Restelli dirigió este 2022 a Villa San Carlos. Por motivos personales no seguirá.
Foto:Gentileza.
Santa Fe es una provincia netamente futbolera. Todos los rincones de la provincia se ven regados por la pasión y el sentimiento que despierta el fútbol en cada santafesino. Esa misma pasión es también la que lleva a que muchos futbolistas y entrenadores de nuestras tierras puedan trascender en otras zonas del país.
Este es el caso de Miguel Ángel Restelli, surgido desde las entrañas de Colón de San Justo en la Liga Santafesina, que fue futbolista en Gimnasia de La Plata, y ha sido entrenador en innumerables equipos. En su trayectoria se destaca la labor en las inferiores de Colón de Santa Fe, Defensa y Justicia, el propio Gimnasia de La Plata, entre muchos otros. Este año, Restelli tuvo un nuevo paso por Villa San Carlos, institución de la localidad bonaerense de Berisso que milita en la Primera B Metropolitana. Más allá de la buena campaña, por motivos personales el entrenador no seguirá la próxima temporada.
Fue el tercer paso del técnico por el club, si contamos aquella primera experiencia como ayudante de Ricardo Rezza que le dio un histórico ascenso a la B Nacional al club celeste en 2013. En aquel equipo se destacaron algunos jugadores santafesinos como Pablo Vegetti (de Santo Domingo), Guido Rancez (de San Justo), Fernando Merlo (Santa Clara de Buena Vista), entre otros.
De hecho, a la hora de presentarlo en un comunicado oficial en diciembre pasado, la comisión directiva señaló que “este es el momento de gente de la casa”. Esto da cuenta de lo hondo que ha calado el entrenador santafesino en la gente de la Villa.
—Miguel ¿Cómo había sido este último llamado?
—En el consejo de fútbol había jugadores que yo había dirigido. La gente que agarró el club es gente muy joven, hinchas que estaban muy cerca del fútbol porque ayudaban ad honorem a arreglar la cancha, pintarla, y fueron el motor que impulsó a la institución a hacer un predio para que jueguen las inferiores. Ellos veían que yo también ayudaba más allá de mi cargo, medía la cancha, veía dónde tenían que ir los paredones, dónde se tenían que poner los bancos de suplentes. Eso a ellos les ha gustado y me volvieron a convocar. En la última temporada, el celeste había finalizado en la posición 13 de 17 participantes. De todas formas, para este año la dirigencia y el cuerpo técnico pusieron manos a la obra para intentar dar el salto, y el primer paso fue justamente la contratación de Restelli.
“Cuando ellos me vienen a buscar a mí el plantel me gustaba. En el plantel tenía tres campeones del 2012/13 y seis o siete jugadores que habían ganado el ascenso en el 2019. Además estaba Lucas Licht, jugador de Primera, lo mismo que Sierra que había jugado con Crespo en Defensa y Justicia. Tenía buenos arqueros, y no era muy difícil pensar que podíamos llegar ahí. No digo que era seguro, pero los que trabajamos mucho tiempo en fútbol cuando miras la conformación de un plantel lo ves” explicó el director técnico.
—¿Cómo es dirigir a un jugador con tanta experiencia y trayectoria como Lucas Licht?
—Él ayudó mucho, fue a todos los entrenamientos del año, nunca pidió salir antes de un entrenamiento porque estaba cansado o porque se le ocurría, cosas que suelen suceder con la gente más grande. Lucas Licht está por cumplir 42 años, entonces uno le decía “Lucas, ¿podemos seguir? ¿estamos bien? Mirá que si querés ya estamos”; pero él nunca aflojó.
