En el estadio Grella, donde en 2023 tendrá la oportunidad de jugar profesionalmente.
Juan Manuel López | [email protected]
El fútbol tiene historias increíbles, de lucha y superación. Hay de todo y para todos los gustos. En este fin de año, Patronato nos regaló una de las más lindas, de la mano de Agustín Ramos, un pibe que antes de aprender a hablar ya caminaba por los pasillos del club vestido de Rojinegro y que antes del cierre de año, la vida le trajo dos bendiciones que está disfrutando mucho.
El Pelado, como se lo conoce en el club de barrio Villa Sarmiento llegó a la Escuelita “La Capillita”, que conducía el recordado Isaac Clariá cuando apenas tenía cuatro años. Desde allí recorrió el camino por todas las divisiones formativas de Patrón, hasta este año, donde formó parte del plantel de Reserva.
Jugó en las diferentes categorías de la Liga Paranaense de Fútbol y también en todas las formativas de la Asociación del Fútbol Argentino. Se inició como número nueve, pero Walter Otta, luego de verlo durante dos semanas de trabajo, dio el visto bueno para que sea uno de los laterales derechos del plantel, puesto que conoce desde hace varios años, cuando con la llegada de Luis Vázquez y Alexander Sosa a su categoría, los entrenadores decidieron correrlo.
Agustín recibió a MIRADOR ENTRE RIOS en el campo de juego del estadio Presbítero Bartolomé Grella y contó los sentimientos que lo acompañan con todo lo que le está pasando.
“Tengo sensaciones hermosas, sobre todo porque es en el club donde estoy desde que soy chico, donde siempre estuve, la verdad que no tengo palabras para describir esto”, destacó Ramos, sobre la firma de su primer contrato como profesional y la chance de integrar el plantel de Patrón, que desde el próximo 2 de enero se preparará para la Copa Conmebol Libertadores, la Supercopa Argentina que deberá jugar con Boca Juniors, la Copa Argentina y lo más importante, el Torneo de la Primera Nacional, donde el objetivo será el ascenso.
Sobre su formación el Pela contó: “Toda la vida jugué con la camiseta de Patrón, desde los cuatro años, arranque en la escuela de Comercio entrenando en el club, luego pasamos a La Capillita, anduvimos por un par de predios porque no teníamos donde entrenar y ahora acá, en el Grella”.
A la hora de describir el 2022 como hincha de Patringa e integrante de sus divisiones inferiores, el lateral derecho dijo: “Este año fue hermoso para los hinchas de Patronato y más con el título de la Selección Argentina y que somos campeones del mundo”.
Sobre los sueños que tiene para el año que viene y cuáles son los deseos individuales y grupales, el futbolista paranaense aseguró: “Espero sumar la mayor cantidad de minutos posibles, para mostrar de que estoy hecho y en lo grupal que podamos ascender y que Patronato vuelva al lugar donde merece estar. Poder regalarle el ascenso a la gente”.
Sobre lo que cambió en los primeros entrenamientos que tuvo con el plantel superior, a lo que venía viviendo en Reserva, Ramos expresó: “No cambió mucho, me sentí muy bien. Siempre entrenamos al ciento por ciento en Reserva y la variación más que nada tiene que ver con el ritmo de juego”.
“Otta charló más que nada grupalmente. Yo personalmente lo pude hacer con Gabriel Graciani y Marcelo Candia, que me dijeron que me iba a tener en cuenta, que en enero íbamos a hablar”, destacó el defensor Santo, sobre cómo ha sido el ida y vuelta con el cuerpo técnico en estos días.
De cara al 2023, el pibe formando en barrio Villa Sarmiento anheló: “El deseo para este año que viene es poder debutar en primera y que Romanella (su hija recién nacida) crezca sana y bien”.
“La constancia es fundamental en este deporte. Sacrificio hacía mi viejo cuando trabajaba y todas las personas que se levantan a ganarse el pan. Hay que ser constante en el entrenamiento, no bajar nunca los brazos y meterle hasta lo último que se pueda, el fútbol da muchas vueltas, yo no venía jugando a principio de este año, estuve a punto de dejar y las cosas cambiaron y terminé jugando y firmando mi primer contrato”, dejó Ramos como mensaje para los más chicos y que están realizando el mismo recorrido que él.
Ramos está feliz. Firmó contrato y llegó Romanella, su primera hija. Increíble todo el mismo. Doble felicidad. Y un 2023 que parece será prometedor.
