En tres partidos jugados en condición de visitante, a Rosario Central le convirtieron 9 goles y apenas pudo rescatar un punto en el empate agónico en cancha de Tigre. En los otros dos cotejos fuera del “Gigante” de Arroyito, frente a Lanús y Sarmiento, se retiró goleado y vapuleado. Tres tantos le encajó el “Granate” hace 15 días y otros cuatro le propinó el “Verde” el último viernes en Junín. Ya son muchos datos negativos como para maquillarlos con la muy buena campaña que el equipo “canalla” viene haciendo de local, con puntaje perfecto en tres juegos disputados y con apenas un gol en su arco.

El DT Miguel Ángel Russo le echa la culpa a errores puntuales de sus jugadores, como la expulsión de Ortiz ante Sarmiento o las salidas en falso de Servio contra Lanús, pero a esta altura las fallas parecen ser más estructurales que individuales. Y hasta puede ser “una cuestión de actitud”, como canta el “canalla” Fito Páez.

Ya lo había admitido el defensor uruguayo Facundo Mallo en la previa del partido en Junín, cuando reconoció que Central “es un equipo jugando de local y otro totalmente diferente jugando de visitante”. Los números y los resultados respaldan en forma contundente el diagnóstico del ex zaguero de Defensor Sporting.

Russo, que es de los técnicos que defienden eso de “lavar la ropa sucia adentro” y de “no sacar los trapitos al sol”, prefiere poner el foco en “distracciones”, “ingenuidades” y hasta supuestos errores arbitrales para justificar las dos caras de su equipo en este torneo. “Hay que saber jugar con las amarillas. La primera es tonta y la segunda más tonta todavía”, argumentó después del 1-4 frente a Sarmiento, haciendo mención a la expulsión de Kevin Ortiz.

En su propósito de no hablar de los errores que sigue cometiendo su equipo y de poner la mira en lo externo, Russo también repartió críticas hacia el árbitro Echenique: “Nosotros vemos que hay falta en el gol. Al arquero no se lo puede cargar en el área chica. No le echo la culpa a nadie, pero quedar con uno menos es difícil”, resumió sobre las polémicas del viernes a la noche.

Según el entrenador de Central, ante Sarmiento “era un partido controlado”. Es verdad que sus dirigidos arrancaron ganando el encuentro, pero el desmoronamiento fue muy marcado en la segunda parte del pleito. Y no se debe olvidar que “Fatura” Broun atajó un penal cuando el marcador estaba 1-0 para el “Canalla”. “Tenemos que aprender a jugar con las amarillas, después nos descontrolamos. Con uno menos es difícil, nos costó”, admitió el DT.

“El primer tiempo fue bueno, tuvimos para hacer el segundo gol, pero hay que seguir. Hicimos muy bien todo lo de las pelotas paradas, hubo cosas buenas, pero hay que mejorar”, insistió el conductor táctico del conjunto del barrio Arroyito de Rosario. “Hay que saber jugar de visitante, pero el rival hizo su mérito. Aunque la diferencia es muy alta”, reconoció por fin el experimentado DT.

Ahora sigue la historia de siempre: tratar de “remar en el dulce de leche” durante toda la semana para llegar lo mejor parado posible al partido del domingo a las 5 de la tarde ante Unión, que por suerte para los “canallas” será de local. Pero habrá que ver, con el nivel de rendimiento mostrado el viernes en Junín, si ese otro rostro todavía le sigue sonriendo a Russo y a sus muchachos. Por ahora, a Central le alcanza con las respuestas que da en su cancha, con el empuje de su gente, para redondear un buen arranque. Pero si no mejora sus números de visitante, ese lastre lo irá tirando cada vez más abajo en la tabla de posiciones.

Russo tiene muñeca y espalda como para atravesar la zona de turbulencia y estabilizar la nave. Habrá que ver si el plantel está a la altura, después de un mercado de pases complejo y contaminado por las elecciones en el club. De acuerdo al discurso del técnico, lo primero que debe hacer Central es dejar de pagar tan caro el precio de sus ingenuidades.