Foto:Archivo.
A la pretemporada un tanto más larga que lo habitual, se le suma la ansiedad por ver en campo al nuevo Newell’s del Gringo Gabriel Heinze. Aunque, por ahora, de nuevo no tiene demasiado salvo, claro está, la fuerte figura del entrenador.
Así como esta preparación para la temporada 2023 en la que la Lepra será partícipe de la Copa Sudamericana es atípica, hay cosas que no cambian demasiado y el mercado de pases sigue siendo complejo desde lo económico para los bolsillos rojinegros. Mientras tanto, el entrenador aprovecha para dialogar mucho con su cuerpo técnico y, sobre todo, con los jugadores.
De entrada, no le tembló el pulso para bajar del proyecto a quienes consideraba que no encajaban dentro de su idea y, como se esperaba, después de un par de días de práctica, les comunicó a los jugadores que volvieron de sus respectivos préstamos que deberán buscar nuevos horizontes.
Así, con los que tiene y con los que quiere, Heinze empieza a dar indicios de sus pretensiones futbolísticas. ¿Cómo jugará el Newell’s del Gringo? Es la pregunta que se hacen los ansiosos hinchas del equipo del Parque y en la presentación oficial como DT del equipo que lo vio nacer, no soltó demasiada prenda.
Por eso, las referencias de Argentinos Juniors y Vélez son clave como para empezar a dilucidar el sello de entrenador. Allí, las propuestas fueron más que interesantes, con un juego agresivo y con la intención de protagonizar, más allá de los rivales o los contextos. En Liniers, por ejemplo, Heinze afirmó que “la táctica son las posiciones” y a partir de allí armó un vínculo tanto dentro como fuera de la cancha, con lo jugadores y con los hinchas que se identificaron rápidamente con su estilo.
Durante los dos años que estuvo en Vélez, Heinze hizo gala del juego de posesión, con un promedio de 57,7 por ciento por partido durante su ciclo.
La idea de comenzar desde abajo es algo que no negocia el DT y es por eso que espera que se concrete la llegada de Lucas Hoyos, justamente el arquero que tuvo en su paso por Villa Luro y que le da la tranquilidad de tener un gran juego con los pies.
Era moneda corriente en aquellos partidos que Hoyos se colocara entre medio de los centrales velezanos a la hora de que el equipo esté en posición de ataque y así comenzar a achicar metros para hacer el equipo lo más corto posible.
El DT pide continuamente pases cortos y profundos, para generar espacios y encontrar al rival a mitad de camino.
La idea de salir por abajo y jugar corto es para que el equipo contrario se adelante y ahí saltar líneas para ubicar al futbolista propio mejor colocado en ofensiva.
El dibujo preferido de Heinze tal cual lo admitió es el 4-3-3, un sistema que Newell’s viene utilizando casi desde la era Martino allá por 2013, con excepciones en los ciclos de Diego Osella, Omar De Felippe y Jua Manuel Llop. El antecesor del Gringo, Javier Sanguinetti, comenzó con esa formación táctica, para luego pasar al 5-3-2.
En esos años de la “V” azulada, Heinze supo potenciar a jugadores como Thiago Almada, convocado por Lionel Scaloni para representar a Argentina en el Mundial de Qatar 2022, Nicolás Domínguez, transferido a Bologna de Italia, Lucas Robertone, vendido a Almería de España, Juan Martín Lucero, hoy figura y goleador de Colo Colo de Chile y otros que hoy ya son referentes y figuras como Lautaro Gianetti y Lucas Janson. Además, subió a pibes como Luca Orellano, una de las grandes promesas del fútbol argentino.
Con esta idea y con esta propuesta, Heinze buscará ponerle nombres propios a “su” Newell’s para lograr algo similar a lo que ocurrió en Vélez.
Con Hoyos en el arco, el DT ya tendría un problema menos, los centrales seguirán siendo el colombiano Willer Ditta y el paraguayo Gustavo Vélazquez, mientras que las primeras incógnitas aparecen en los laterales.
Más allá de algún nombre que se pueda sumar en este mercado, por ahora, el DT cuenta con los juveniles Tomás Jacob para el lateral derecho y Martín Luciano y Marco Campagnaro para la banda izquierda.
Y acá hay un detalle que no se puede pasar por alto. En esos pases cortos para luego saltar líneas, eran fundamentales los movimientos de los laterales, que por momentos variaron su posición dependiendo de qué zona ocupaban los volantes y los extremos, para terminar como volantes internos y así favorecer la llegada del hombre libre. Entonces, aquí correrían con ventaja en una hipotética elección en el once inicial, Jacob y Campagnaro.
Jacob fue volante en varios partidos compartiendo la zona derecha con el uruguayo Armando Méndez, mientras que Campagnaro en sus inicios fue volante ofensivo, por lo que haría sin problemas la rotación de lateral a interno.
