Baard Michalsen con una coma.
Foto:Gentileza: Lena Korsnes.
Se considera el comienzo de la historia al año 4.000 antes de Cristo. No es una fecha elegida por el capricho de algún estudioso del paso del tiempo. Es la época en la cual se inició un proceso de comunicación llamado escritura. A partir de esos años se comenzó a plasmar el lenguaje oral en forma de letras. Ese proceso llevó muchas décadas y evoluciones lentas en distintos puntos del mundo en cientos de idiomas con sus propios códigos.
En la Grecia Antigua adoptaron el alfabeto en su versión helénica para escribir, pero sin puntuaciones. El desarrollo llevó al establecimiento de pausas para una mejor compresión del texto. Allí nacieron los signos de puntuación. El pionero fue Aristófanes de Bizancio (257-180 a.C.). El académico noruego Baard Borch Michalsen, de la Universidad de Tromso (UiT), la casa de altos estudios más al norte del mundo (cercana al Polo Norte), escribió un libro sobre el recorrido de los puntos y comas a través de los siglos. Una obra muy interesante para entender la evolución de la escritura en los diferentes idiomas y su actualidad en un mundo plagado de interconexiones remotas con las palabras como nexos.
Michalsen habló con Mirador Provincial sobre su libro traducido al español por Christian Kupchik llamada Signos de civilización. Cómo la puntuación cambió la historia. Se puede comprar en librerías de nuestra provincia y puede representar un texto muy interesante para las escuelas de periodismo.
-¿Cómo se decidió por escribir un libro sobre puntuación?
-Fue por accidente. No fue planeado. Siempre estuve interesado en el lenguaje. La dueña de una editorial me preguntó: “¿Tenés alguna idea para un libro nuevo?”. Eso fue hace 10 años. Le dije a ella: “Te enviaré 10 ideas para el lunes”. Tenía nueve ideas. No 10. Entonces escribí: “Número 10. Creo que necesitamos un libro sobre la coma”. Esos días escribí un libro sólo en noruego sobre la coma. Creo que fue el primer libro en el mundo sobre la coma. Después de eso, la editora me dijo: “Creo que quizás tengas que escribir un libro sobre la coma, el punto y coma, el punto y seguido, el signo de exclamación”. Entonces escribí Signos de civilización.
-Hay una frase en castellano que dice: “Puntuar es pensar. ¿Está de acuerdo con la afirmación?
-Voy a usar esta frase cuando hable de puntuación más adelante porque estoy totalmente de acuerdo. Para escribir correctamente hay que pensar. Y escribir correctamente significa poner los signos en los lugares correctos. Realmente escribir es pensar. Cuando escribimos, pensamos. Cuando uno comienza a escribir uno está pensando a través de sus palabras escritas. Esta es una de las razones por las cuales el lenguaje escrito es tan importante.
-¿Cómo hizo para conseguir las fuentes para escribir la parte histórica de la puntuación que está en el libro?
-Son muchos libros. Conseguí muchos libros. Compré libros, pedí libros prestados. Vi fuentes en Internet, especialmente fuentes científicas. Estuve en Alejandría, en Egipto. En la biblioteca de Alejandría. Ahí fue donde Aristófanes de Bizancio puso el primer punto en un libro. Estuve en Aquisgrán en Alemania donde Carlomagno fue muy importante para la escritura en Europa. Estuve en York (Inglaterra) donde Alcuino fue maestro de escritura y se ocupó de la puntuación. Estuve en Italia. En Venecia, Boloña, Florencia. Hice un viaje completo para conocer gente y buscar información. Fue un viaje realmente agradable. En este momento, estoy en Italia cerca de Roma.
-Si tuviera que elegir una persona, ¿a quién elegiría como el padre de la puntuación?
-Podría contestar Aristófanes porque fue el primero en poner un punto final, pero contestaré Aldo Manuzio de Venecia porque inventó la coma, el punto y coma, e hizo las reglas sobre cómo usarlos. Eso fue hace 500 años (en 1494). Fue dueño de una editorial, editor, imprentero. La forma en que lo hizo (al puntuar) es todavía la forma en que lo hacemos ahora. Entonces, fue el inventor de la puntuación moderna. Estaba en Venecia. Venecia y Florencia eran las capitales intelectuales y económicas de Europa. Era como el Sillicon Valley de aquellos días.
-Con el viejo Messenger de Hotmail, los SMS y los mensajes de WhatsApp la palabra escrita recuperó cierto prestigio perdido. La palabra escrita está viva. ¿Qué opina?
