Nardoni le dio el triunfo a Unión.
Foto:Manuel Fabatía.
Ni el tiro del final le salió a Alvez, con el arco casi vacío y un jugador de Sarmiento cerrando con las manos atrás sobre la misma línea de sentencia. Eso marca a las claras lo que le costó y la cuesta a Unión en este tramo del campeonato. Pero lo ganó bien para el delirio de sus incondicionales hinchas en las tribunas. Después de cinco fechas sin nada y 531 minutos sin gol, la gente miró el cielo cuando llegó el pitazo final. El partido, electrizante por los accidentes, fue una mezcla letal para el corazón de los hinchas. En ese revoleo, Juan Ignacio Nardoni ratificó con pases, gambetas y gol dos cosas: 1) es la figurita del álbum del Tate, la que todos buscan para aplaudir; 2) es el jugador a vender como nunca en una cifra millonaria. Se fue ovacionado por los hinchas.
Ese gol recontra-gritado de Junior Osvaldo Marabel, en esa jornada inolvidable para Unión (quedaba arriba de la tabla con una remontada épica) y del mismo paraguayo que presentaba credenciales con gol en la Argentina, marcó el mayor punto de explosión, delirio y festejo para la multitud tatengue en el templo de López y Planes.
Potencial segundo, equipo con más gol de la Argentina y la ilusión al máximo. Pero el fútbol siempre es un misterio.
Desde ese día, hace un mes, Unión no ganó más. Cinco sin alegrías no sería "catastrófico", porque en este campeonato argento le pasa a casi todos. Lo alarmante es que el equipo no hizo más un gol. Eso sí, se cansó de pifiar de todas las maneras posibles e imposibles. Incluso, de penal (Álvez en el Grella contra Patronato).
El cruce con Sarmiento de Junín bifurcaba el análisis. Por un lado, mejorar la puntería con los pies. Por el otro, estar bien de la cabeza, soportar la "presión" y no entrar en la ansiedad de la multitud si el esperado gol no llegaba de manera express.
El entrenador, que puso oídos y escuchó la frase "no tenemos plan B", se animó a cambiar contra Patronato en el Grella. En el juego, acertó. Entonces, antes de Sarmiento, bancó la idea: tres atrás, dos laterales-volantes, dos cinco sin marca (ausente Portillo por cinco amarillas) y los dos delanteros.
Una vez más, desde principio a fin fue para adelante; sólo que esta vez avanzó y empujó más de lo que atacó. Desde el primer centro-gol de Vera que se pasó Álvez hasta la última de Castrillón a las nubes, el Tate lo buscó en esos primeros 45 minutos.
Probó con centro casi gol de Luna Diale (dio en el caño), otro más del punterito que Castrillón no llegó a conectar, lo buscó con Nardoni desde lejos, otra vez Nardoni penetrando rompiendo hacia adelante (pidieron penal que no hubo) y otra más del colombiano.
Así y todo, con tantas llegadas de Unión, la más clara fue para el verde cuando a los 22 minutos, luego de una "pifia" del habilidoso "Pata" Castro le quedó a Mainero que solo ante la salida de Mele, la tiró al Parque Garay.
Más de lo mismo: ganas, despliegue, intenciones. Esta vez, con menos claridad y con la misma falta de eficacia que le cantaba el feliz cumpleaños a los 500 minutos sin poder festejar un gol en la Argentina. El complemento arrancó igual, con Unión buscando por todos lados. Para seguir graficando la malaria: belleza de Esquivel pinchando de zurda y Vera que regala el 1-0 abajo del arco, adentro del área chica. Era tan alevosa que intentó ponerle el pie para que entre y la tiró arriba. Ese gol casi hecho errado lo planchó al Tate que debió apelar a San Mele: el arquero evitó el 0-1 con un mano a mano fatal ganado a Gallardo.
Las cartas estaban jugadas. Bajaba de las tribunas tanto aliento como desesperación. De un lateral, largo Esquivel, pifia visitante y misil de Nardoni como venía. Al ras, sin ayuda de viento, para que explote el 15 de Abril. Cuando todo estaba dado para no sufrir, llegó un pelotazo de Castro a la nada misma: tengo la sensación que, más allá de la débil cobertura de Calderón y Corvalán ante la llegada de Toledo, hay algo a favor de la mala salida de Mele y es que el viento frena un poco la bola. Patadón a Toledo y roja. Moyano que entra sin avisar y amarilla. Deber ser récord: dos arqueros de un mismo equipo viendo tarjetas en una misma jugada. De allí al final fue sufrir, para variar.
