La novela se desarrolla en tres lugares geográficos, Gualeguaychú, Villaguay y Concepción del Uruguay, lugar de nacimiento de la autora. “Mis primas de Villaguay han sido y todavía lo son personas muy importantes para mí y en esa época hay un hilo conductor del vínculo con ellas, como en general de la familia, por una situación de secuestro durante la dictadura y Villaguay aparece en algunos escenarios en especial a través de esa relación”, comentó la escritora a Mirador Entre Ríos.

Carolina Bugnone es licenciada en Psicología, por la Universidad Nacional de La Plata, escribe narrativa y poesía. “Fue como una necesidad de empezar a poner en palabras una serie de vivencias que se encadenaban. Actualmente vivo en Mar del Plata y consulté con un amigo escritor quien me dijo que lo escrito era un libro. A mí me parecía que era la historia íntima de una familia y me preguntaba a quién le podía interesar. Resultó que genera una resonancia en quienes la leen con respecto a su infancia y sobre la dictadura y post dictadura en la Argentina”, explicó la autora acerca del origen de la publicación.

“En los primeros capítulos aparece la idea sobre algo que los adultos no terminan de decir y la sensación de algo que no entendemos –indicó–. Incluso llegada la democracia en 1983 persiste la idea que hay algo doloroso. Llegan los amigos exiliados a visitar las familias y es cuando la protagonista y el resto de los chicos prestan atención a los tonos de la voz, como si aún, sabiendo la verdad desde la infancia se percibe algo que no se termina de saber bien cómo elaborarlo y qué sentir”, describió Bugnone.

Amor y religión

“En uno de los pasajes de la novela se plantea la situación de noviazgo, con una mirada apaleada por la vida, desde la adultez cuando decía: ‘El creía en Dios y yo en el amor’, quizás un poco apesadumbrada como diciendo después que me pasó la vida por encima, como un camión, tenemos el derecho a dudar de ambas cosas. Creo que está bastante presente en toda la novela tanto Dios como el amor, porque la figura del catolicismo era muy fuerte para mis abuelos. La presencia de la religión y la ayuda a los otros tiene que ver con mis tías desaparecidas. Por ese lado ingresaron a la militancia y después fueron por otros caminos desde la visión de la iglesia tercermundista. Aunque no está explícito, dan vueltas en toda la novela”, remarcó.

La autora completó que “en algún momento se pone más explícita la situación cuando la madre le explica a la nena que la mamá y el papá de su primo no eran esos tíos que lo estaban criando, sino que eran los tíos desaparecidos. Ahí queda expuesto el tema y sin lugar a dudas apareciendo el impacto de la verdad, arrojada sin velo porque en los otros capítulos eso serpentea, pero no está del todo dicho”.

El libro se puede adquirir contactando las redes sociales de la editorial.

Con humor, en algunos capítulos describe a Villaguay, como “chica, despoblada y fea; sin embargo, allí vivían las mejores primas del mundo con momentos atesorados en la memoria y el corazón en espacios como el parque Walt Disney o la disco L’amour Cité, que fue el primer boliche que pisé en mi vida porque no me dejaban ir a bailar en Concepción del Uruguay, pero con las primas de Villaguay, sí. Esto se mezcla apareciendo en el libro con el amor de las primas, con lo que ellas dicen, piensan y sus miradas. Creo que pesa más el vínculo, aunque también están los lugares geográficos donde se habla del río, el verde, el calor, los mosquitos”, repasó la autora.

Reedición

El libro fue editado en el año 2017 y se realizó otra tirada en 2018 por la editorial “Peces de ciudad”.

“Fue muy requerido y tuve la suerte que el periodista Daniel Gigena me hiciera una nota y lo difundiera a nivel nacional. A lo largo de los años lo siguen pidiendo personas de distintos lugares. Empecé a colaborar en una editorial de Mar del Plata que es “Cepes Ediciones” y mis compañeros me propusieron esta nueva oportunidad de reeditarlo”, indicó Bugnone.

Es un libro fácil de leer y muy accesible, por su lenguaje claro y sencillo. Es ágil para la lectura y oficia como disparador sobre esta temática, para que sigan buscando material y enterarse que pasó en esa época. En ese aspecto la autora comentó: “La profesora de letras y escritora Belén Sigot me sugirió que se adapta muy bien para el nivel secundario”.

Sobre la crítica del libro mencionó que recibió diversas miradas, “el primero que lo leyó lo definió como novela, otra opinión lo describió como prosa poética porque es más poesía que novela y también me refirieron que es como un álbum de fotos, cada capítulo es una imagen donde uno se detiene. Sin dudas ha generado distintas repercusiones”, reflexionó.

En su análisis con el periodista Daniel Gigena, la autora reconoció que “hay como una doble voz. Una de la nena, pero escrita desde el hoy, entonces se reencuentra con la voz de la infancia, igualmente con cierta nostalgia, incluso entremezclada con miradas tristes, aunque no es eminentemente eso hay algo que la recorre. Tiene resonancias comunes a las infancias, si bien son diferentes y no todos tienen familiares secuestrados. Hay algo de las vivencias de los primos y lo perdido que se reencuentra en el libro con un lenguaje llano”.

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La búsqueda continúa

En cuanto a las tías desaparecidas, la escritora mencionó que “son dos hermanas de mi papá, María Elena y Marta, sabemos en qué centros clandestinos estuvieron secuestradas. No sabemos cómo ni cuándo murieron. Una de mis tías tenía su hijo, quien hoy es periodista, fue criado por mis tíos en Villaguay. Nos enteramos en 2013 que estaba embarazada y ahora buscamos al hijo o hija de Marta Bugnone y Jorge Ayastuy. Podría haber nacido, si bien no hay certeza sobre eso, una testigo dijo que fue al obstetra con ella y en un punto eso está muy vigente para nosotros”, afirmó.