Todo hace suponer, incluso los pronóstcos así lo marcan, que la histórica sequía de tres años llegó a su fin hace una semana atrás con las fuertes lluvias en gran parte del país. En el departamento San Martín los promedios arrojaron 100 milímetros - en algunos sectores se informaron hasta 150 -. Sin embargo, las precipitaciones llegaron tarde para los cultivos que están en desarrollo. "Si tomamos el registro histórico del primer trimestre del año, estamos con un déficit de entre 160 y 200 en el acumulado", le dijo a este medio el ingeniero agrónomo Gustavo Almada, jefe de la Extensión Rural del INTA Carlos Pellegrini.
"El fenómeno de La Niña llegó a su fin". Los presagios de climatólogos y expertos coinciden en que la sequía comienza a quedar atrás. Con las últimas precipitaciones, la seca se cortó y la ola de calor también es historia. El combo fue letal para el sector agropecuario. "Las sojas de segunda se perdieron y los maíces de segunda fueron muy afectados y rindieron muy poco, incluso hubo lotes que ni siquiera se levantaron. La situación fue caótica", sentenció Almada.
Las lluvias no alcanzaron y se aproxima el trigo
Los tres años de sequía dejaron su huella en la tierra. Y si bien en el centro oeste santafesino las precipitaciones dejaron un buen caudal de agua, ahora habrá que esperar que el clima se comporte en el corto plazo. Es que desde el agro aguardan lluvias durante abril y mayo que recarguen los perfiles del suelo para poner en marcha la siembra de trigo entre fines de mayo y principios de junio. "Eso va a ocurrir siempre y cuando haya humedad. Los productores que deben hacer caja después semejante campaña", adelantó el ingeniero agrónomo.
El tambo celebra a medias
En una fuerte área lechera, en el departamento San Martín las lluvias beneficiaron al sector tambero. Es que si bien llegaron de forma tardía, fueron oportunas para que productores puedan sembrar verdeos y pasturas para preparar la llegada del invierno -por lo general se hace a mediados de febrero -.
Para Almada, los tambos afrontarán una época invernal con menos reserva de lo normal, una situación que se hará sentir. "En verano es cuando acumulan maíz en forma de silo o maíz grano para no tener problemas durante los meses de frío. Este año van a llegar con menos acopio por la falla de los cultivos. Y la consecuencia será el costo de alimentación elevado, algo que deberán compensar con otros suplementos".
Para ejemplificar el impacto de la sequía, ante una buena campaña, con una hectárea de maíz se suele llenar 9 metros de silo bolsa al picar el grano, algo que se utiliza como alimento para el ganado. "Este año se llenaron dos metros. La situación es muy complicada para los tambos", remarcaron desde el INTA.
Las napas siguen siendo un problema
Después de tres años Niña, las napas continúan siendo un problema para los campos. Es que sin lluvias a lo largo de ese período, descendieron por debajo de los tres metros. Y a pesar de las precipitaciones últimas de 100 milímetros, los niveles siguen siendo bajos. "En los diferentes puntos que medimos, hasta el momento las estamos encontrando a mucha profundidad. Y eso no tiene ningún aporte de humedad que por capilaridad puede ayudar al cultivo. El auxilio no está. La humedad del suelo va a depender de lo que ocurra con las lluvias de acá en adelante", concluyó Almada.