Lila Siegrist: 6/34
El autor, escritor-peluquero, peluquero-escritor juega con la idea de los colores de la cabellera de sus colegas en las letras, como excusa para reseñar las obras.
El autor, escritor-peluquero, peluquero-escritor juega con la idea de los colores de la cabellera de sus colegas en las letras, como excusa para reseñar las obras.
El río Paraná es un 6/34, un rubio oscuro-dorado-cobrizo. Sus toneladas de arrastre de agua y barro que pasan por Misiones para darle el tono cobrizo, surcan los ecos de un Litoral crudo y húmedo que llega hasta Rosario en un dorado suave. Tonos que sobre una cabellera pueden ondular en colores dorados o igualar al río. Como el de Lila Siegrist, que cuenta con un tono natural de cabello cercano al 6/34, como si llevara al río flameando en su cabeza. Y cualquier persona que se siente en un banco de la ribera del Paraná y afina el oído, podrá sentir los sonidos del oleaje o leer, las estrofas de "Te quiero abrazar mucho", último libro de poemas de Lila, cuyo arrastre de agua llega hasta Buenos Aires, en donde vivió mientras lo escribía.
El río no pierde la intensidad de la nostalgia que pueda producir con su paso. Pese a todo, continúa su movimiento y la autora va dejando el recuerdo en el registro de cada verso como el paso del agua. Todos aquellos lugares a los que en la frecuencia de los días les echaba un vistazo breve, la retina de la memoria ha intentado atraparlos para que se queden y se alarguen en el tiempo. No habrá un solo poema que se salve de una breve remembranza hacia Rosario, o del río en la acción detenida de una estrofa. Porque la poesía de Lila detiene las imágenes del río para procesarlas en una constante relectura. Por ejemplo, en el poema Corriente adversa: "Arcillas grises y verdes oscuras, plásticas / abundantes manchas anaranjadas de limonita", se puede ver al verdadero 6/34 en este último verso. La siguiente estrofa: … "Un río no es una antología, una retrospectiva / es un lugar en el que no aparezco. / Pido otra ciudad" … O en el poema Me visitan extranjeros a la sombra, continúa el juego del color: "¿Tierra? / Arena. / Me incendian por rubia". (al respecto de su cabello rubio que se enciende con el sol) … / "Un surubí duerme en mi plato. / Tierra-arena. / Entre los dedos sucede esto. / Colonias recreas, de uno, dos o tres kilómetros. / Marcha serena. / Mirar distancias playas, muy playas. / Bañado raso, hasta cortar la barranca, / y no es costa" …
Desde el poema Congregacional, se puede sentir la angustia por el lugar de origen cuando las inevitables lágrimas fluyeron al ver que su terruño estaba siendo incendiado por manos bursátiles que tiraban los fósforos desde un avión mientras iban contando las hectáreas: … "Sombras elongadas agitan mi estadía / he inventado mi autorretrato; y ahí estoy, en las llamas de la isla, / cargándome un monte completo, sucesivo de aguaribayes. / Los carboneros apiñados ahúman la isla, / las llamaradas vencen el agua y secan la tierra…"
Pero Lila continúa con su nostalgia ante la contemporaneidad de los ochentosos. En el poema Autobiografía del espacio, ubicándonos en 1984, veremos con el ojo de lo que fue, qué había pasado en aquel edificio cuando era adolescente, quién era la mujer de Fulano de tal o cómo estaba funcionando la Trova Rosarina, en una enumeración vertiginosa de la velocidad callejera de una época feliz: "En esa torre vivían dos poetas, / dos pintores, / una literata, / una maestra de plástica, /… Descubrimos cómo vivir en departamentos y disfrutar los espacios / comunes, un lujo, el mundo era ese edificio / … Desde el 11 espiábamos con binoculares a los degenerados co... / en las barrancas del río, cuando el reinado de España todavía no / había civilizado nuestras márgenes".
