”El proceso de composición de las letras tiene disfrute y algo de sufrimiento” confiesa Jesús Alonso.
Foto:Gentileza.
Gisela Mesa
Su idea es lanzar una canción al mes. La primera canción en estrenarse viene en conjunto con un primer videoclip: Mis heridas curaré. Es una canción sencilla con un mensaje espiritual bastante profundo.
Describe la sensación de que llegamos a este mundo y en un momento determinado nos encontramos perdidos respecto a nuestra identidad real. Habla de encontrar el camino de vuelta a casa que es recuperar la conexión con el universo y con la vida. El objetivo principal es comenzar a mostrar las canciones que ha estado haciendo estos años en las mejores condiciones posibles. Mejorar la producción, los arreglos y más.
Por otro lado, mostrar a la gente que ya lo conoce e ir encontrando nueva gente a la que pueda gustar y pueda inspirarse. El mes de marzo pasado, grabó su primer videoclip. El videógrafo le preguntó por su nombre artístico y no encontró otro nombre que encajara más. Desde siempre, le ha atraído desarrollarse en el proceso creativo de hacer canciones.
Se juntan dos de sus grandes pasiones que son la música y la poesía. Hasta ahora esto ha sido para él un proceso interior pues apenas ha mostrado su trabajo a la familia, amigos etc. Exponer su música en las mejores condiciones en cuanto a arreglos, producción o incluso hacer
videos es una aventura nueva y está siendo divertido. En un mano a mano con Mirador Provincial, el artista español habló de los desafíos de hacer música hoy y la búsqueda de llevar su mensaje más allá a través de la música.
-¿Como surgió la pasión por la música?
-Siempre he sentido que hacer música y hacer poesía por separado, son dos de las formas de expresión humana más bellas. Juntar ambas cosas es un reto que me hice desde que empecé a disfrutar con mis canciones favoritas. Lo que no sabía era cómo trabajar la capacidad de hacerlas. Tenía arrebatos de inspiración que no me alcanzaban para terminar las canciones que empezaba. Me faltaba el conocimiento.
La historia de mi formación musical está muy ligada a la creencia, que ha ido creciendo en mí, de que nada ocurre por casualidad. Empecé mi formación musical con el canto clásico. Lo cogí con muchísima ilusión pero a los pocos meses tuve que dejarlo pues me entró una bronquitis asmática muy fuerte.
Hace 12 años, tuve un accidente grave. Me afectó la espalda y los hombros. Durante 2 años apenas pude caminar 20 pasos al día. Tuve que dejar el trabajo que tenía. También dejé la guitarra clásica que tocaba por aquel entonces. Fue el momento en el que me enfoqué en la composición de canciones. Empecé a comprar todos los libros que veía sobre el tema.
Por cierto, de este periodo de invalidez surgió la canción “Cae la lluvia” que acabo de publicar. La canción habla de reinventarse, dejar el pasado atrás y abrazar la experiencia “negativa” que estaba teniendo. ¡Os invito a que la escuchéis! Aprendí además, que nada es lo que parece. Y desde luego, sin aquel “accidente”, no habría sacado el tiempo ni la energía necesaria para aprender a componer, que era mi sueño inicial cuando empecé con la música.
-¿Cómo es el proceso de composición de las letras? ¿Se sufre o se disfruta ese proceso?
-Tiene disfrute y algo de sufrimiento… Cuando llevo tiempo sin hacer letras, el proceso inicial de escribir comienza muy denso. Tengo que contactar con una parte de mí que parece estar escondida. Al mismo tiempo, hay que resistir el estrés de esa voz interior que te dice: “¡Estás mirando una hoja en blanco y no estás haciendo nada!”. Es importante empezar a escribir lo primero que se me ocurra, pues es la manera de cambiar esa densidad inicial por una energía más fluida. Por el contrario, cuando llevo varios días seguidos escribiendo, hay algo que se ha activado en mi interior, que incluso cuando estoy durmiendo o caminando sigue trabajando en la canción. También es importante, la sensación de creer que tengo algo que decir y que ese algo tiene valor. Ese ha sido mi motor para crear canciones, la creencia en que tengo algo que decir…cuando veo que la letra y la canción reflejan ese mensaje que buscaba, la satisfacción es muy grande.
-¿Nos podés remontar a ese lugar donde creciste, sus calles, el barrio y su gente?
-Nací en Madrid. Una familia de 8 hermanos. Mis padres eran del sur de España, vivieron de pequeños el horror de la guerra civil española y padecieron la pobreza que vino tras la guerra. Ambos eran de una generación a la que admiro, pues se hizo fuerte ante la adversidad. Emigraron a Madrid con muy poco y salieron adelante a base de mucho trabajo.
-¿Hay un momento de introspección con vos mismo?
-Siempre fui bastante introspectivo. Desde niño he sentido que había una voz interior que se diluía con el ruido externo, con el mundo de las apariencias. Reconectar con esa voz, se ha ido convirtiendo en el objetivo de mi vida y curiosamente, mi música va mucho de alcanzar esa conexión.
