Los alemanes del Volga son conocidos como el pueblo que emigró dos veces. La primera vez, a partir de 1763 –tras la guerra de los Siete Años–, cuando dejaron las devastadas tierras del Sacro Imperio Romano Germánico para habitar territorio ruso, específicamente, en la zona baja del río Volga. La segunda, un siglo después, cuando las condiciones de vida en Rusia empezaban a ser cada vez más hostiles para los colonos y Argentina, entre otros países del continente americano, abrió las puertas a la inmigración.
Estos inmigrantes llegaron a Entre Ríos a partir de 1878 con el acervo cultural alemán que habían logrado conservar de manera casi incorruptible durante poco más de cien años en Rusia.
Entre otras costumbres características, trajeron su disposición al trabajo, la práctica de su fe, sus dialectos, sus comidas, sus bailes y su música. Se asentaron en aldeas, fundaron sus escuelas y sus templos, y siguieron aferrados a las tradiciones como ninguna otra colectividad.
Orgullo
Esa es la razón por la cual los adolescentes que a principios de la década de 2000 fundaron “Brisas inmigrantes”, no se juntaban a tocar rock nacional, ni reggae, ni cumbia, sino polkas y valses; y al momento de ponerle un nombre a la banda buscaron uno que les hiciera honor a sus abuelos.
“En nuestras casas siempre sonaron polkas y valses. Es parte de nosotros, de nuestra forma de vida, de nuestras costumbres, y esa es la música que tocamos. Nos sentimos orgullosos de la cultura que heredamos”, contó Martín Bauer, integrante fundador de Brisas inmigrantes. Con él, hace 20 años, dieron inicio a la banda Mirco Bambieri, Mauro Díaz Chaves, Dalmiro Bauer y Joaquín Hausch.
La primera presentación de Brisas fue, según recuerda Martín, una fría noche de invierno, en agosto de 2003, antes de la presentación de una importante comedia teatral de Crespo que llegaba a Aldea San Antonio. “Teníamos cinco canciones que nos salían bien”, cuenta con ternura. Algunas de ellas eran: “Marcha del inmigrante”, “Viejita llevame a casa” y “Mariechen”.
Cultura y tradiciones
En diálogo con MIRADOR ENTRE RIOS, Martín Bauer dijo que “representar la música de nuestros antepasados me genera orgullo porque siento que de alguna forma uno sigue con la tradición que ellos trajeron y que supieron mantener a pesar de todas las adversidades”; y considera que “nos encontramos en un momento en donde hay muchas posibilidades de difundir nuestra cultura y hacer que trascienda no solamente entre alemanes sino también entre otras personas que gusten de este género; de hecho en los últimos años hemos ido incorporando a la banda integrantes que nos son descendientes de alemanes y hemos empezado a hacer reversiones de canciones de música popular adaptadas a nuestro estilo, y esto nos está abriendo nuevos horizontes”.
“Brisas inmigrantes” ha logrado llevar la música de sus abuelos a diferentes localidades de Entre Ríos, así como también de las provincias de Buenos Aires, Misiones, Chaco y Córdoba. La banda de la Aldea incluso ha sido convocada para tocar en fiestas suizas realizadas en Nueva Helvecia, en la República Oriental del Uruguay.
“Nos sentimos orgullosos de la cultura que heredamos”, asegura Martín Bauer.
“Me llena de emoción ver que no solo las personas mayores se sienten identificadas con la cultura de los alemanes del Volga, sino también la juventud que consume la música y la gastronomía… Ver chiquitos en las fiestas de las aldeas vestidos con ropas típicas es tener sentido de pertenencia. Creo que, si bien hay mucho por hacer, vamos encaminados a que nuestra cultura perdure”, expresó Bauer.
Con 20 años de trayectoria, Brisas inmigrantes cuenta con varios temas propios, pero hay uno en particular que Martín disfruta mucho al tocarlo en su pueblo, que se llama “A mi Aldea”, en honor a su pueblo natal: Aldea San Antonio.
Integrantes
Brisas inmigrantes está integrado por:
Martín Bauer: acordeón
Danilo Pérez: bajo
Cristian Butala: guitarra
Jonathan Aranda: batería
Tomás Marchesini: saxo
Jorge Sarco: trompeta
Manuel Fernández Secchi: trombón