Llegar como sea. "Lo que me propongo, lo logro", sostuvo Ariel Romano. La travesía de 100 kilómetros no será la excepción.
Foto:José Vittori
Alejandro Moulins
Son las 19 de un jueves. Ariel Romano, en bicicleta, entra al diario por la cochera. Viene de Inea, el Instituto de Neurorehabilitación para Adultos donde sigue recuperándose de las secuelas que le dejó, sobre todo, su segundo ACV. Es tan alto que obliga a uno a mirar hacia arriba para hacer contacto visual. Llega concentrado escuchando música (seguramente algo de rock) en sus auriculares. Ni bien deja sus cosas, rompe el hielo tirando un chiste. No deja pasar más de 5 minutos que larga el segundo. Así es Ariel, y según él, ese buen humor fue una de las herramientas que utilizó para salir adelante. Pero su historia, como toda historia, comienza con un principio.
Ariel Romano nació y pasó la primera etapa de su vida en San Justo donde entre otras cosas se convirtió en jugador semiprofesional de básquet. El estudio lo llevó a Santa Fe donde al poco tiempo empezó a trabajar. De ahí, a Videla donde conoció a la mamá de su hija, Alma Luz Romano, que hoy tiene 10 años.
Para 2018 llevaba una vida normal, aunque bastante movida. De lunes a sábado se despertaba bien temprano para atravesar los 81 kilómetros que separan Videla de Santa Fe. Después de una larga jornada de trabajo, si no tenía partido de básquet, pegaba la vuelta y llegaba a su casa.
Los viajes diarios, las jornadas de trabajo, algunas salidas, la organización de recitales (El Videla Rock es "su" festival y al día de hoy lo enorgullece) y sus obligaciones como padre fueron llevándolo a un cansancio que se hacía cada vez más evidente.
"No podía parar"
Para mitad de 2018 Ariel sentía que algo le estaba por pasar. "Yo estaba muy estresado. Me sentía todo el tiempo pasado de revoluciones y empecé a pensar que algo me va iba pasar. O dicho de otra manera, quería que me pase algo para poder meter un freno", cuenta.
Para agosto, el cansancio se fue haciendo más evidente y el: "-Mono, no te vemos bien" de sus amigos, se convirtió en una señal.
Una semana después Ariel sufrió un ACV que afectó principalmente la movilidad del brazo izquierdo. Las consecuencias fueron leves y después de 5 días de internación comenzó la recuperación. Ya con licencia en el trabajo y medicado, todo indicaba que las cosas se acomodarían.
Pero cuando menos lo esperaba, el 30 de octubre de 2018, sufrió un segundo ACV, esta vez mucho más fuerte, que dejaría secuelas. Después de 30 días de internación en un sanatorio de la capital provincial, Ariel recibió el alta y comenzó a rehabilitarse en el CENAT (Centro de Neurorehabilitación y Aqua Terapia).
-¿Cómo fue la recuperación del segundo ACV?
-Al principio fue duro pero yo estaba decidido. Desde las 8 de la mañana a las 6 de la tarde me la pasaba en el CENAT, lugar que le recomendaron a mi mamá. Yo llegué en silla de ruedas y a la semana ya estaba parado. Me dijeron que al año y medio iba a poder volver a trabajar, pero a los 10 meses ya lo estaba haciendo.
-¿Quiénes fueron importantes en tu rehabilitación?
-Yo siempre fui de tener muchos amigos, a mi familia y la gente que dio una mano desde el minuto cero. Pero no es tanto eso. Creo que está en uno, porque al final del día se apagan las luces y está uno solo. En mi caso la forma de salir y lo que me ayudó fue tomar todo con humor. Yo iba a rehabilitarme y entraba a los gritos. Le hacía chistes a las personas y eso me ayudaba a mí, pero también le servía a los demás.
Más allá de lo fuerte que tiene que estar uno de la cabeza, Ariel destaca el trabajo de los profesionales, por eso en uno de los objetivos de su travesía destaca que la misma está dirigida a "apoyar incondicionalmente al sector de trabajadores de la discapacidad. Al fin y al cabo, mas allá de la voluntad que cada uno ponga, gracias a ellos hoy puedo realizar esta travesía".
-¿Sos de ponerte a pensar por qué te pasó a vos?
(Ariel interrumpe)- Es que esto a mí me salvó la vida. Yo no era feliz así. Me la pasaba viajando todo el día y no disfrutaba de las cosas que me pasaban. Yo siento que si no me hubiera pasado esto, no estaría hoy acá".
