El ingeniero agrónomo Pablo Benetti es técnico en la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena.
Conrado Berón
[email protected]
Pablo Benetti es un paranaense que desde 2005 se radicó en La Paz a escasos meses de recibirse de ingeniero agrónomo. El espectro que da esa profesión en general y el trabajo en el campo en particular, tienen muchas aristas, y Pablo eligió la social, con todo lo que eso significa hoy en día.
Antes de recibirse incluso, venía trabajando con pequeños productores, en una agrupación a la que pertenecía como militante. Eso lo ayudó a integrar el Programa Social Agropecuario, lo que es hoy la Secretaría de Agricultura Familiar. En esa repartición es “técnico en terreno” y a su vez coordina la Federación Nacional Campesina en la provincia; y en La Paz lo hace en la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
MIRADOR ENTRE RÍOS dialogó con Benetti, para interiorizarse sobre este tema tan relevante como actual.
–¿Cómo se viene trabajando en Agricultura Familiar en La Paz?
–Se trabaja en grupos de productores y productoras que se vinculaban con el Programa Social Agropecuario y luego se comenzó a hacerlo por zonas. Acompañamos, asesoramos y asistimos técnicamente a todos los productores. Tenemos una fuerte presencia en la zona de las colonias, San Ramírez, Ombú, Las Toscas y en Yeso. Mi trabajo también incluye algo más integral que es fomentar la organización de los productores para que trabajen junto a nosotros. Esa unión creemos le da la fuerza para poder salir a la lucha con el fin de conseguir lo que necesitan.
La Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (Safci) desde fines de 2020 ya tiene presupuesto propio, lo que ha generado que podemos bajar de Nación programas como el de Asistencia Crítica y Directa, que asiste a los pequeños productores cuando tienen un problema grave como incendio o sequía. Además de programas de financiamientos como el ProTal, que por ejemplo se está haciendo en Santa Elena, en terrenos donados por el municipio en comodato a la CCC, para un proyecto hortícola.
–¿Y cómo es el trabajo en la provincia?
–De 2016 a 2018 sufrimos el desguace de la Secretaría, en la época del gobierno de Mauricio Macri. Quedamos sin trabajo más de 70 técnicos y técnicas. Sólo quedaron 20 para toda la provincia con localidades donde no quedó nadie trabajando. Esto cambió a mediados de 2020, por el pedido de los gremios, se logró que se empiece a reincorporar a casi la totalidad de esos que fueron echados.
Si bien nos faltan cosas como movilidad y algunos recursos, para la situación que teníamos en esos cuatro años, la cosa ha cambiado.
–¿Cuál es la recepción de la gente hacia ustedes?
–Es muy buena, ya que se dieron cuenta que les ofrecemos a través de las organizaciones un lugar donde encontrarse y juntarse, para poder pelear por el bien común y conseguir lo que les falta o necesitan, como recursos, insumos, canales de comercialización, ferias, por ejemplo.
Fuimos parte de la creación de la Feria Zonal en La Paz y estamos fortaleciendo la de San Gustavo. Además de caminos, hemos conseguido mucho acceso al agua y a la electricidad. La gente busca poder progresar y sostenerse en el medio rural.
Hubo mucha gente que se ha tenido que ir del ámbito rural por falta de estos recursos que tratamos de facilitarles para que se queden y crezcan.
–¿Qué significa el asesoramiento integral?
–Que no es solo la asistencia a través de un subsidio o el hecho de conseguir obras de luz y de agua, sino también que le damos herramientas de capacitación, o lo que es muy importante para nosotros que es el tema de la recreación y el esparcimiento; hemos dado una mano para la recuperación del Club El Porvenir en la Colonia, el club El Puente, en la zona de Ceibas o en la zona urbana de La Paz, estamos trabajando con una escuelita de fútbol.
Algo muy importante son los abordajes territoriales que realizamos de manera mancomunada con el Hospital 9 de Julio, lo que en materia de salud para los productores son muy importantes.
La asistencia técnica es clave para que ellos aprendan, produzcan y a través de la creación de los canales de comercialización puedan vender lo que produjeron.
–¿Cómo se inicia una familia en estos programas?
–Lo que buscamos primordialmente es que entre ellos se puedan ir fomentando las herramientas que les damos como organización. El boca en boca es fundamental. Desde la interacción entre las familias, nos llegan a nosotros las demandas que van surgiendo en materia de necesidades. Tenemos una oficina en conjunto con el INTA local (Ituzaingó 1055) y ahí recibimos y evacuamos cualquier duda.
–¿Cómo se da la sinergia con los municipios?
–Trabajamos mucho con mesas de gestión local, que están integradas por los gobiernos locales, que son fundamentales porque también conocen y saben las necesidades de los productores y productoras de la zona. Articulamos mucho con las comunas, las juntas de gobierno y las municipalidades.
–¿Qué cambiarías del sistema agropecuario argentino?
–Vemos un sistema agropecuario agroexportador, insumo-dependiente, endeudado y con una gran crisis en materia de tierras propias. Según el último censo agropecuario, el 1% de los productores posee en 50% de la tierra productiva en el país. Esto significa que pocos tienen mucha tierra. Incluso más del 70% de lo que se produce se hace sobre tierras arrendadas, lo que lleva significa que hay mucha plata que se va a los dueños de la tierra que al alquilarlas se quedan con ese dinero, por el solo hecho de tener un papel que dice que la tierra es de ellos. Cambiaría a un modelo más agroecológico donde se pueda convivir entre la producción, el medio ambiente y la sociedad, con un modelo que garantice la alimentación primero para los argentinos las argentinas y después para que se exporte. Eso sí, con una exportación en manos del Estado y no en manos de cinco grandes exportadores, lo que garantizaría el alimento en nuestras mesas.