“Le encontramos un lugar en el campo de juego donde tenía menos recorrido, como si fuera un doble cinco con un volante al lado de él. Yo había armado una línea de cinco volantes, que a mí me gusta mucho, y a él le habíamos achicado los recorridos para que lo haga de manera más vertical. En muy pocos partidos lo vi cansado y lo saqué; si no él jugaba los 90 minutos. Si ustedes miran y analizan hay goles de él a los dos o tres minutos de descuento, ya finalizando el partido. Pisaba el área contraria constantemente, fue el goleador del equipo con 10 goles. Me dio mucho, la verdad que estoy muy contento con Lucas”, agregó el entrenador.
Por otra parte, Restelli explicó que la dirigencia trabajó muy bien para conseguir un buen lugar de entrenamiento, y al mismo tiempo cumplieron con los distintos pedidos que llegaron de parte del cuerpo técnico. “Así se fue armando todo esto, pero yo siempre tuve confianza que podíamos estar allá arriba. Siempre”, confesó el técnico.
Villa San Carlos terminó en la quinta colocación de la tabla general, lo que le permitió jugar el reducido en búsqueda del único ascenso a la Primera Nacional. Los campeones de Apertura y Clausura, Comunicaciones y Armenio, ingresaron en semifinales, y el resto de los equipos se fue eliminando desde octavos de final.
En el primero de los cruces, el celeste igualó sin goles como local ante Talleres de Remedios de Escalada, pero en los penales se hizo fuerte y venció por 4 a 3. Allí fue importante el trabajo del arquero Rodrigo Nahuel Benítez, que atajó el penal decisivo en el cual si el rojiblanco convertía eliminaba a la Villa. “Es muy parecido a lo que hace el Dibu Martínez en la selección, que habla a los contrarios, marca una punta, se mueve, se agranda en las definiciones por penales. Yo ya lo había visto anteriormente porque es un chico que jugó mucho en la Liga
Amateur Platense y lo había visto ganar partidos en federales de esa manera” contó Restelli sobre su guardameta.
“Ahí hubo una serie de resultados que nos volvieron a poner de local, perdieron el primero y el segundo clasificado, y nosotros como éramos los terceros quedamos otra vez de local. Con Acassuso íbamos ganando 2 a 0 un partido muy cómodo y sobre la hora nos hicieron un gol, pero nunca corrimos riesgo y pasamos bien”, contó el entrenador sobre la serie de cuartos. En semifinales llegó uno de los escollos más importantes: Comunicaciones. “Ellos llevaban 21 días sin hacer fútbol oficial y tenían algunos problemas en el armado del equipo. Lo analizamos bien porque fue el equipo que más nos hizo sufrir en el campeonato, nos manejó la pelota, no la podíamos agarrar. Inventamos algunas cosas para ver cómo podíamos solucionar el problema que habíamos tenido aquella vez, y la verdad que merecimos ganar el partido más cómodo incluso, más allá que el gol fue olímpico; merecíamos más goles”, relató Restelli sobre la victoria 1 a 0 sobre el Cartero gracias al gol de Lucas Licht.
En la final, el rival fue Defensores Unidos de Zárate, que sorpresivamente había eliminado al otro campeón, Deportivo Armenio. En la ida fue 2 a 1 para el CADU, mientras que la vuelta debió jugarse con Villa San Carlos de local en cancha de Gimnasia de La Plata, por disposición de Aprevide (Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte). El resultado allí fue de 0 a 0, lo que dejó a la Villa a las puertas de un nuevo ascenso que no pudo ser.
“Atacamos los 90 minutos y no pudimos hacer un gol. Ellos creo que tuvieron dos llegadas en los 90 minutos, después trataron de cuidar ese resultado que habían logrado inmerecidamente allá en Zárate, porque no merecimos perder. Pero el fútbol tiene esas cosas, que no siempre se cosecha todo el esfuerzo que uno hace, ya lo hemos visto a nivel mundial. España quedó afuera con Marruecos haciendo todo el esfuerzo, Alemania no le pudo ganar a Japón haciendo todo el esfuerzo, entonces a veces este deporte no te da el resultado que vos te mereces. Es una injusticia, pero es fútbol y por eso es tan lindo”, se sinceró Restelli.