Mantenerse ocupado
Fiel a su estilo de estar siempre activo y con la cabeza en algún proyecto, Ariel comenzó un programa de radio que estuvo al aire dos años. "Llenos de vida", que se emitía por Mega 98.3 y contaba distintas historias de superación, difundiendo a su vez el rock local y regional. Terminado ese proyecto y siempre buscando desafíos fue que se le ocurrió hacer una travesía en bicicleta.
-¿Cuál es el objetivo de la travesía?
-Si bien esto lo hago para mí, como un desafío personal, siempre me gustó hacer cosas por los demás. Lo primero que quise hacer era tener un objetivo, que mi esfuerzo físico sirva para algo. Y ahí apunté a la discapacidad. El objetivo es que al menos una persona con cualquier discapacidad pueda ver mi esfuerzo y tomar mi historia para salir adelante. Si eso pasa yo me voy a sentir realizado.
En ese contexto se le ocurrió la idea de hacer un documental. "Que no sea solo hacer 100 kilómetros en bicicleta desde Santa Fe a San Justo, sino filmarlo, que sirva para hacer charlas motivacionales porque yo en los lugares en que estuve me cansé de ver gente "tirada" o pibes jóvenes que se largaban al abandono. Entonces yo pensé, ¿Cómo los puedo motivar?", reflexionó.
-¿Qué repercusiones tuviste?
-Me está llamando mucha gente para charlas y para apoyarme en lo que estoy haciendo. Mi instagram pasó de 1000 seguidores a 2 mil o 3 mil y es mucha la gente que me manda mensajes de apoyo.
Ariel se emociona hasta las lágrimas. Su idea es predicar con el ejemplo, ya que el ACV lo dejó un poco más sensible y le cuesta expresarse sin quebrarse.
Lo que llama la atención es que no se queja de lo que le pasó. Dice que no necesita recuperase del todo porque se siente bien así y con eso le alcanza. Actualmente, como secuela padece de espasticidad (músculos tensos o rígidos) en el pie derecho, que si bien le permite caminar con normalidad, a medida que acelera la marcha comienza a renguear y no le permite correr.
-Venís del palo del rock. ¿Tenés alguna frase de canción que te represente?
-Yo soy muy fanático de Callejeros y siempre repito la misma frase: "En la buena fortuna más atento que nunca, en las malas de qué estas hecho aprenderás. Si la foto es en las buenas, salir todos buscan, en las malas como mucho vos y dos más" (de la canción Suerte). Esa frase me representa y por eso estoy haciendo esta travesía sin banderas políticas. Yo pedí ayuda de quien quiera sumarse y por suerte es mucha gente la que se está sumando.
-Sabemos que no te podés quedar quieto. ¿Qué se viene para después de la travesía?
-Ariel sonríe y con una mirada cómplice responde que aún no lo sabe con certeza. Tiene ganas de retomar la radio. El rock sigue siendo su pasión y no quedarse quieto su característica más distintiva: "Todo lo que quiero hacer, me mentalizo y lo hago", cerró.
Equipo de trabajo
El equipo con el que Ariel encaró esta travesía está conformado por su amigo Ariel Gianelli (Arsegia Producciones), @creaaudiovisuales que se encargará de realizar el documental, Diego Ferreiro (especialista en rural bike) que oficiará de guía y compañero de ruta y el propio hermano de Ariel que es enfermero.
100 kilómetros pedaleando
La travesía se realizará el domingo 30 de octubre desde la mañana. La fecha coincide con el día en que 4 años atrás sufrió su segundo ACV, el que "le salvó la vida". Pero además, el 29 de octubre se conmemora anualmente el "Día Mundial del Ataque Cerebrovascular (ACV)". Una vez más, como sostiene "El Mono", las cosas se alinearon.
Ariel saldrá de Regatas de Santa Fe, club al que llegó en 2001 y del cuál conserva su grupo de amigos, irá hasta el faro con quienes quieran sumarse y desde ahi continuará junto a Diego Ferreiro, quien además de seleccionar la ruta gracias a su experiencia, preparó la bicicleta para la ocasión.
Todo el trayecto será documentado hasta llegar al Parque René Favaloro de San Justo.
Dr. Hugo Salierno
"La vida me regalo 3 padres, uno es el biológico, otro es Edgardo Decoud, que ojalá sea eterno. El tercero fue Hugo Salierno, uno de los primeros en saber de la travesía. Hugo era mi amigo. Lo conocí hace mucho tiempo, cuando era dirigente de Colón de San Justo, donde yo jugaba al básquet y desde ahí siempre tuvimos una muy linda relación". Hoy él no está y ponerle su nombre a la travesía es mi humilde homenaje", relató Ariel.
