El cura párroco de la parroquia San José Obrero, sacerdote Martín Bordet, se refirió a la celebración religiosa de la Navidad y remarcó que “en el medio de este tumulto mundial en el que estamos inmersos, con las guerras, no sólo las de armas sino también de enfermedades y situaciones migratorias, cosas que nos desequilibran, por eso en esta realidad más que nunca le pedimos a Dios la paz, pero un paz en medio de las tempestades, porque un mundo sin guerras no existió nunca, no es una paz psicológica, ni económica, ni siquiera de la familia, es una paz que va por otro lado, es ser alegres en la realidad que nos toca”.

A su vez instó a que dejemos un poco de lado la euforia, “que son expresiones momentáneas, como estuvimos estos días pasados, que no está mal, pero también hay que saber encausar esa energía, porque si no, al encontrarnos con la realidad nos deprimimos, por eso falta esa paz y fortaleza que nos da Dios”.

Más adelante explicó que los principales planteos y motivos por los que los fieles se acercan tienen que ver por enfermedades. “En Chajarí aun la situación económica no es tan apremiante, entonces lo que más preocupa es cuando aparecen enfermedades complicadas, o las crisis familiares, ahí es cuando la gente más se acerca a la Iglesia para buscar una ayuda”.

Finalmente, el sacerdote pidió que como comunidad se vuelva “a la sencillez del pesebre, dejar un poco las manifestaciones públicas de fe, volver a la celebración familiar, que no siempre es de sangre, pero sí del corazón”.