-Apostás a esta mezcla entre lo musical y lo poético. ¿Ccómo se logra ambas conjunciones?
-En mi caso, siempre prevalece el mensaje que quiero transmitir con la canción que estoy haciendo. Cuando siento que este mensaje es importante, se activan todos mis recursos musicales y poéticos para conseguir llevarlo a cabo. Luego, es un tema de no engañarte y conformarte con algo que no te satisface completamente. Algunas canciones las he terminado en unos pocos días, otras en cambio, se han ido puliendo con el paso de los años.
-¿Qué artistas han sido influencias musicales?
-Siempre me han gustado estilos musicales muy diferentes pero que tienen en común las letras con mensaje y contenido. De pequeño crecí con Serrat y sus historias. Luego de joven, los primeros discos de Héroes del Silencio estaban llenos de alma. Soy admirador de Carlos Gardel y Andrés Calamaro. De música en inglés, bandas tipo Pink Floyd, Supertramp y Aha, me influyeron en mi juventud. Hará 10 años, gracias a mi madre, conocí a Alberto Cortez, que tal vez sea mi cantautor favorito. Ella, estando mal de salud, lo ponía a todo volumen cuando se arreglaba para salir a la calle… ¡tenía el poder de resucitarla!
-¿Qué se pierde y se encuentra en el camino de la música?
-Creo que es como otras pasiones de la vida. Si te involucras con ella, tienes que dejar otras cosas, pero es un camino de infinito desarrollo que sin duda te transforma.
-Háblanos de Mis heridas curaré.
-La canción habla de recuperar la dirección de vuelta a “casa” qué consiste en volver a conectar, con la creación, el universo o Dios. Llegamos a este mundo en el que aparentemente somos seres aislados, perseguimos una serie de objetivos con más o menos éxito y un día cualquiera desaparecemos. Tarde o temprano descubres que nada es lo que parece y que tu personalidad se formó sobre la visión del mundo que te hiciste de pequeño, basada en creencias erróneas. Esta visión errada de la realidad, más tarde o más temprano va a generar heridas y dolor.
-¿Qué planes hay a futuro?
-Tengo sobre 20 canciones terminadas que quiero mostrar en las mejores condiciones posibles. Hacer buenos arreglos, producción e incluso videos. A un año vista la vida dirá. Tal vez empiece a hacer directos. Otra posibilidad que me atrae, es la de componer para otros artistas. En cualquier caso, sobre todo, disfrutar lo que hago y no “perderme” en los objetivos.
Su idea es lanzar una canción al mes. La primera canción en estrenarse viene en conjunto con un primer videoclip: Mis heridas curaré. Es una canción sencilla con un mensaje espiritual bastante profundo.
Describe la sensación de que llegamos a este mundo y en un momento determinado nos encontramos perdidos respecto a nuestra identidad real. Habla de encontrar el camino de vuelta a casa que es recuperar la conexión con el universo y con la vida. El objetivo principal es comenzar a mostrar las canciones que ha estado haciendo estos años en las mejores condiciones posibles. Mejorar la producción, los arreglos y más.
Por otro lado, mostrar a la gente que ya lo conoce e ir encontrando nueva gente a la que pueda gustar y pueda inspirarse. El mes de marzo pasado, grabó su primer videoclip. El videógrafo le preguntó por su nombre artístico y no encontró otro nombre que encajara más. Desde siempre, le ha atraído desarrollarse en el proceso creativo de hacer canciones.
Se juntan dos de sus grandes pasiones que son la música y la poesía. Hasta ahora esto ha sido para él un proceso interior pues apenas ha mostrado su trabajo a la familia, amigos etc. Exponer su música en las mejores condiciones en cuanto a arreglos, producción o incluso hacer
videos es una aventura nueva y está siendo divertido. En un mano a mano con Mirador Provincial, el artista español habló de los desafíos de hacer música hoy y la búsqueda de llevar su mensaje más allá a través de la música.
-¿Como surgió la pasión por la música?
-Siempre he sentido que hacer música y hacer poesía por separado, son dos de las formas de expresión humana más bellas. Juntar ambas cosas es un reto que me hice desde que empecé a disfrutar con mis canciones favoritas. Lo que no sabía era cómo trabajar la capacidad de hacerlas. Tenía arrebatos de inspiración que no me alcanzaban para terminar las canciones que empezaba. Me faltaba el conocimiento.
La historia de mi formación musical está muy ligada a la creencia, que ha ido creciendo en mí, de que nada ocurre por casualidad. Empecé mi formación musical con el canto clásico. Lo cogí con muchísima ilusión pero a los pocos meses tuve que dejarlo pues me entró una bronquitis asmática muy fuerte.
Hace 12 años, tuve un accidente grave. Me afectó la espalda y los hombros. Durante 2 años apenas pude caminar 20 pasos al día. Tuve que dejar el trabajo que tenía. También dejé la guitarra clásica que tocaba por aquel entonces. Fue el momento en el que me enfoqué en la composición de canciones. Empecé a comprar todos los libros que veía sobre el tema.