Son las 19 de un jueves. Ariel Romano, en bicicleta, entra al diario por la cochera. Viene de Inea, el Instituto de Neurorehabilitación para Adultos donde sigue recuperándose de las secuelas que le dejó, sobre todo, su segundo ACV. Es tan alto que obliga a uno a mirar hacia arriba para hacer contacto visual. Llega concentrado escuchando música (seguramente algo de rock) en sus auriculares. Ni bien deja sus cosas, rompe el hielo tirando un chiste. No deja pasar más de 5 minutos que larga el segundo. Así es Ariel, y según él, ese buen humor fue una de las herramientas que utilizó para salir adelante. Pero su historia, como toda historia, comienza con un principio.
Ariel Romano nació y pasó la primera etapa de su vida en San Justo donde entre otras cosas se convirtió en jugador semiprofesional de básquet. El estudio lo llevó a Santa Fe donde al poco tiempo empezó a trabajar. De ahí, a Videla donde conoció a la mamá de su hija, Alma Luz Romano, que hoy tiene 10 años.
Para 2018 llevaba una vida normal, aunque bastante movida. De lunes a sábado se despertaba bien temprano para atravesar los 81 kilómetros que separan Videla de Santa Fe. Después de una larga jornada de trabajo, si no tenía partido de básquet, pegaba la vuelta y llegaba a su casa.
Los viajes diarios, las jornadas de trabajo, algunas salidas, la organización de recitales (El Videla Rock es "su" festival y al día de hoy lo enorgullece) y sus obligaciones como padre fueron llevándolo a un cansancio que se hacía cada vez más evidente.
"No podía parar"
Para mitad de 2018 Ariel sentía que algo le estaba por pasar. "Yo estaba muy estresado. Me sentía todo el tiempo pasado de revoluciones y empecé a pensar que algo me va iba pasar. O dicho de otra manera, quería que me pase algo para poder meter un freno", cuenta.
Para agosto, el cansancio se fue haciendo más evidente y el: "-Mono, no te vemos bien" de sus amigos, se convirtió en una señal.
Una semana después Ariel sufrió un ACV que afectó principalmente la movilidad del brazo izquierdo. Las consecuencias fueron leves y después de 5 días de internación comenzó la recuperación. Ya con licencia en el trabajo y medicado, todo indicaba que las cosas se acomodarían.
Pero cuando menos lo esperaba, el 30 de octubre de 2018, sufrió un segundo ACV, esta vez mucho más fuerte, que dejaría secuelas. Después de 30 días de internación en un sanatorio de la capital provincial, Ariel recibió el alta y comenzó a rehabilitarse en el CENAT (Centro de Neurorehabilitación y Aqua Terapia).
-¿Cómo fue la recuperación del segundo ACV?
-Al principio fue duro pero yo estaba decidido. Desde las 8 de la mañana a las 6 de la tarde me la pasaba en el CENAT, lugar que le recomendaron a mi mamá. Yo llegué en silla de ruedas y a la semana ya estaba parado. Me dijeron que al año y medio iba a poder volver a trabajar, pero a los 10 meses ya lo estaba haciendo.
-¿Quiénes fueron importantes en tu rehabilitación?
-Yo siempre fui de tener muchos amigos, a mi familia y la gente que dio una mano desde el minuto cero. Pero no es tanto eso. Creo que está en uno, porque al final del día se apagan las luces y está uno solo. En mi caso la forma de salir y lo que me ayudó fue tomar todo con humor. Yo iba a rehabilitarme y entraba a los gritos. Le hacía chistes a las personas y eso me ayudaba a mí, pero también le servía a los demás.
Más allá de lo fuerte que tiene que estar uno de la cabeza, Ariel destaca el trabajo de los profesionales, por eso en uno de los objetivos de su travesía destaca que la misma está dirigida a "apoyar incondicionalmente al sector de trabajadores de la discapacidad. Al fin y al cabo, mas allá de la voluntad que cada uno ponga, gracias a ellos hoy puedo realizar esta travesía".
-¿Sos de ponerte a pensar por qué te pasó a vos?
(Ariel interrumpe)- Es que esto a mí me salvó la vida. Yo no era feliz así. Me la pasaba viajando todo el día y no disfrutaba de las cosas que me pasaban. Yo siento que si no me hubiera pasado esto, no estaría hoy acá".
