Hagar Blau Makaroff
Dos vecinas que viven en un country son encerradas por la empleada doméstica de una de ellas en un sótano mientras afuera acecha un virus que altera la conducta y la percepción. Con el correr del tiempo las dos mujeres ingresan en un extraño estado que da cuenta de que, quizás, ya están infectadas.
“Plaga, lo monstruoso anida dentro”, es una obra estrenada en abril pasado que se podrá ver este viernes a las 21 en el Gran Salón de Plataforma Lavardén, el teatro de Mendoza y Sarmiento en Rosario. Una obra que fue como un vaticinio, porque se llamaba Cuarentena, y estrenaba en marzo de 2020, mes en el que comenzó la pandemia. Por esa razón debió cancelar y ahora, a dos años y un cambio de nombre que le encontró un nuevo significado, es el momento de su flamante estreno.
La obra fue seleccionada en la categoría emergente de la convocatoria Escena Santafesina y lo paradójico fue que en el 2020, dos semanas antes del estreno previsto de la obra, se decretó la cuarentena a raíz del avance del covid, y entonces el estreno quedó suspendido hasta abril de este año.
El director y dramaturgo de esta obra, Alexis Muiños Woodward, relató sobre el proceso que fue de algún modo visionario: "En el 2018 escribí esta obra que en un principio titulé Cuarentena. Estando a punto de estrenarla, en el 2020 irrumpió la cuarentena real, y la obra
quedó en suspenso por dos años. Entonces pensé que ahora el título debía ser otro cuyo significado no esté tan asociado a la actual pandemia, y decidí titularla 'Plaga', palabra que prácticamente no ha sido utilizada en los medios durante este tiempo. Pero esa palabra no alude solamente a un extraño virus que en este caso afecta a los personajes, sino que además, "intenta remitir a una clase dominante que históricamente se viene reproduciendo conforme va fagocitando y destruyendo los recursos naturales y la existencia humana. En ese sentido me gusta pensar la obra como una comedia negra sobre la Argentina blanca, esa Argentina construida sobre los ideales occidentales de civilización y progreso que también se esparcieron como un virus que infectó la sociedad hasta el presente, y al que pretendo a su vez atacar con la virulencia del teatro como antídoto".
Muiños Woodward recordó que "el argumento tuvo que ver con mi necesidad por abordar un material que se preste para poner en escena una situación excepcional que se deslinde del realismo y permita jugar con el absurdo a partir de la idea de un virus ficticio que justamente altera la conducta y la percepción".
El dramaturgo además relató sobre su decisión de renombrarla Plaga debido a que "dicha palabra no fue casi utilizada por los medios y preferí así evitar asociaciones más literales con lo acontecido", pero además porque encontró subyacente "la idea de que en definitiva la plaga en sí es cierto sector de la sociedad que ostenta el poder y se reproduce y lo reproduce a costas de someter a otras personas. Por lo tanto el virus pasa a ser una excusa para dar cuenta de ese estado patológico en el que se desarrolla nuestra sociedad clasista".
Consultados sobre cómo fue inspirada la obra, recordó que un disparador fue un film no muy conocido del director canadiense David Cronenberg que es del año 1975 y se llama “Shivers”. "El film aborda la irrupción de un extraño virus en un barrio cerrado de lujo en el que se empiezan a suceder los contagios que van alterando el comportamiento de sus habitantes. Tiene un tono algo terrorífico, pero a la vez bizarro y un claro componente de sátira social. En ese sentido mi obra toma algunos aspectos de esa estética de “terror clase b” para, a través del uso del absurdo y del humor negro, potenciar la crítica de una clase representada en las dos protagonistas", finalizó.
Ficha técnica
Dramaturgia y dirección: Alexis Muiños Woodward
Con la actuación de: Giselle Badia & Lucila Grand
Fotos: Nicolas Zabala
Gráfica: Ludmila Zanni
Dramaturgia & dirección: Alexis Muiños Woodward