En el final, una postal de este momento de sequía: falló Alvez de tres metros con el arco casi vacío. Si bien falló el que siempre salva al equipo (Mele) y con el Mundial a la vista, en el buscado álbum de Unión la figurita es un tal Nardoni. El pibe que salvó el partido con su golazo. El pibe que, de una vez por todas si se vende bien, puede salvar la economía del club como nunca antes en su historia.
Ese gol recontra-gritado de Junior Osvaldo Marabel, en esa jornada inolvidable para Unión (quedaba arriba de la tabla con una remontada épica) y del mismo paraguayo que presentaba credenciales con gol en la Argentina, marcó el mayor punto de explosión, delirio y festejo para la multitud tatengue en el templo de López y Planes.
Potencial segundo, equipo con más gol de la Argentina y la ilusión al máximo. Pero el fútbol siempre es un misterio.
Desde ese día, hace un mes, Unión no ganó más. Cinco sin alegrías no sería "catastrófico", porque en este campeonato argento le pasa a casi todos. Lo alarmante es que el equipo no hizo más un gol. Eso sí, se cansó de pifiar de todas las maneras posibles e imposibles. Incluso, de penal (Álvez en el Grella contra Patronato).
El cruce con Sarmiento de Junín bifurcaba el análisis. Por un lado, mejorar la puntería con los pies. Por el otro, estar bien de la cabeza, soportar la "presión" y no entrar en la ansiedad de la multitud si el esperado gol no llegaba de manera express.
El entrenador, que puso oídos y escuchó la frase "no tenemos plan B", se animó a cambiar contra Patronato en el Grella. En el juego, acertó. Entonces, antes de Sarmiento, bancó la idea: tres atrás, dos laterales-volantes, dos cinco sin marca (ausente Portillo por cinco amarillas) y los dos delanteros.
Una vez más, desde principio a fin fue para adelante; sólo que esta vez avanzó y empujó más de lo que atacó. Desde el primer centro-gol de Vera que se pasó Álvez hasta la última de Castrillón a las nubes, el Tate lo buscó en esos primeros 45 minutos.
Probó con centro casi gol de Luna Diale (dio en el caño), otro más del punterito que Castrillón no llegó a conectar, lo buscó con Nardoni desde lejos, otra vez Nardoni penetrando rompiendo hacia adelante (pidieron penal que no hubo) y otra más del colombiano.
Así y todo, con tantas llegadas de Unión, la más clara fue para el verde cuando a los 22 minutos, luego de una "pifia" del habilidoso "Pata" Castro le quedó a Mainero que solo ante la salida de Mele, la tiró al Parque Garay.
Más de lo mismo: ganas, despliegue, intenciones. Esta vez, con menos claridad y con la misma falta de eficacia que le cantaba el feliz cumpleaños a los 500 minutos sin poder festejar un gol en la Argentina. El complemento arrancó igual, con Unión buscando por todos lados. Para seguir graficando la malaria: belleza de Esquivel pinchando de zurda y Vera que regala el 1-0 abajo del arco, adentro del área chica. Era tan alevosa que intentó ponerle el pie para que entre y la tiró arriba. Ese gol casi hecho errado lo planchó al Tate que debió apelar a San Mele: el arquero evitó el 0-1 con un mano a mano fatal ganado a Gallardo.
Las cartas estaban jugadas. Bajaba de las tribunas tanto aliento como desesperación. De un lateral, largo Esquivel, pifia visitante y misil de Nardoni como venía. Al ras, sin ayuda de viento, para que explote el 15 de Abril. Cuando todo estaba dado para no sufrir, llegó un pelotazo de Castro a la nada misma: tengo la sensación que, más allá de la débil cobertura de Calderón y Corvalán ante la llegada de Toledo, hay algo a favor de la mala salida de Mele y es que el viento frena un poco la bola. Patadón a Toledo y roja. Moyano que entra sin avisar y amarilla. Deber ser récord: dos arqueros de un mismo equipo viendo tarjetas en una misma jugada. De allí al final fue sufrir, para variar.
En el final, una postal de este momento de sequía: falló Alvez de tres metros con el arco casi vacío. Si bien falló el que siempre salva al equipo (Mele) y con el Mundial a la vista, en el buscado álbum de Unión la figurita es un tal Nardoni. El pibe que salvó el partido con su golazo. El pibe que, de una vez por todas si se vende bien, puede salvar la economía del club como nunca antes en su historia.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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