-Escribimos más que nunca. En la actualidad, tenemos los smartphones y no los usamos mucho para hablar. Los usamos para escribir. Es por eso que la palabra escrita está viva. Por supuesto creo que esto es bueno. A veces es mejor hablar, pero a veces es más preciso y más fácil expresarnos lógicamente a través del lenguaje escrito. Creo que es algo bueno que escribimos más que nunca, pero por supuesto la gente joven escribe mensajes. Ellos escriben de alguna forma entre lo escrito y lo oral.
-Usted escribió un libro convencional. Es uno de los elementos más viejos todavía en uso y se hizo popular hace mucho tiempo, en el siglo XV. ¿Cree que la próxima generación va a seguir leyendo libros en papel?
-Tengo dos respuestas. Respuesta 1. No lo sé. Respuesta 2. Creo y espero que todavía sigamos leyendo libros en papel también dentro de 50 años. Por supuesto, leeremos y escribiremos inclusive más que ahora en computadoras. Mails, reportes. Pero para lecturas largas, lecturas lentas, lecturas profundas creo en el libro. Personalmente leo noticias, cuestiones científicas en digital. Pero cuando leo novelas, prefiero un libro. El papel es muy agradable. Si el libro en papel no existiera, alguien lo inventaría.
-¿Cuán importante es seguir enseñando gramática en las escuelas en diferentes idiomas?
-Hace 1.000 años en las escuelas de Europa existía lo que se llamó trívium. Esto era la primera parte en las escuelas y tenía tres materias: lógica, retórica y gramática. Eran vistas como las más materias más importantes. Lógica, sobre cómo pensar de manera correcta, cómo argumentar de manera correcta. Retórica, cómo argumentar de manera convincente, cómo convencer. Y gramática. Cómo poner las letras, palabras y frases juntas de manera correcta. Era importante hace 1.000 años. Todavía es muy importante. Creo que las escuelas deben enseñar mucha gramática porque para escribir correctamente, profesionalmente se necesita un poco de gramática.
-Pareciera que las generaciones jóvenes leen mucho menos en papel que las anteriores. ¿Cómo podemos estimular a la gente joven para seguir leyendo textos largos?
-Las escuelas son muy importantes. Los libros escolares para todos son muy importantes. Desde el jardín de infantes hasta la universidad hay que estimular a la gente joven a que siga leyendo textos largos. El campo de batalla es la escuela. En segundo lugar, las bibliotecas públicas. Son tan importantes como lo eran muchos años atrás. Especialmente para la gente que no tiene mucho dinero.
En la Grecia Antigua adoptaron el alfabeto en su versión helénica para escribir, pero sin puntuaciones. El desarrollo llevó al establecimiento de pausas para una mejor compresión del texto. Allí nacieron los signos de puntuación. El pionero fue Aristófanes de Bizancio (257-180 a.C.). El académico noruego Baard Borch Michalsen, de la Universidad de Tromso (UiT), la casa de altos estudios más al norte del mundo (cercana al Polo Norte), escribió un libro sobre el recorrido de los puntos y comas a través de los siglos. Una obra muy interesante para entender la evolución de la escritura en los diferentes idiomas y su actualidad en un mundo plagado de interconexiones remotas con las palabras como nexos.
Michalsen habló con Mirador Provincial sobre su libro traducido al español por Christian Kupchik llamada Signos de civilización. Cómo la puntuación cambió la historia. Se puede comprar en librerías de nuestra provincia y puede representar un texto muy interesante para las escuelas de periodismo.
-¿Cómo se decidió por escribir un libro sobre puntuación?
-Fue por accidente. No fue planeado. Siempre estuve interesado en el lenguaje. La dueña de una editorial me preguntó: “¿Tenés alguna idea para un libro nuevo?”. Eso fue hace 10 años. Le dije a ella: “Te enviaré 10 ideas para el lunes”. Tenía nueve ideas. No 10. Entonces escribí: “Número 10. Creo que necesitamos un libro sobre la coma”. Esos días escribí un libro sólo en noruego sobre la coma. Creo que fue el primer libro en el mundo sobre la coma. Después de eso, la editora me dijo: “Creo que quizás tengas que escribir un libro sobre la coma, el punto y coma, el punto y seguido, el signo de exclamación”. Entonces escribí Signos de civilización.
-Hay una frase en castellano que dice: “Puntuar es pensar. ¿Está de acuerdo con la afirmación?
