A Don Bosco le tocó vivir una situación poco habitual en las competencias regionales. En la Supercopa Entre Ríos, el Salesiano integró la Zona 6, en la que se enfrentó con Liverpool de San José, Juventud Unida de General Campos y Progreso Unidos de San Salvador, siendo el equipo que más kilómetros debió recorrer en la fase inicial, etapa en la que generalmente nuclean a los conjuntos por cercanía geográfica.

Afrontar esto significó un esfuerzo grande para los dirigentes del conjunto de la Avenida, pero el equipo respondió y finalizó primero en el grupo. “Nos tocó una zona muy difícil. Por haber jugado en Ferro de Concordia, conocía la cancha de Juventud Unida de General Campos y sabía que son equipos duros, que se prepararon muy bien para esta competencia. Los resultados nos dieron tranquilidad terminando la zona, lo cual nos permitió cumplir nuestro primero objetivo, que era clasificar”, dijo el DT Hernán Heinze, en diálogo con Mirador Entre Ríos.

“Al cumplir el objetivo uno trata de ser positivo con respecto de lo que se nos viene –prosiguió–. Debemos seguir trabajando, porque siempre se cometen errores y debemos pulir detalles. Si bien los entrenamientos sirven para prepararse, los partidos son los que determinan qué falta y qué no. Siempre es bueno ser protagonista y entrar a la cancha sabiendo a lo que uno juega. Partiendo de esa base, tratamos de imponer el ritmo de uno”.

En la segunda fase, Don Bosco deberá medirse con Barrio Congo de La Paz. Sobre los compromisos que se le avecinan a su equipo, Heinze consideró que “tenemos los pies sobre la tierra y sabemos que nos enfrentaremos con equipos duros, por lo que no se puede aflojar en ningún momento, cosa que hemos sufrido en la fase de grupo. Vamos a ir creciendo a medida que vayamos pasando de fases, pero para eso primero debemos superar a Barrio Congo. Es importante jugar y conocer a equipos de otras ligas. Ahora nos tocará uno de La Paz, que está acostumbrado a participar de este tipo de torneos. Tienen más experiencia que nosotros, por lo que tomaremos ciertos recaudos, pero confiando en lo que tenemos y en lo que trabajamos día a día. Nos propusimos llegar lo más lejos posible, luego el torneo dirá si podremos o no”.

A la hora de hacer un análisis del equipo que dirige, remarcó: “Creo que podemos seguir obteniendo buenos resultados, sabiendo que definimos en nuestra cancha, donde nos hemos hecho bastante fuertes. La esperanza está y confío plenamente en lo que pueden dar los chicos, ya que somos un equipo ordenado, que sabe a lo que juega y con buenas variantes de tres cuartos de cancha para adelante. Cuando podemos jugar lo hacemos, principalmente de local, pero también sabemos luchar. Y si tengo que remarcar un déficit, considero que nos falta manejar un poco mejor los tiempos de los partidos”.

REFUERZOS

Hemos sumado dos o tres jugadores que nos dan un salto de calidad –acotó–. Si bien la idea que se maneja en el club es forjar a los jugadores propios, ya que consideramos que no le sirve de mucho a la institución sumar siete u ocho jugadores para un torneo, que luego se van, y que los jugadores del club queden relegados. Buscamos que los jugadores de Don Bosco jueguen esta competencia y adquieran experiencia. Más allá de eso, llegaron refuerzos que desde el primer momento fueron muy positivos para el grupo, que posiblemente continúen luego de la Supercopa y que nos permitieron sumar jerarquía”.

Por último, hizo referencia al nivel que ha visto en el certamen: “La mayoría de los equipos se han reforzado, lo cual le dio más jerarquía al torneo. Considero que está un escalón por encima de cualquiera de las ligas de Entre Ríos. Para que los jugadores lo tomen como experiencia, es importante que salgan de la zona de confort. Contamos con varios jugadores de entre 19 y 23 años, quienes tendrán un roce que les va a servir para crecer”.