Un registro para los que tenemos más de 45 años es el paso del cometa Halley en el año 1986. Los medios lo habían anunciado y miles de personas compraban telescopios para pasar sus noches en las terrazas contemplando como lo hizo (a lo mejor) Lila con su bisabuela. El recuerdo ingresa en la casa y los registros alteran la memoria de la familia. ¿De verdad pasó esto? ¿Por qué dice aquello? El temor a lo autobiográfico podría comprometer a los que vivieron en familia, pero no será un impedimento para la autora porque arremeterá con interrogantes a futuro: … "Mi bisabuela ha visto el Halley dos veces, la segunda vez fue cuando la / invité a mi terraza para que nos alucinemos juntas. / Perihelio de 1986 / Mi hermana no se acuerda y dice que lo invento todo… / ¿Cómo ser otra cosa todo el tiempo mientras somos esto? / ¿Cómo descansar del trabajo de ser otra? / … Quisiera silencio, al menos un par de horas por la noche / más rigor. / Dispersa la interrupción indolente de mis juventudes".
En buena parte de la obra se puede escuchar a Lila respirar su estrés y a su cuerpo sacudirse mientras come vitel toné y se pinta las uñas de los pies; padecer la burocracia de organismos públicos, o al jefe que le mira los pies como si fuera a desnudarle el alma. Los malos hombres que pasaron por su vida dejando huellas tan mediocres que no llegarán a la maldad. La distancia entre lo que uno podría ser originariamente como persona y las capas sociales que van imponiéndose a lo largo de los años para crear la confusión de la conducta frente a los demás y disimular que se puede ser uno más. La pampa gringa vista desde arriba de un auto surcando la ruta es un acierto de la maquinaria agrícola, el mercado, la venta del grano al mejor postor, el trabajo y el cereal controlado en una cadena tan extrema que la última sobreviviente de la naturaleza es la lluvia a la que habrá que esperar sí o sí. Es una enumeración tan certera e imparcial que la poesía aflora en cada verso y se define el tono de Lila, en un libro que todo rosarino como primera instancia debería leer, luego los santafesinos o aquellos que vivan cerca de un río y, sin dudas, aquellos que buscan leer poesía de verdad y de paso conocer por estrofas un río tan vasto como la lectura de Te quiero abrazar mucho.
(*) Pablo Bigliardi montó una biblioteca en su peluquería desde donde fomenta la lectura sugiriendo escritores tanto emergentes como conocidos a cuya obra también se las reseña en redes sociales o diarios y revistas culturales.
No habrá un solo poema que se salve de una breve remembranza hacia Rosario, o del río en la acción detenida de una estrofa. Porque la poesía de Lila detiene las imágenes del río para procesarlas en una constante relectura.
Biografía
Nació en Rosario en 1976. Es artista visual, editora, productora cultural. Actualmente es Asesora Experta en Análisis de Gestión Cultural, Jefatura de Gabinete de Ministros, Presidencia de la Nación. Se ha desempeñado como Subsecretaria de Industrias Culturales y Creativas, Municipalidad de Rosario (2015-2018), como Directora Provincial de Comunicación Estratégica, Gobierno de la Provincia de Santa Fe (2018-2019). Ha integrado como Miembro comité creación Licenciatura de Gestión Cultural – UNR (2018-2019). Ha sido coordinadora Programa de Artes Visuales, Centro Cultural Parque de España, AECID, 2007-2010. Ha publicado y editado artículos y libros: Anuario. Registro de acciones artísticas, Rosario (2011-2014). Vikinga criolla, Yo soy Gilda editora, (2012. Tracción a sangre, Ivan Rosado, 2013. Yo soñaba con comprarme una combi. Selección de poesía santafesina contemporánea, 2011. Destrucción total, Blatt & Ríos, (2014). Su obra integra colecciones publicas y privadas del país y el extranjero. Coeditó Bitácora. Colabora con la revista REA.
La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.