—Después de esta experiencia: ¿Qué opinión te merece la estructura y el formato de competencia en la B Metropolitana y en el fútbol argentino en general?
—Son formatos que solo el ingenio de un argentino los puede diagramar. Si vos lo analizas bien nuestro campeonato no tuvo campeón, porque el que gana lo hizo por el octogonal y después dicen que es el campeón. Obviamente yo también si ganaba lo festejaba, pero en realidad no es así. Lo que pasa es que no quieren que suban muchos equipos, porque si no tienen que bajar, y arriba están todos, es muy difícil. Esto tiene que ver con el hecho de que este año la Primera Nacional tuvo nada menos que 37 equipos, mientras que la Primera División contó con 28. Esto perjudica a las categorías del ascenso, que este año tuvieron apenas un ascenso cada una.
“Acá hay equipos que a principios de octubre dejaron de jugar. Entonces les queda todo octubre, noviembre, diciembre, y enero, cuatro meses sin jugar y pagándoles a los jugadores, al cuerpo técnico. No es fácil. Debería haber más ascensos y descensos. Una vez que vos logras que el ascenso y el descenso sean cosas cotidianas no habría tanto dramatismo por descender. Equipos como Olimpo de Bahía Blanca, que le sacó casi 20 puntos al segundo de la zona, y porque un día perdió un partido por penales no tiene chances de jugar la final. Entonces vos ahí te das cuenta que hay algo que no puede ser. Tenemos que hacer algo distinto”, agregó.
—¿Qué va a ser ahora de la vida de Miguel Restelli?
—Yo estaré esperando que vuelva a sonar el teléfono y que alguien me llame para trabajar. Pero había cosas en este mes y el mes que viene que yo tengo que resolver. Cosas particulares que me fueron pasando en la vida y mi cabeza no está como para pensar en el armado del equipo, en los entrenamientos. Me parecía que lo mejor para la Villa era que tengan alguien con otro empuje y con otras ganas. Yo me voy a tomar estos dos o tres meses de tranquilidad para ver si puedo organizar otra vez mis cosas a nivel personal, y volver a tener después esas ganas que uno tiene que tener para entrenar.
Este es el caso de Miguel Ángel Restelli, surgido desde las entrañas de Colón de San Justo en la Liga Santafesina, que fue futbolista en Gimnasia de La Plata, y ha sido entrenador en innumerables equipos. En su trayectoria se destaca la labor en las inferiores de Colón de Santa Fe, Defensa y Justicia, el propio Gimnasia de La Plata, entre muchos otros. Este año, Restelli tuvo un nuevo paso por Villa San Carlos, institución de la localidad bonaerense de Berisso que milita en la Primera B Metropolitana. Más allá de la buena campaña, por motivos personales el entrenador no seguirá la próxima temporada.
Fue el tercer paso del técnico por el club, si contamos aquella primera experiencia como ayudante de Ricardo Rezza que le dio un histórico ascenso a la B Nacional al club celeste en 2013. En aquel equipo se destacaron algunos jugadores santafesinos como Pablo Vegetti (de Santo Domingo), Guido Rancez (de San Justo), Fernando Merlo (Santa Clara de Buena Vista), entre otros.
De hecho, a la hora de presentarlo en un comunicado oficial en diciembre pasado, la comisión directiva señaló que “este es el momento de gente de la casa”. Esto da cuenta de lo hondo que ha calado el entrenador santafesino en la gente de la Villa.
—Miguel ¿Cómo había sido este último llamado?
—En el consejo de fútbol había jugadores que yo había dirigido. La gente que agarró el club es gente muy joven, hinchas que estaban muy cerca del fútbol porque ayudaban ad honorem a arreglar la cancha, pintarla, y fueron el motor que impulsó a la institución a hacer un predio para que jueguen las inferiores. Ellos veían que yo también ayudaba más allá de mi cargo, medía la cancha, veía dónde tenían que ir los paredones, dónde se tenían que poner los bancos de suplentes. Eso a ellos les ha gustado y me volvieron a convocar. En la última temporada, el celeste había finalizado en la posición 13 de 17 participantes. De todas formas, para este año la dirigencia y el cuerpo técnico pusieron manos a la obra para intentar dar el salto, y el primer paso fue justamente la contratación de Restelli.