El fútbol tiene historias increíbles, de lucha y superación. Hay de todo y para todos los gustos. En este fin de año, Patronato nos regaló una de las más lindas, de la mano de Agustín Ramos, un pibe que antes de aprender a hablar ya caminaba por los pasillos del club vestido de Rojinegro y que antes del cierre de año, la vida le trajo dos bendiciones que está disfrutando mucho.
El Pelado, como se lo conoce en el club de barrio Villa Sarmiento llegó a la Escuelita “La Capillita”, que conducía el recordado Isaac Clariá cuando apenas tenía cuatro años. Desde allí recorrió el camino por todas las divisiones formativas de Patrón, hasta este año, donde formó parte del plantel de Reserva.
Jugó en las diferentes categorías de la Liga Paranaense de Fútbol y también en todas las formativas de la Asociación del Fútbol Argentino. Se inició como número nueve, pero Walter Otta, luego de verlo durante dos semanas de trabajo, dio el visto bueno para que sea uno de los laterales derechos del plantel, puesto que conoce desde hace varios años, cuando con la llegada de Luis Vázquez y Alexander Sosa a su categoría, los entrenadores decidieron correrlo.
Agustín recibió a MIRADOR ENTRE RIOS en el campo de juego del estadio Presbítero Bartolomé Grella y contó los sentimientos que lo acompañan con todo lo que le está pasando.
Emociones varias
“Tengo sensaciones hermosas, sobre todo porque es en el club donde estoy desde que soy chico, donde siempre estuve, la verdad que no tengo palabras para describir esto”, destacó Ramos, sobre la firma de su primer contrato como profesional y la chance de integrar el plantel de Patrón, que desde el próximo 2 de enero se preparará para la Copa Conmebol Libertadores, la Supercopa Argentina que deberá jugar con Boca Juniors, la Copa Argentina y lo más importante, el Torneo de la Primera Nacional, donde el objetivo será el ascenso.
Sobre su formación el Pela contó: “Toda la vida jugué con la camiseta de Patrón, desde los cuatro años, arranque en la escuela de Comercio entrenando en el club, luego pasamos a La Capillita, anduvimos por un par de predios porque no teníamos donde entrenar y ahora acá, en el Grella”.
Agustín Ramos juega desde muy pequeño en Patronato. Llegó a la Escuelita del recordado Isaac Clariá.
A la hora de describir el 2022 como hincha de Patringa e integrante de sus divisiones inferiores, el lateral derecho dijo: “Este año fue hermoso para los hinchas de Patronato y más con el título de la Selección Argentina y que somos campeones del mundo”.
Sobre los sueños que tiene para el año que viene y cuáles son los deseos individuales y grupales, el futbolista paranaense aseguró: “Espero sumar la mayor cantidad de minutos posibles, para mostrar de que estoy hecho y en lo grupal que podamos ascender y que Patronato vuelva al lugar donde merece estar. Poder regalarle el ascenso a la gente”.
“Sacrificio hacía mi viejo para ir a trabajar”
Sobre lo que cambió en los primeros entrenamientos que tuvo con el plantel superior, a lo que venía viviendo en Reserva, Ramos expresó: “No cambió mucho, me sentí muy bien. Siempre entrenamos al ciento por ciento en Reserva y la variación más que nada tiene que ver con el ritmo de juego”.
“Otta charló más que nada grupalmente. Yo personalmente lo pude hacer con Gabriel Graciani y Marcelo Candia, que me dijeron que me iba a tener en cuenta, que en enero íbamos a hablar”, destacó el defensor Santo, sobre cómo ha sido el ida y vuelta con el cuerpo técnico en estos días.
De cara al 2023, el pibe formando en barrio Villa Sarmiento anheló: “El deseo para este año que viene es poder debutar en primera y que Romanella (su hija recién nacida) crezca sana y bien”.
“La constancia es fundamental en este deporte. Sacrificio hacía mi viejo cuando trabajaba y todas las personas que se levantan a ganarse el pan. Hay que ser constante en el entrenamiento, no bajar nunca los brazos y meterle hasta lo último que se pueda, el fútbol da muchas vueltas, yo no venía jugando a principio de este año, estuve a punto de dejar y las cosas cambiaron y terminé jugando y firmando mi primer contrato”, dejó Ramos como mensaje para los más chicos y que están realizando el mismo recorrido que él.
Ramos está feliz. Firmó contrato y llegó Romanella, su primera hija. Increíble todo el mismo. Doble felicidad. Y un 2023 que parece será prometedor.
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