-Voy a usar esta frase cuando hable de puntuación más adelante porque estoy totalmente de acuerdo. Para escribir correctamente hay que pensar. Y escribir correctamente significa poner los signos en los lugares correctos. Realmente escribir es pensar. Cuando escribimos, pensamos. Cuando uno comienza a escribir uno está pensando a través de sus palabras escritas. Esta es una de las razones por las cuales el lenguaje escrito es tan importante.
-¿Cómo hizo para conseguir las fuentes para escribir la parte histórica de la puntuación que está en el libro?
-Son muchos libros. Conseguí muchos libros. Compré libros, pedí libros prestados. Vi fuentes en Internet, especialmente fuentes científicas. Estuve en Alejandría, en Egipto. En la biblioteca de Alejandría. Ahí fue donde Aristófanes de Bizancio puso el primer punto en un libro. Estuve en Aquisgrán en Alemania donde Carlomagno fue muy importante para la escritura en Europa. Estuve en York (Inglaterra) donde Alcuino fue maestro de escritura y se ocupó de la puntuación. Estuve en Italia. En Venecia, Boloña, Florencia. Hice un viaje completo para conocer gente y buscar información. Fue un viaje realmente agradable. En este momento, estoy en Italia cerca de Roma.
-Si tuviera que elegir una persona, ¿a quién elegiría como el padre de la puntuación?
-Podría contestar Aristófanes porque fue el primero en poner un punto final, pero contestaré Aldo Manuzio de Venecia porque inventó la coma, el punto y coma, e hizo las reglas sobre cómo usarlos. Eso fue hace 500 años (en 1494). Fue dueño de una editorial, editor, imprentero. La forma en que lo hizo (al puntuar) es todavía la forma en que lo hacemos ahora. Entonces, fue el inventor de la puntuación moderna. Estaba en Venecia. Venecia y Florencia eran las capitales intelectuales y económicas de Europa. Era como el Sillicon Valley de aquellos días.
-Con el viejo Messenger de Hotmail, los SMS y los mensajes de WhatsApp la palabra escrita recuperó cierto prestigio perdido. La palabra escrita está viva. ¿Qué opina?
-Escribimos más que nunca. En la actualidad, tenemos los smartphones y no los usamos mucho para hablar. Los usamos para escribir. Es por eso que la palabra escrita está viva. Por supuesto creo que esto es bueno. A veces es mejor hablar, pero a veces es más preciso y más fácil expresarnos lógicamente a través del lenguaje escrito. Creo que es algo bueno que escribimos más que nunca, pero por supuesto la gente joven escribe mensajes. Ellos escriben de alguna forma entre lo escrito y lo oral.
-Usted escribió un libro convencional. Es uno de los elementos más viejos todavía en uso y se hizo popular hace mucho tiempo, en el siglo XV. ¿Cree que la próxima generación va a seguir leyendo libros en papel?
-Tengo dos respuestas. Respuesta 1. No lo sé. Respuesta 2. Creo y espero que todavía sigamos leyendo libros en papel también dentro de 50 años. Por supuesto, leeremos y escribiremos inclusive más que ahora en computadoras. Mails, reportes. Pero para lecturas largas, lecturas lentas, lecturas profundas creo en el libro. Personalmente leo noticias, cuestiones científicas en digital. Pero cuando leo novelas, prefiero un libro. El papel es muy agradable. Si el libro en papel no existiera, alguien lo inventaría.
-¿Cuán importante es seguir enseñando gramática en las escuelas en diferentes idiomas?
-Hace 1.000 años en las escuelas de Europa existía lo que se llamó trívium. Esto era la primera parte en las escuelas y tenía tres materias: lógica, retórica y gramática. Eran vistas como las más materias más importantes. Lógica, sobre cómo pensar de manera correcta, cómo argumentar de manera correcta. Retórica, cómo argumentar de manera convincente, cómo convencer. Y gramática. Cómo poner las letras, palabras y frases juntas de manera correcta. Era importante hace 1.000 años. Todavía es muy importante. Creo que las escuelas deben enseñar mucha gramática porque para escribir correctamente, profesionalmente se necesita un poco de gramática.
-Pareciera que las generaciones jóvenes leen mucho menos en papel que las anteriores. ¿Cómo podemos estimular a la gente joven para seguir leyendo textos largos?
-Las escuelas son muy importantes. Los libros escolares para todos son muy importantes. Desde el jardín de infantes hasta la universidad hay que estimular a la gente joven a que siga leyendo textos largos. El campo de batalla es la escuela. En segundo lugar, las bibliotecas públicas. Son tan importantes como lo eran muchos años atrás. Especialmente para la gente que no tiene mucho dinero.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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