Se trata de uno de los proyectos inmobiliarios más importantes de la ciudad de los últimos tiempos. Se construirá en una de las zonas donde más caro está el metro cuadrado y donde se ubican los edificios más altos de Rosario. Se trata de un rascacielos de 60 pisos que mirará al río Paraná y que se ubicará como el segundo más elevado del país.
Su estructura será una suerte de nuevo faro de la ciudad, superando ampliamente cualquier otra construcción. La idea es levantarlo en Forum Puerto Norte en un terreno de 1,7 hectáreas, donde actualmente hay unos silos y un galpón abandonados.
En total tendrá 200 metros de altura y la inversión estimada es de cien millones de dólares. De esta manera, se convertiría en el segundo rascacielos más alto de Argentina, después de uno que está emplazado en Puerto Madero (Buenos Aires), que tiene 235 metros de altura y que se inauguró hace cuatro años.
La propuesta es encarada por el grupo inversor integrado por Sancor Seguros y Obring, y el estudio Casanova, Mattos, Salvatierra & Feser. Proyectan que la torre contenga en sus primeras plantas oficinas corporativas y en los 40 pisos restantes habrá viviendas de distintos tamaños, todas de categoría premium, que tendrán entre dos y cinco ambientes.
Para poder avanzar era necesario que el Concejo de Rosario aprobara su construcción. Tras intensos debates, finalmente se aprobó el proyecto en diciembre del año pasado.
Desde ese momento, según confirmaron a Mirador Provincial desde el Palacio Vasallo, no hubo más novedades al respecto de la construcción. De hecho, desde el Concejo ya no queda mucho más que hacer, porque se habilitó el avance de la megatorre.
En este sentido, entienden que las empresas son las que deberían avanzar. Si bien hubo mucha polémica por la modificación a la ordenanza que regula las alturas en la ciudad, en pos de que se pueda aprobar la edificación, no fue impedimento para que se le diera luz verde.
¿Y el control de origen de fondos?
Pese a que se aprobó la creación de una nueva agencia antilavado, amparada en una ordenanza moderna y actualizada para lograr controlar de forma más rigurosa y fehaciente el origen de fondos de las inversiones de Rosario, todavía no fue reglamentada.
Es que un punto clave para que se pueda implementar es la selección de un director o directora que la controle. Esto se efectivizaría este jueves cuando el Concejo le de finalmente el OK a la propuesta por el Ejecutivo para el cargo que es Paula Bruera, directora de Concesiones municipales.
Lo que resta definir aun es si al proyecto de la megatorre se le aplicará el control de la nueva agencia o la antigua. Dependerá de si las firmas presentaron permiso de edificación previo a la concepción y puesta en marcha de la nueva entidad municipal o no.
Cabe destacar que la nueva agencia tendrá la función de generar, recibir y/o procesar reportes de Alerta Sospechosa (AS) sobre inversiones que se realicen en la ciudad con fondos de dudosa procedencia; crear protocolos para la detección de operaciones sospechosas; crear instrumentos y canales institucionales para la coordinación y cooperación con otros estamentos; brindar asesoramiento, asistencia y entender en la tramitación de los distintos requerimientos judiciales.
A su vez, trabajará coordinadamente con el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y la Unidad de Información Financiera (UIF), para detectar posibles delitos económicos relacionados con el lavado.
Si bien la ordenanza que aprobó el Concejo se promulgó en agosto, recién se pone en marcha ahora ya que se estuvo “armando el equipo, adaptando los sistemas y los circuitos de los trámites para tener la posibilidad de pedir la documentación adicional necesaria”, indicó el propio intendente, Pablo Javkin, en conferencia de prensa.
Un dato no menor es que el titular de la Agencia cumplirá funciones mientras dure el mandato del Intendente, deberá guardar confidencialidad de la información y podrá ser removido por el jefe de Estado local ante un caso de mal desempeño.
Los detalles lujosos del rascacielo
La megatorre se levantará en un predio de 1,7 hectáreas en Puerto Norte, en un sector que está deteriorado. Contará con 60 pisos, lo que implica una altura de 200 metros.
Además de contener oficinas premium para empresas y departamentos de lujo, también ofrecerá amenities, como piletas, parrilleros sobre la barranca, gimnasio y salón de usos múltiples, una tendencia que se viene implementando desde hace tiempo.
El ambicioso proyecto convertirá a la megatorre en la segunda más alta del país. Tendrá el doble de metros que los edificios de las Dolfinas y las Maui, que están en la misma zona, que tiene el metro cuadrado más caro de Rosario.
En el programa de construcción se destaca que, además del inmueble, construirán “un parque de vegetación autóctona de una hectárea y media con vista plena al río, que permitirá extender el paseo público de Puerto Norte”.