[email protected]
Pablo Benetti es un paranaense que desde 2005 se radicó en La Paz a escasos meses de recibirse de ingeniero agrónomo. El espectro que da esa profesión en general y el trabajo en el campo en particular, tienen muchas aristas, y Pablo eligió la social, con todo lo que eso significa hoy en día.
Antes de recibirse incluso, venía trabajando con pequeños productores, en una agrupación a la que pertenecía como militante. Eso lo ayudó a integrar el Programa Social Agropecuario, lo que es hoy la Secretaría de Agricultura Familiar. En esa repartición es “técnico en terreno” y a su vez coordina la Federación Nacional Campesina en la provincia; y en La Paz lo hace en la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
MIRADOR ENTRE RÍOS dialogó con Benetti, para interiorizarse sobre este tema tan relevante como actual.
–¿Cómo se viene trabajando en Agricultura Familiar en La Paz?
–Se trabaja en grupos de productores y productoras que se vinculaban con el Programa Social Agropecuario y luego se comenzó a hacerlo por zonas. Acompañamos, asesoramos y asistimos técnicamente a todos los productores. Tenemos una fuerte presencia en la zona de las colonias, San Ramírez, Ombú, Las Toscas y en Yeso. Mi trabajo también incluye algo más integral que es fomentar la organización de los productores para que trabajen junto a nosotros. Esa unión creemos le da la fuerza para poder salir a la lucha con el fin de conseguir lo que necesitan.
La Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (Safci) desde fines de 2020 ya tiene presupuesto propio, lo que ha generado que podemos bajar de Nación programas como el de Asistencia Crítica y Directa, que asiste a los pequeños productores cuando tienen un problema grave como incendio o sequía. Además de programas de financiamientos como el ProTal, que por ejemplo se está haciendo en Santa Elena, en terrenos donados por el municipio en comodato a la CCC, para un proyecto hortícola.
–¿Y cómo es el trabajo en la provincia?
–De 2016 a 2018 sufrimos el desguace de la Secretaría, en la época del gobierno de Mauricio Macri. Quedamos sin trabajo más de 70 técnicos y técnicas. Sólo quedaron 20 para toda la provincia con localidades donde no quedó nadie trabajando. Esto cambió a mediados de 2020, por el pedido de los gremios, se logró que se empiece a reincorporar a casi la totalidad de esos que fueron echados.
Si bien nos faltan cosas como movilidad y algunos recursos, para la situación que teníamos en esos cuatro años, la cosa ha cambiado.
–¿Cuál es la recepción de la gente hacia ustedes?
–Es muy buena, ya que se dieron cuenta que les ofrecemos a través de las organizaciones un lugar donde encontrarse y juntarse, para poder pelear por el bien común y conseguir lo que les falta o necesitan, como recursos, insumos, canales de comercialización, ferias, por ejemplo.
Fuimos parte de la creación de la Feria Zonal en La Paz y estamos fortaleciendo la de San Gustavo. Además de caminos, hemos conseguido mucho acceso al agua y a la electricidad. La gente busca poder progresar y sostenerse en el medio rural.
Hubo mucha gente que se ha tenido que ir del ámbito rural por falta de estos recursos que tratamos de facilitarles para que se queden y crezcan.
Integración
–¿Qué significa el asesoramiento integral?
–Que no es solo la asistencia a través de un subsidio o el hecho de conseguir obras de luz y de agua, sino también que le damos herramientas de capacitación, o lo que es muy importante para nosotros que es el tema de la recreación y el esparcimiento; hemos dado una mano para la recuperación del Club El Porvenir en la Colonia, el club El Puente, en la zona de Ceibas o en la zona urbana de La Paz, estamos trabajando con una escuelita de fútbol.
Algo muy importante son los abordajes territoriales que realizamos de manera mancomunada con el Hospital 9 de Julio, lo que en materia de salud para los productores son muy importantes.
La asistencia técnica es clave para que ellos aprendan, produzcan y a través de la creación de los canales de comercialización puedan vender lo que produjeron.
–¿Cómo se inicia una familia en estos programas?
–Lo que buscamos primordialmente es que entre ellos se puedan ir fomentando las herramientas que les damos como organización. El boca en boca es fundamental. Desde la interacción entre las familias, nos llegan a nosotros las demandas que van surgiendo en materia de necesidades. Tenemos una oficina en conjunto con el INTA local (Ituzaingó 1055) y ahí recibimos y evacuamos cualquier duda.
–¿Cómo se da la sinergia con los municipios?
–Trabajamos mucho con mesas de gestión local, que están integradas por los gobiernos locales, que son fundamentales porque también conocen y saben las necesidades de los productores y productoras de la zona. Articulamos mucho con las comunas, las juntas de gobierno y las municipalidades.
Mucha tierra en pocas manos
–¿Qué cambiarías del sistema agropecuario argentino?
–Vemos un sistema agropecuario agroexportador, insumo-dependiente, endeudado y con una gran crisis en materia de tierras propias. Según el último censo agropecuario, el 1% de los productores posee en 50% de la tierra productiva en el país. Esto significa que pocos tienen mucha tierra. Incluso más del 70% de lo que se produce se hace sobre tierras arrendadas, lo que lleva significa que hay mucha plata que se va a los dueños de la tierra que al alquilarlas se quedan con ese dinero, por el solo hecho de tener un papel que dice que la tierra es de ellos. Cambiaría a un modelo más agroecológico donde se pueda convivir entre la producción, el medio ambiente y la sociedad, con un modelo que garantice la alimentación primero para los argentinos las argentinas y después para que se exporte. Eso sí, con una exportación en manos del Estado y no en manos de cinco grandes exportadores, lo que garantizaría el alimento en nuestras mesas.
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