Los Veteranos de Guerra de Malvinas con residencia en Coronda fueron parte de 4 jornadas intensas de homenajes y reconocimientos en la ciudad. En primer lugar, el sábado 1º de abril se realizó una caminata con antorchas y vigilia junto a los veteranos y sus familiares desde el Paseo Héroes de Malvinas ubicado en calle San Martín y Cortada Arocena hasta el Monolito alusivo que se emplaza sobre la costa en Avda. Héctor López y 25 de Mayo.
El domingo 2 tuvo lugar el acto oficial en la Plazoleta Héroes de Malvinas, con palabras alusivas de Alejandra Campana, esposa de uno de los veteranos fallecidos, la interpretación de poemas a cargo de alumnos de escuelas locales, un baile alegórico del Ballet Renacer y la Academia de Danzas Folclóricas Argentinas y el canto de Roberto Marty con Honrar la Vida.
Este lunes 3, el Club Vecinos Unidos formalizó un acto en sus instalaciones, se descubrió un cuadro alusivo con las fotos de los VGM, y hubo números artísticos alusivos a cargo del Gimnasio Puente del Sol y del profesor de Música Víctor Goncharenko.
Lo más interesante tuvo lugar con la llegada sin aviso previo a los ex combatientes locales, de otro veterano, en este caso de la Fuerza Aérea, el comodoro Edgardo Raimondi.
Una sorpresa emotiva
Tras su presentación, en la cual relató su experiencia en la guerra, el experimentado militar manifestó que “esto es especial por la ceremonia y especial sobre todo porque es el lugar donde nací, acá me crié, me eduqué, esta es la tierra que me alimentó, que me fomentó esa vocación para ingresar a la Fuerza Aérea. Estoy muy emocionado” y agregó que “cuando finalicé los estudios secundarios en la ex Escuela Normal, en 1962, me fui a Córdoba a la Escuela de Aviación, hice los 4 años para recibirme como oficial alférez en 1966. En un año más fui aviador militar y cumplí con mis destinos hasta que llegó 1982 y salimos a cumplir con nuestro deber patriótico”.
Raimondi nació el 7 de marzo de 1945, cursó sus estudios primarios en la Escuela Dr. Nicasio Oroño, estuvo antes de Malvinas, en Buenos Aires, en una unidad de ataque, fue instructor y sobre todo “instruimos a los pilotos que no volaban aviones de combate para que se preparen”.
Luego estuvo en una Unidad de transporte, fue piloto de helicóptero, participó de la unidad de Morón durante 7 años, hizo cinco campañas antárticas de verano, con abastecimiento de las bases y relevo de persona.
“El primer avión fue el mío”
El oficial retirado cuenta sobre aquellos tiempos del inicio y desarrollo de la guerra: “Nos enteramos el día anterior que Argentina pensaba recuperar las islas. Era jefe de operaciones de un escuadrón aéreo, en 24 horas tuve que designar tripulantes, qué elementos llevaban, qué no llevaban. El primer avión que despegó a Malvinas fue el mío”. Llegó en el grupo Fokker E 27 con material sanitario, y fue parte del acto de izamiento de la bandera el 2 de abril. Durante los 74 días del conflicto concretó 32 misiones, dentro y fuera del teatro de operaciones.
Sobre el rol histórico de la Fuerza Aérea durante la guerra, Raimondi se mostró orgulloso y generoso también: “El testimonio de los ingleses nos da la certeza de que cumplimos sobradamente con nuestro deber. Las otras dos fuerzas también, la entrega, el esfuerzo, el coraje que pusieron todos en ese conflicto es para destacar, hemos mamado desde chiquitos que las Malvinas son nuestras. Necesitamos que eso se siga transmitiendo, no podemos olvidar que es parte de nuestro territorio, es nuestro. Esto que se hace acá, que han organizado”.
Luego de esto fue piloto del avión presidencial entre finales del gobierno del Dr. Raúl Alfonsín hasta principios de la gestión del Dr. Carlos Menem y fue hasta su retiro como comodoro, piloto comercial.
Coronda tiene presente a Malvinas
Valga recordar que además de Raimondi, de la ciudad de Coronda, participaron 12 ciudadanos: Osvaldo Benencia –fue herido en el Alférez Sobral-, Sergio Benítez, Daniel Cardozo –combatió en tierra-, Claudio Bertero, Guillermo González –sobreviviente del ARA General Belgrano-, Sergio Lobaiza, Marcelo Primón y los ya fallecidos Rubén Eduardo Márquez –único en combate-, Eduardo Giménez, Manuel Maldonado y Juan Domingo Sarria. Además, Oscar Larrosa nació en Barrancas, pero se crió en Coronda desde sus dos meses de vida, vive en el sur y fue tomado como prisionero en el final de la contienda.
De hecho en Coronda ha habido una importante cantidad de reconocimientos a la gesta y sus actores: en agosto de 1982 se inauguró la Plazoleta Héroes de Malvinas, la primera en su tipo en el país que tuvo un monolito y en 2022 se agregó un monumento y una glorieta en el mismo espacio; uno de los cuatro últimos barrios conformados en la ciudad se llama Héroes de Malvinas; varias aulas de escuelas tienen nombres alusivos a los veteranos o al conflicto; se creó el Paseo de Malvinas, en la zona de ingreso a la ciudad; se instauró en 2017 un monolito en la Avenida Costanera para concentrar las vigilias; a los 11 veteranos se les colocó en las puertas de sus casas la inscripción de que allí vive un héroe y veterano de guerra; se pintaron murales alusivos en todas las escuelas y en buena parte de las instituciones deportivas e intermedias de la ciudad durante 2022; una calle lleva el nombre de Rubén Eduardo Márquez., entre otros homenajes.
Finalmente, este miércoles 5 se inauguraba en el patio interno de los talleres, un mural artístico pintado por internos de la Cárcel de Coronda, en el marco de un proyecto surgido a 40 años de la guerra, de la mano del Instituto Autárquico Provincial de Industrias Penitenciarias Iapip.