El brote de 2020, que durante un par de meses coincidió en nuestro país con el inicio de la pandemia por Covid-19, fue el mayor desde la reemergencia de la enfermedad en 1998.El brote de 2020, que durante un par de meses coincidió en nuestro país con el inicio de la pandemia por Covid-19, fue el mayor desde la reemergencia de la enfermedad en 1998.
No llega a ser la misma situación que en 2020 cuando se registró la epidemia de mayor magnitud desde la reemergencia de la enfermedad en 1998 y, durante un par de meses, el dengue convivió con la pandemia por Covid-19. Aquel fue el último año epidémico de una enfermedad propia de climas tropicales y subtropicales como el que ya avanza cada vez más hacia el centro del país. Sin embargo, este 2023 ya hay 13 jurisdicciones con circulación viral de dengue y 5 con chikungunya, ambas transmitidas por el mismo vector: el mosquito Aedes aegypti.
El Ministerio de Salud de la Nación confirmó que en las últimas cuatro semanas fueron confirmados 8.001 casos de dengue, un valor superior al de los últimos dos años, pero que es un 30% menor respecto del mismo período de 2020 (último año epidémico).
Entre el 12 y el 18 de marzo se cumplió la semana epidemiológica 11 y se notificaron en el país 9.388 casos de dengue, de los cuales 8.504 adquirieron la infección en la Argentina. En Santa Fe, entre el reporte semanal del 16 de marzo y el del 23 (correspondiente al último jueves) se sumaron 1300 nuevos casos, de manera que la provincia totaliza hasta el momento 3606 desde el inicio del actual brote, la mayoría en el noreste.
Además de Santa Fe, donde la circulación viral de dengue ocurre en 16 localidades, está presente en Buenos Aires (3 localidades), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Catamarca (2 localidades), Chaco (2 localidades), Corrientes (2 localidades), Córdoba (1 localidad), Entre Ríos (1 localidad), Formosa (2 localidades), Jujuy (3 localidades), Salta (9 localidades), Santiago del Estero (6 localidades) y Tucumán (15 localidades).
Chikungunya
En cuanto a fiebre chikungunya, se registran hasta el momento 528 casos de los cuales 166 adquirieron la infección en Argentina, 129 se encuentran en investigación y 233 adquirieron la infección fuera del país.
Al momento, la circulación de este virus se ha confirmado en 5 jurisdicciones: Buenos Aires (4 localidades), Ciudad de Buenos Aires, Corrientes (1 localidad), Córdoba (1 localidad) y Formosa (3 localidades).
Parecidas y diferentes
El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito del género Aedes principalmente por Aedes aegypti. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus Dengue, adquiere el virus y luego de 8 a 12 días es capaz de transmitirlo a una persona sana a través de la picadura.
La fiebre chikungunya es una enfermedad viral que al igual que el virus dengue es transmitida por la picadura de mosquitos Aedes infectados. El nombre significa "aquel que se encorva" ya que describe la apariencia inclinada de algunas personas que lo padecen por los fuertes dolores articulares que provoca.
Los síntomas de dengue son fiebre acompañada de uno o más de los siguientes: dolor detrás de los ojos, de cabeza, muscular y de articulaciones, náuseas y vómitos, cansancio intenso, aparición de manchas en la piel y picazón y/o sangrado de nariz y encías.
Los síntomas de la fiebre chikungunya comienzan generalmente de 3 a 7 días después de la picadura del mosquito. El síntoma más común es la aparición repentina de fiebre, a menudo acompañada de dolor en las articulaciones. Otros síntomas que pueden aparecer son: dolor muscular, dolor de cabeza, náuseas, fatiga y erupción cutánea. El fuerte dolor en las articulaciones por lo general dura unos pocos días, pero puede llegar a persistir durante meses, afectando la recuperación total y el regreso a las actividades cotidianas.
La principal forma de transmisión de estas enfermedades es por picaduras de mosquitos infectados. Es por ello que la medida más importante de prevención es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos, es decir, de todos los recipientes que contengan agua, tanto en el interior de las viviendas como en sus alrededores. Si éstos no se pueden eliminar porque el agua es utilizada para el consumo, se deben cerrar de manera hermética.