “Qué música tan bella y pura y qué magníficamente interpretada por ustedes. Les felicito muy calurosamente por este logro que, además de constatar la calidad artística de su coro, demuestra el alto sentido de cultura de su pueblo y de su país”.
Con un repertorio que, partiendo de la Edad Media llega a nuestros días, la trayectoria de Hernández Larguía se caracterizó por una particular vocación pedagógica, tanto a nivel formal y universitario como en un sentido más comunitario. Fue profesor titular por concurso de antecedentes y oposición en varias cátedras de las universidades nacionales de Rosario y del Litoral, al tiempo que dictó conferencias, seminarios y clases magistrales en universidades e importantes centros culturales del país y también de Colombia, Brasil, Chile y Estados Unidos. Realizó decenas de conciertos al aire libre, frente a públicos de hasta 20.000 personas, en los cuales puso en evidencia una notable capacidad de comunicación con la audiencia, a la que entusiasmaba para participar en el canto, especialmente en “Cantemos la Navidad”, en ese caso, junto al árbol navideño de Rosario. A mediados de la década del ’90, Hernández Larguía materializaría un viejo sueño: grabar y editar la “Pasión según San Mateo”, de J. S. Bach. Fue así entonces que, en 1996, en un memorable esfuerzo de producción, unió coros y orquestas para grabar una de las obras cumbres del barroco: “Pasión según San Mateo BWV 244 de Johann Sebastian Bach” (BWV hace referencia al catálogo de las obras de Bach en alemán, que las numera) fue el nombre del CD, editado en tres discos. Registra al Coro Estable de Rosario junto al Pro Música Antiqua y al Grupo de Niños del Estable. Se grabó en vivo durante el concierto realizado en el Teatro El Círculo de Rosario el 29 de julio de 1996 y fue editado de manera independiente. Un año después, ese disco merecería un premio especial de la Unesco. Dicha obra se escuchó en primera audición para Rosario y fue la primera vez en el país que la obra era ejecutada con elenco totalmente argentino.
Además tenés que saber:
+ Noticias
La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
Dejanos tu Comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
En Portada / Santa Fe
En Portada / Entre Ríos