Mantenerse ocupado
Fiel a su estilo de estar siempre activo y con la cabeza en algún proyecto, Ariel comenzó un programa de radio que estuvo al aire dos años. "Llenos de vida", que se emitía por Mega 98.3 y contaba distintas historias de superación, difundiendo a su vez el rock local y regional. Terminado ese proyecto y siempre buscando desafíos fue que se le ocurrió hacer una travesía en bicicleta.
-¿Cuál es el objetivo de la travesía?
-Si bien esto lo hago para mí, como un desafío personal, siempre me gustó hacer cosas por los demás. Lo primero que quise hacer era tener un objetivo, que mi esfuerzo físico sirva para algo. Y ahí apunté a la discapacidad. El objetivo es que al menos una persona con cualquier discapacidad pueda ver mi esfuerzo y tomar mi historia para salir adelante. Si eso pasa yo me voy a sentir realizado.
En ese contexto se le ocurrió la idea de hacer un documental. "Que no sea solo hacer 100 kilómetros en bicicleta desde Santa Fe a San Justo, sino filmarlo, que sirva para hacer charlas motivacionales porque yo en los lugares en que estuve me cansé de ver gente "tirada" o pibes jóvenes que se largaban al abandono. Entonces yo pensé, ¿Cómo los puedo motivar?", reflexionó.
-¿Qué repercusiones tuviste?
-Me está llamando mucha gente para charlas y para apoyarme en lo que estoy haciendo. Mi instagram pasó de 1000 seguidores a 2 mil o 3 mil y es mucha la gente que me manda mensajes de apoyo.
Ariel se emociona hasta las lágrimas. Su idea es predicar con el ejemplo, ya que el ACV lo dejó un poco más sensible y le cuesta expresarse sin quebrarse.
Lo que llama la atención es que no se queja de lo que le pasó. Dice que no necesita recuperase del todo porque se siente bien así y con eso le alcanza. Actualmente, como secuela padece de espasticidad (músculos tensos o rígidos) en el pie derecho, que si bien le permite caminar con normalidad, a medida que acelera la marcha comienza a renguear y no le permite correr.
-Venís del palo del rock. ¿Tenés alguna frase de canción que te represente?
-Yo soy muy fanático de Callejeros y siempre repito la misma frase: "En la buena fortuna más atento que nunca, en las malas de qué estas hecho aprenderás. Si la foto es en las buenas, salir todos buscan, en las malas como mucho vos y dos más" (de la canción Suerte). Esa frase me representa y por eso estoy haciendo esta travesía sin banderas políticas. Yo pedí ayuda de quien quiera sumarse y por suerte es mucha gente la que se está sumando.
-Sabemos que no te podés quedar quieto. ¿Qué se viene para después de la travesía?
-Ariel sonríe y con una mirada cómplice responde que aún no lo sabe con certeza. Tiene ganas de retomar la radio. El rock sigue siendo su pasión y no quedarse quieto su característica más distintiva: "Todo lo que quiero hacer, me mentalizo y lo hago", cerró.
Equipo de trabajo
El equipo con el que Ariel encaró esta travesía está conformado por su amigo Ariel Gianelli (Arsegia Producciones), @creaaudiovisuales que se encargará de realizar el documental, Diego Ferreiro (especialista en rural bike) que oficiará de guía y compañero de ruta y el propio hermano de Ariel que es enfermero.
100 kilómetros pedaleando
La travesía se realizará el domingo 30 de octubre desde la mañana. La fecha coincide con el día en que 4 años atrás sufrió su segundo ACV, el que "le salvó la vida". Pero además, el 29 de octubre se conmemora anualmente el "Día Mundial del Ataque Cerebrovascular (ACV)". Una vez más, como sostiene "El Mono", las cosas se alinearon.
Ariel saldrá de Regatas de Santa Fe, club al que llegó en 2001 y del cuál conserva su grupo de amigos, irá hasta el faro con quienes quieran sumarse y desde ahi continuará junto a Diego Ferreiro, quien además de seleccionar la ruta gracias a su experiencia, preparó la bicicleta para la ocasión.
Todo el trayecto será documentado hasta llegar al Parque René Favaloro de San Justo.
Dr. Hugo Salierno
"La vida me regalo 3 padres, uno es el biológico, otro es Edgardo Decoud, que ojalá sea eterno. El tercero fue Hugo Salierno, uno de los primeros en saber de la travesía. Hugo era mi amigo. Lo conocí hace mucho tiempo, cuando era dirigente de Colón de San Justo, donde yo jugaba al básquet y desde ahí siempre tuvimos una muy linda relación". Hoy él no está y ponerle su nombre a la travesía es mi humilde homenaje", relató Ariel.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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