“Cuando ellos me vienen a buscar a mí el plantel me gustaba. En el plantel tenía tres campeones del 2012/13 y seis o siete jugadores que habían ganado el ascenso en el 2019. Además estaba Lucas Licht, jugador de Primera, lo mismo que Sierra que había jugado con Crespo en Defensa y Justicia. Tenía buenos arqueros, y no era muy difícil pensar que podíamos llegar ahí. No digo que era seguro, pero los que trabajamos mucho tiempo en fútbol cuando miras la conformación de un plantel lo ves” explicó el director técnico.
—¿Cómo es dirigir a un jugador con tanta experiencia y trayectoria como Lucas Licht?
—Él ayudó mucho, fue a todos los entrenamientos del año, nunca pidió salir antes de un entrenamiento porque estaba cansado o porque se le ocurría, cosas que suelen suceder con la gente más grande. Lucas Licht está por cumplir 42 años, entonces uno le decía “Lucas, ¿podemos seguir? ¿estamos bien? Mirá que si querés ya estamos”; pero él nunca aflojó.
“Le encontramos un lugar en el campo de juego donde tenía menos recorrido, como si fuera un doble cinco con un volante al lado de él. Yo había armado una línea de cinco volantes, que a mí me gusta mucho, y a él le habíamos achicado los recorridos para que lo haga de manera más vertical. En muy pocos partidos lo vi cansado y lo saqué; si no él jugaba los 90 minutos. Si ustedes miran y analizan hay goles de él a los dos o tres minutos de descuento, ya finalizando el partido. Pisaba el área contraria constantemente, fue el goleador del equipo con 10 goles. Me dio mucho, la verdad que estoy muy contento con Lucas”, agregó el entrenador.
Por otra parte, Restelli explicó que la dirigencia trabajó muy bien para conseguir un buen lugar de entrenamiento, y al mismo tiempo cumplieron con los distintos pedidos que llegaron de parte del cuerpo técnico. “Así se fue armando todo esto, pero yo siempre tuve confianza que podíamos estar allá arriba. Siempre”, confesó el técnico.
Villa San Carlos terminó en la quinta colocación de la tabla general, lo que le permitió jugar el reducido en búsqueda del único ascenso a la Primera Nacional. Los campeones de Apertura y Clausura, Comunicaciones y Armenio, ingresaron en semifinales, y el resto de los equipos se fue eliminando desde octavos de final.
En el primero de los cruces, el celeste igualó sin goles como local ante Talleres de Remedios de Escalada, pero en los penales se hizo fuerte y venció por 4 a 3. Allí fue importante el trabajo del arquero Rodrigo Nahuel Benítez, que atajó el penal decisivo en el cual si el rojiblanco convertía eliminaba a la Villa. “Es muy parecido a lo que hace el Dibu Martínez en la selección, que habla a los contrarios, marca una punta, se mueve, se agranda en las definiciones por penales. Yo ya lo había visto anteriormente porque es un chico que jugó mucho en la Liga
Amateur Platense y lo había visto ganar partidos en federales de esa manera” contó Restelli sobre su guardameta.
