CONRADO BERÓN
[email protected] “Remozada de río, cantándole a la vida/ airosa en el barranco, iluminada/ costera, luchadora, esperanzada/ se alza La Paz, querencia bendecida”.
Con esos versos arranca “Canto a La Paz” del gran Linares Cardozo. De allí, el doctor Ramón Belén López sacó no sólo el nombre para su libro, sino también algo de la esencia plagada de sentido de pertenencia.
La presentación del libro se llevó a cabo el mismo día del aniversario número 187 de la ciudad, el miércoles 13 de julio, en la Biblioteca local. Luego, el autor dialogó con MIRADOR ENTRE RÍOS.
–¿Con qué se van a encontrar los lectores?
–Es un libro en el cual se recopilan historias e imágenes acerca de las y los habitantes de La Paz. El pueblo posee una rica historia, producto de sus 187 años de vida, que se encuentra depositada en su gente, en sus relatos orales, vivencias, recuerdos y en una vasta documentación guardada celosamente en sus domicilios. Lamentablemente, este valioso material no está documentado y lo que es peor aún, mucho se va perdiendo por el paso del tiempo, el fallecimiento de los actores sociales involucrados y la falta de preservación. El objetivo del libro es contribuir con la conservación de la memoria colectiva local.
–¿Cuántos y cuáles son los capítulos?
–Tiene seis capítulos y ellos son: I. Historias: Hechos que ocurrieron en el pueblo y que el tiempo los fue desdibujando. II. Lugares: firmas comerciales, organizaciones o espacios, muchos de los cuales han ido cambiando su fisonomía y otros ya no existen. III. Voces: Entrevistas realizadas a vecinos del pueblo, que cuentan su historia personal. IV. Relatos: Rescate oral de vivencias, anécdotas, dichos, que tienen la singularidad de lo popular. V. Perfiles: Descripción de vecinos (algunos ya fallecidos) que han tenido una historia de vida en particular y cuyo derrotero marcó a la comunidad. VI. Documentos: Imágenes que han sido halladas y que los vecinos tenían guardadas durante años y que ahora ven la luz.
–¿Cuál fue la parte más difícil?
–Se realizaron más de 90 encuentros para conversar y captar las historias de hombres y mujeres. No sólo había que saber escuchar, sino también encontrar la llave que abra esa puerta a los sentimientos más profundos. Fue algo muy artesanal y difícil, mucha era gente de muchos años y abrir sus sentimientos para compartirlos no fue tarea fácil.
EJES COMPARTIDOS
–¿Tiene un eje conductor la obra?
–En un desparramado rompecabezas social, las partes comenzaron a encajar y, aunque existían muchos espacios vacíos, se percibe en perspectiva un delineado en común. Las descripciones individuales se entrelazan alrededor de ejes compartidos como los lugares, los hábitos y las costumbres de esta ciudad costera.
–¿Por qué decidiste escribir este libro?
–Amo a mi pueblo, amo sus lugares y su gente, pero la verdad es que, al comienzo, la recopilación de esas historias no tenía como objetivo escribir un libro. Hubo un tiempo que marcó el clic. En plena pandemia, no dejamos nunca de trabajar en el hospital, hasta que un día me contagié y estuve aislado por Covid. Por razones de resguardo familiar, me recluí en un altillo de mi casa. Eran tiempos de mucha angustia y aunque nunca estuve en riesgo, un día se me pasó por la cabeza que podía morir. Además de pensar en las tantas cosas que quiero, una de las preguntas fue “qué será de todo lo que recolecté sobre mi pueblo”. Mientras tomaba unos mates me dije: “voy a tener que volcar todo en una publicación, para que no se pierda”.
EMOCIONES –¿Qué sensaciones te dejó la presentación?
–La presentación tuvo dos elementos significativos. La fecha, 13 de julio que es el día de la fundación del pueblo. El lugar, la Biblioteca Popular, que es un espacio que tiene que ver con los libros y con nuestra historia. Fue una presentación donde estuvieron a flor de piel los sentimientos. La gente que desbordó la capacidad del auditorio, estuvo en sintonía con ese mensaje desde el alma. Personalmente me emocioné mucho. Más aún cuando finalizamos entonando “Canto a La Paz”, entre todos, sin divisiones, con el júbilo de celebrar la vida. Luego de abrió una muestra de elementos, documentos e imágenes, todos relacionados a esos hombres y mujeres que estaban en el libro. Fue muy emotivo ver a los padres y abuelos, indicándoles a la gurisada lo que significaba el material expuesto y del cual ellos eran parte de esa historia.
–¿A quiénes va dedicado este libro?
–A mi pueblo querido, a mi gente. A los que estamos y a los que se fueron. A los que están lejos del pago y añoran la vuelta. A quienes llevan con orgullo y por siempre esa impronta que describe una canción que dice “Soy costero y entrerriano, pa’más datos, de La Paz”.