En el medio, no hay dudas, el año de Juan Sforza fue superlativo y fue el jugador más regular de un equipo que padeció una montaña rusa de emociones, sobre todo en este segundo semestre. Al lado de Sforza, para armar esa línea de tres, un número puesto es Pablo Pérez, pero el capitán ya no tiene la fuerza ni el físico de aquel que dio la vuelta con Heinze en 2013 y rotará mucho a lo largo de la temporada.
El juego que Almada u Orellano hicieron en Vélez, por ahora no tiene rostro en la Lepra y es por eso que desde la dirección de fútbol habían posado los ojos en Facundo Krupsky, el talentoso volante de Arsenal, pero el interés de otros clubes de México y de Arabia hacen muy cuesta arriba ese deseo.
Una de las opciones que hoy por hoy está evaluando el cuerpo técnico es la de Francisco González como enlace, distinto a lo que venía haciendo en este último tiempo en el que se paró de extremo por cualquiera de las dos bandas.
Así, Panchito podría parecerse más a ese jugador explosivo que supo ser en las inferiores y que entusiasmó al simpatizante cuando dio sus primeros pasos en la máxima categoría de la mano de Héctor Bidoglio. Además, al jugar “suelto”, González tendría menos responsabilidad en la marca y guardaría esa energía para poder explotarla de tres cuartos para adelante.
Arriba, Brian Aguirre fue una grata revelación en los últimos partidos de esta temporada y seguramente tendrá mucho protagonismo de la mano del Gringo.
A la falta de un “9” y caídas las chances de Leandro Fernández (firmó con Universidad de Chile) y Juan Martín Lucero (renovó con Colo Colo), Heinze deberá bucear mucho en el mercado para mejorar uno de los puntos flacos que tuvo su estadía en Liniers: la eficacia.
Vélez fue el equipo que más remates necesitó para convertir un gol, a un promedio de diez tiros por partido. Eso hizo que, muchas veces, más allá de hacer el gasto y protagonizar el partido se quedara con las manos vacías por la falta de puntería ante el arquero contrario.
Newell’s precisamente tampoco se caracterizó en la última época por tener un gran poder de gol y desde el retiro de Ignacio Scocco no encuentra un referente que pueda ser letal en los últimos metros.
Heinze tiene una metodología, una idea y un estilo. Mientras los días pasan, aprovecha para convencer a sus jugadores de llevar adelante ese plan para lograr buenos resultados.
Así como esta preparación para la temporada 2023 en la que la Lepra será partícipe de la Copa Sudamericana es atípica, hay cosas que no cambian demasiado y el mercado de pases sigue siendo complejo desde lo económico para los bolsillos rojinegros. Mientras tanto, el entrenador aprovecha para dialogar mucho con su cuerpo técnico y, sobre todo, con los jugadores.
De entrada, no le tembló el pulso para bajar del proyecto a quienes consideraba que no encajaban dentro de su idea y, como se esperaba, después de un par de días de práctica, les comunicó a los jugadores que volvieron de sus respectivos préstamos que deberán buscar nuevos horizontes.
Así, con los que tiene y con los que quiere, Heinze empieza a dar indicios de sus pretensiones futbolísticas. ¿Cómo jugará el Newell’s del Gringo? Es la pregunta que se hacen los ansiosos hinchas del equipo del Parque y en la presentación oficial como DT del equipo que lo vio nacer, no soltó demasiada prenda.
Por eso, las referencias de Argentinos Juniors y Vélez son clave como para empezar a dilucidar el sello de entrenador. Allí, las propuestas fueron más que interesantes, con un juego agresivo y con la intención de protagonizar, más allá de los rivales o los contextos. En Liniers, por ejemplo, Heinze afirmó que “la táctica son las posiciones” y a partir de allí armó un vínculo tanto dentro como fuera de la cancha, con lo jugadores y con los hinchas que se identificaron rápidamente con su estilo.
Durante los dos años que estuvo en Vélez, Heinze hizo gala del juego de posesión, con un promedio de 57,7 por ciento por partido durante su ciclo.
La idea de comenzar desde abajo es algo que no negocia el DT y es por eso que espera que se concrete la llegada de Lucas Hoyos, justamente el arquero que tuvo en su paso por Villa Luro y que le da la tranquilidad de tener un gran juego con los pies.
Era moneda corriente en aquellos partidos que Hoyos se colocara entre medio de los centrales velezanos a la hora de que el equipo esté en posición de ataque y así comenzar a achicar metros para hacer el equipo lo más corto posible.
El DT pide continuamente pases cortos y profundos, para generar espacios y encontrar al rival a mitad de camino.