“Ahí hubo una serie de resultados que nos volvieron a poner de local, perdieron el primero y el segundo clasificado, y nosotros como éramos los terceros quedamos otra vez de local. Con Acassuso íbamos ganando 2 a 0 un partido muy cómodo y sobre la hora nos hicieron un gol, pero nunca corrimos riesgo y pasamos bien”, contó el entrenador sobre la serie de cuartos. En semifinales llegó uno de los escollos más importantes: Comunicaciones. “Ellos llevaban 21 días sin hacer fútbol oficial y tenían algunos problemas en el armado del equipo. Lo analizamos bien porque fue el equipo que más nos hizo sufrir en el campeonato, nos manejó la pelota, no la podíamos agarrar. Inventamos algunas cosas para ver cómo podíamos solucionar el problema que habíamos tenido aquella vez, y la verdad que merecimos ganar el partido más cómodo incluso, más allá que el gol fue olímpico; merecíamos más goles”, relató Restelli sobre la victoria 1 a 0 sobre el Cartero gracias al gol de Lucas Licht.
En la final, el rival fue Defensores Unidos de Zárate, que sorpresivamente había eliminado al otro campeón, Deportivo Armenio. En la ida fue 2 a 1 para el CADU, mientras que la vuelta debió jugarse con Villa San Carlos de local en cancha de Gimnasia de La Plata, por disposición de Aprevide (Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte). El resultado allí fue de 0 a 0, lo que dejó a la Villa a las puertas de un nuevo ascenso que no pudo ser.
“Atacamos los 90 minutos y no pudimos hacer un gol. Ellos creo que tuvieron dos llegadas en los 90 minutos, después trataron de cuidar ese resultado que habían logrado inmerecidamente allá en Zárate, porque no merecimos perder. Pero el fútbol tiene esas cosas, que no siempre se cosecha todo el esfuerzo que uno hace, ya lo hemos visto a nivel mundial. España quedó afuera con Marruecos haciendo todo el esfuerzo, Alemania no le pudo ganar a Japón haciendo todo el esfuerzo, entonces a veces este deporte no te da el resultado que vos te mereces. Es una injusticia, pero es fútbol y por eso es tan lindo”, se sinceró Restelli.
—Después de esta experiencia: ¿Qué opinión te merece la estructura y el formato de competencia en la B Metropolitana y en el fútbol argentino en general?
—Son formatos que solo el ingenio de un argentino los puede diagramar. Si vos lo analizas bien nuestro campeonato no tuvo campeón, porque el que gana lo hizo por el octogonal y después dicen que es el campeón. Obviamente yo también si ganaba lo festejaba, pero en realidad no es así. Lo que pasa es que no quieren que suban muchos equipos, porque si no tienen que bajar, y arriba están todos, es muy difícil. Esto tiene que ver con el hecho de que este año la Primera Nacional tuvo nada menos que 37 equipos, mientras que la Primera División contó con 28. Esto perjudica a las categorías del ascenso, que este año tuvieron apenas un ascenso cada una.
“Acá hay equipos que a principios de octubre dejaron de jugar. Entonces les queda todo octubre, noviembre, diciembre, y enero, cuatro meses sin jugar y pagándoles a los jugadores, al cuerpo técnico. No es fácil. Debería haber más ascensos y descensos. Una vez que vos logras que el ascenso y el descenso sean cosas cotidianas no habría tanto dramatismo por descender. Equipos como Olimpo de Bahía Blanca, que le sacó casi 20 puntos al segundo de la zona, y porque un día perdió un partido por penales no tiene chances de jugar la final. Entonces vos ahí te das cuenta que hay algo que no puede ser. Tenemos que hacer algo distinto”, agregó.
—¿Qué va a ser ahora de la vida de Miguel Restelli?
—Yo estaré esperando que vuelva a sonar el teléfono y que alguien me llame para trabajar. Pero había cosas en este mes y el mes que viene que yo tengo que resolver. Cosas particulares que me fueron pasando en la vida y mi cabeza no está como para pensar en el armado del equipo, en los entrenamientos. Me parecía que lo mejor para la Villa era que tengan alguien con otro empuje y con otras ganas. Yo me voy a tomar estos dos o tres meses de tranquilidad para ver si puedo organizar otra vez mis cosas a nivel personal, y volver a tener después esas ganas que uno tiene que tener para entrenar.
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