Por cierto, de este periodo de invalidez surgió la canción “Cae la lluvia” que acabo de publicar. La canción habla de reinventarse, dejar el pasado atrás y abrazar la experiencia “negativa” que estaba teniendo. ¡Os invito a que la escuchéis! Aprendí además, que nada es lo que parece. Y desde luego, sin aquel “accidente”, no habría sacado el tiempo ni la energía necesaria para aprender a componer, que era mi sueño inicial cuando empecé con la música.
-¿Cómo es el proceso de composición de las letras? ¿Se sufre o se disfruta ese proceso?
-Tiene disfrute y algo de sufrimiento… Cuando llevo tiempo sin hacer letras, el proceso inicial de escribir comienza muy denso. Tengo que contactar con una parte de mí que parece estar escondida. Al mismo tiempo, hay que resistir el estrés de esa voz interior que te dice: “¡Estás mirando una hoja en blanco y no estás haciendo nada!”. Es importante empezar a escribir lo primero que se me ocurra, pues es la manera de cambiar esa densidad inicial por una energía más fluida. Por el contrario, cuando llevo varios días seguidos escribiendo, hay algo que se ha activado en mi interior, que incluso cuando estoy durmiendo o caminando sigue trabajando en la canción. También es importante, la sensación de creer que tengo algo que decir y que ese algo tiene valor. Ese ha sido mi motor para crear canciones, la creencia en que tengo algo que decir…cuando veo que la letra y la canción reflejan ese mensaje que buscaba, la satisfacción es muy grande.
-¿Nos podés remontar a ese lugar donde creciste, sus calles, el barrio y su gente?
-Nací en Madrid. Una familia de 8 hermanos. Mis padres eran del sur de España, vivieron de pequeños el horror de la guerra civil española y padecieron la pobreza que vino tras la guerra. Ambos eran de una generación a la que admiro, pues se hizo fuerte ante la adversidad. Emigraron a Madrid con muy poco y salieron adelante a base de mucho trabajo.
-¿Hay un momento de introspección con vos mismo?
-Siempre fui bastante introspectivo. Desde niño he sentido que había una voz interior que se diluía con el ruido externo, con el mundo de las apariencias. Reconectar con esa voz, se ha ido convirtiendo en el objetivo de mi vida y curiosamente, mi música va mucho de alcanzar esa conexión.
-Apostás a esta mezcla entre lo musical y lo poético. ¿Ccómo se logra ambas conjunciones?
-En mi caso, siempre prevalece el mensaje que quiero transmitir con la canción que estoy haciendo. Cuando siento que este mensaje es importante, se activan todos mis recursos musicales y poéticos para conseguir llevarlo a cabo. Luego, es un tema de no engañarte y conformarte con algo que no te satisface completamente. Algunas canciones las he terminado en unos pocos días, otras en cambio, se han ido puliendo con el paso de los años.
-¿Qué artistas han sido influencias musicales?
-Siempre me han gustado estilos musicales muy diferentes pero que tienen en común las letras con mensaje y contenido. De pequeño crecí con Serrat y sus historias. Luego de joven, los primeros discos de Héroes del Silencio estaban llenos de alma. Soy admirador de Carlos Gardel y Andrés Calamaro. De música en inglés, bandas tipo Pink Floyd, Supertramp y Aha, me influyeron en mi juventud. Hará 10 años, gracias a mi madre, conocí a Alberto Cortez, que tal vez sea mi cantautor favorito. Ella, estando mal de salud, lo ponía a todo volumen cuando se arreglaba para salir a la calle… ¡tenía el poder de resucitarla!
-¿Qué se pierde y se encuentra en el camino de la música?
-Creo que es como otras pasiones de la vida. Si te involucras con ella, tienes que dejar otras cosas, pero es un camino de infinito desarrollo que sin duda te transforma.
-Háblanos de Mis heridas curaré.
-La canción habla de recuperar la dirección de vuelta a “casa” qué consiste en volver a conectar, con la creación, el universo o Dios. Llegamos a este mundo en el que aparentemente somos seres aislados, perseguimos una serie de objetivos con más o menos éxito y un día cualquiera desaparecemos. Tarde o temprano descubres que nada es lo que parece y que tu personalidad se formó sobre la visión del mundo que te hiciste de pequeño, basada en creencias erróneas. Esta visión errada de la realidad, más tarde o más temprano va a generar heridas y dolor.
-¿Qué planes hay a futuro?
-Tengo sobre 20 canciones terminadas que quiero mostrar en las mejores condiciones posibles. Hacer buenos arreglos, producción e incluso videos. A un año vista la vida dirá. Tal vez empiece a hacer directos. Otra posibilidad que me atrae, es la de componer para otros artistas. En cualquier caso, sobre todo, disfrutar lo que hago y no “perderme” en los objetivos.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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