La idea de salir por abajo y jugar corto es para que el equipo contrario se adelante y ahí saltar líneas para ubicar al futbolista propio mejor colocado en ofensiva.
El dibujo preferido de Heinze tal cual lo admitió es el 4-3-3, un sistema que Newell’s viene utilizando casi desde la era Martino allá por 2013, con excepciones en los ciclos de Diego Osella, Omar De Felippe y Jua Manuel Llop. El antecesor del Gringo, Javier Sanguinetti, comenzó con esa formación táctica, para luego pasar al 5-3-2.
En esos años de la “V” azulada, Heinze supo potenciar a jugadores como Thiago Almada, convocado por Lionel Scaloni para representar a Argentina en el Mundial de Qatar 2022, Nicolás Domínguez, transferido a Bologna de Italia, Lucas Robertone, vendido a Almería de España, Juan Martín Lucero, hoy figura y goleador de Colo Colo de Chile y otros que hoy ya son referentes y figuras como Lautaro Gianetti y Lucas Janson. Además, subió a pibes como Luca Orellano, una de las grandes promesas del fútbol argentino.
Con esta idea y con esta propuesta, Heinze buscará ponerle nombres propios a “su” Newell’s para lograr algo similar a lo que ocurrió en Vélez.
Con Hoyos en el arco, el DT ya tendría un problema menos, los centrales seguirán siendo el colombiano Willer Ditta y el paraguayo Gustavo Vélazquez, mientras que las primeras incógnitas aparecen en los laterales.
Más allá de algún nombre que se pueda sumar en este mercado, por ahora, el DT cuenta con los juveniles Tomás Jacob para el lateral derecho y Martín Luciano y Marco Campagnaro para la banda izquierda.
Y acá hay un detalle que no se puede pasar por alto. En esos pases cortos para luego saltar líneas, eran fundamentales los movimientos de los laterales, que por momentos variaron su posición dependiendo de qué zona ocupaban los volantes y los extremos, para terminar como volantes internos y así favorecer la llegada del hombre libre. Entonces, aquí correrían con ventaja en una hipotética elección en el once inicial, Jacob y Campagnaro.
Jacob fue volante en varios partidos compartiendo la zona derecha con el uruguayo Armando Méndez, mientras que Campagnaro en sus inicios fue volante ofensivo, por lo que haría sin problemas la rotación de lateral a interno.
En el medio, no hay dudas, el año de Juan Sforza fue superlativo y fue el jugador más regular de un equipo que padeció una montaña rusa de emociones, sobre todo en este segundo semestre. Al lado de Sforza, para armar esa línea de tres, un número puesto es Pablo Pérez, pero el capitán ya no tiene la fuerza ni el físico de aquel que dio la vuelta con Heinze en 2013 y rotará mucho a lo largo de la temporada.
El juego que Almada u Orellano hicieron en Vélez, por ahora no tiene rostro en la Lepra y es por eso que desde la dirección de fútbol habían posado los ojos en Facundo Krupsky, el talentoso volante de Arsenal, pero el interés de otros clubes de México y de Arabia hacen muy cuesta arriba ese deseo.
Una de las opciones que hoy por hoy está evaluando el cuerpo técnico es la de Francisco González como enlace, distinto a lo que venía haciendo en este último tiempo en el que se paró de extremo por cualquiera de las dos bandas.
Así, Panchito podría parecerse más a ese jugador explosivo que supo ser en las inferiores y que entusiasmó al simpatizante cuando dio sus primeros pasos en la máxima categoría de la mano de Héctor Bidoglio. Además, al jugar “suelto”, González tendría menos responsabilidad en la marca y guardaría esa energía para poder explotarla de tres cuartos para adelante.
Arriba, Brian Aguirre fue una grata revelación en los últimos partidos de esta temporada y seguramente tendrá mucho protagonismo de la mano del Gringo.
A la falta de un “9” y caídas las chances de Leandro Fernández (firmó con Universidad de Chile) y Juan Martín Lucero (renovó con Colo Colo), Heinze deberá bucear mucho en el mercado para mejorar uno de los puntos flacos que tuvo su estadía en Liniers: la eficacia.
Vélez fue el equipo que más remates necesitó para convertir un gol, a un promedio de diez tiros por partido. Eso hizo que, muchas veces, más allá de hacer el gasto y protagonizar el partido se quedara con las manos vacías por la falta de puntería ante el arquero contrario.
Newell’s precisamente tampoco se caracterizó en la última época por tener un gran poder de gol y desde el retiro de Ignacio Scocco no encuentra un referente que pueda ser letal en los últimos metros.
Heinze tiene una metodología, una idea y un estilo. Mientras los días pasan, aprovecha para convencer a sus jugadores de llevar adelante ese plan para lograr buenos resultados.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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