Foto:Mirador
Daniel Domínguez
El equipo que dirige Javier Sanguinetti no puede imponerse en su casa y deberá recuperar esa fortaleza si quiere empezar a sumar seguido.
Hasta acá, la Lepra jugó seis encuentros en el Parque en el que solo venció a los Bichos de La Paternal, empató cuatro (San Lorenzo, Patronato, Racing y Colón) y perdió con Defensa y Justicia. Marcó cuatro goles (dos frente al Patrón) y recibió la misma cantidad.
En el primer tramo del año, por la Copa de la Liga, el equipo hizo del Coloso un escenario casi inexpugnable para los rivales ya que solo perdió con River y San Lorenzo, ganando los cinco encuentros restantes.
Es cierto que el nivel que viene demostrando el conjunto rojinegro no difiere demasiado entre local y visitante, ya que le cuesta imponerse en todos los frentes, pero deberá empezar a recuperar la memoria ante su gente si no quiere seguir perdiendo terreno en la tabla general y en la futura tabla de los promedios para el año que viene.
El miércoles ante Lanús, que cuenta con un viejo conocido en el banco de suplentes como Frank Darío Kudelka, Newell’s buscará levantar el nivel y, sobre todo, la generación de juego.
El Grana es un equipo que deja espacios atrás, pero que también es muy fuerte arriba con dos experimentados como José Pepe Sand y el Laucha Lautaro Acosta, ambos que en más de una ocasión supieron amargar a los leprosos.
Una cosa es ser un equipo sólido o aguerrido y otra muy diferente es ser un equipo híbrido que no sabe atacar y eso es lo que viene mostrando en las últimas presentaciones.
Es cierto que en el último partido contra Colón, la Lepra lo fue a buscar, pero lo concreto es que se quedó solo en intenciones porque no logró inquietar al arquero sabalero y el cero lo terminó condenando su apatía futbolística.
Algo similar le sucedió contra San Lorenzo, en la segunda fecha, cuando el equipo venía de vencer a Banfield jugando un buen encuentro.
Aquella noche, Ramiro Macagno terminó salvando más veces el arco leproso que Sebastián Torrico el del Ciclón y el hincha se tuvo que conformar con otro 0-0.
Llegar hasta tres cuartos, empujar con algún centro a la “marchanta” o rematar desde afuera del área, más por obligación que por decisión, no entran dentro de lo denominado ataque organizado, algo que brilla por su ausencia en este equipo leproso.
Después de este juego ante los del Sur del Gran Buenos Aires, Newell’s recibirá a Godoy Cruz y luego a Gimnasia, dos de los equipos encumbrados de esta Liga y de los que más proponen en el “palo a palo”.
En una racha como está la Lepra ya no alcanza con no perder, la localía debería ser el pilar de la recuperación y para eso hay que atacar y, porqué no, arriesgar.
Desde el cuerpo técnico no son de poner excusas, pero tranquilamente podrían situar la falta de variantes del medio hacia adelante, la cantidad de juveniles que van apareciendo sobre la marcha y van aprendiendo durante los mismos partidos y también la falta de puntería en los metros finales.
Con esto validado no se puede mirar para otro lado y hacer hincapié en el trabajo del entrenador que supo revitalizar a un equipo que, antes de su llegada, parecía condenado al descenso, pero que ahora parece haberse estancado y no encontrar la manera de volver a arrancar.
El fútbol son resultados y después las formas. Por el momento, en el Parque, no aparecen ni uno ni otro.
La campaña en el Coloso está lejos de la esperada, se viene un rival siempre difícil y los tres puntos no pueden esperar más.
Aquel triunfo contra Argentinos Juniors cada día queda más lejos y las fechas siguen pasando, así como también el sueño de ser protagonista y las aspiraciones de clasificar a alguna competencia internacional.
El equipo que dirige Javier Sanguinetti no puede imponerse en su casa y deberá recuperar esa fortaleza si quiere empezar a sumar seguido.
Hasta acá, la Lepra jugó seis encuentros en el Parque en el que solo venció a los Bichos de La Paternal, empató cuatro (San Lorenzo, Patronato, Racing y Colón) y perdió con Defensa y Justicia. Marcó cuatro goles (dos frente al Patrón) y recibió la misma cantidad.
En el primer tramo del año, por la Copa de la Liga, el equipo hizo del Coloso un escenario casi inexpugnable para los rivales ya que solo perdió con River y San Lorenzo, ganando los cinco encuentros restantes.
Es cierto que el nivel que viene demostrando el conjunto rojinegro no difiere demasiado entre local y visitante, ya que le cuesta imponerse en todos los frentes, pero deberá empezar a recuperar la memoria ante su gente si no quiere seguir perdiendo terreno en la tabla general y en la futura tabla de los promedios para el año que viene.
El miércoles ante Lanús, que cuenta con un viejo conocido en el banco de suplentes como Frank Darío Kudelka, Newell’s buscará levantar el nivel y, sobre todo, la generación de juego.
El Grana es un equipo que deja espacios atrás, pero que también es muy fuerte arriba con dos experimentados como José Pepe Sand y el Laucha Lautaro Acosta, ambos que en más de una ocasión supieron amargar a los leprosos.
Una cosa es ser un equipo sólido o aguerrido y otra muy diferente es ser un equipo híbrido que no sabe atacar y eso es lo que viene mostrando en las últimas presentaciones.
Es cierto que en el último partido contra Colón, la Lepra lo fue a buscar, pero lo concreto es que se quedó solo en intenciones porque no logró inquietar al arquero sabalero y el cero lo terminó condenando su apatía futbolística.
Algo similar le sucedió contra San Lorenzo, en la segunda fecha, cuando el equipo venía de vencer a Banfield jugando un buen encuentro.
Aquella noche, Ramiro Macagno terminó salvando más veces el arco leproso que Sebastián Torrico el del Ciclón y el hincha se tuvo que conformar con otro 0-0.
Llegar hasta tres cuartos, empujar con algún centro a la “marchanta” o rematar desde afuera del área, más por obligación que por decisión, no entran dentro de lo denominado ataque organizado, algo que brilla por su ausencia en este equipo leproso.
Después de este juego ante los del Sur del Gran Buenos Aires, Newell’s recibirá a Godoy Cruz y luego a Gimnasia, dos de los equipos encumbrados de esta Liga y de los que más proponen en el “palo a palo”.
En una racha como está la Lepra ya no alcanza con no perder, la localía debería ser el pilar de la recuperación y para eso hay que atacar y, porqué no, arriesgar.
Desde el cuerpo técnico no son de poner excusas, pero tranquilamente podrían situar la falta de variantes del medio hacia adelante, la cantidad de juveniles que van apareciendo sobre la marcha y van aprendiendo durante los mismos partidos y también la falta de puntería en los metros finales.
Con esto validado no se puede mirar para otro lado y hacer hincapié en el trabajo del entrenador que supo revitalizar a un equipo que, antes de su llegada, parecía condenado al descenso, pero que ahora parece haberse estancado y no encontrar la manera de volver a arrancar.
El fútbol son resultados y después las formas. Por el momento, en el Parque, no aparecen ni uno ni otro.
La campaña en el Coloso está lejos de la esperada, se viene un rival siempre difícil y los tres puntos no pueden esperar más.
Aquel triunfo contra Argentinos Juniors cada día queda más lejos y las fechas siguen pasando, así como también el sueño de ser protagonista y las aspiraciones de clasificar a alguna competencia internacional.
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