Después de doce años de parate, avanzan obras en el Hospital Regional Sur de Rosario, ubicado en barrio Las Flores. Pese a que la provincia confirmó que no concluirá el efector bajo mandato de Omar Perotti, sí comenzaron con trabajos destinados a servicios básicos e indispensables para que funcione.
El impulso que reactivó a la gestión para que se ponga manos a la obra fueron las incesantes denuncias de vecinos de la zona, concejales y diputados sobre robos y hechos de vandalismo en el predio donde se ubica la cáscara del efector, que se puede visibilizar a la altura de avenida Circunvalación y San Martín.
Hay que recordar que el hospital se mantiene en obras desde hace doce años. Tras innumerables robos, finalmente la Provincia puso primera y avanzó con lo prometido: dejar listas los trabajos vinculados a servicios fundamentales.
En esta línea, se presentó el proyecto para poder llevar la red cloacal al hospital con un presupuesto oficial de 1.113.704.030,90 pesos, que abastecerá, inclusive, a ocho barrios de la zona, para luego pasar a realizar el tendido de gas.
El proyecto se viene pergeñando en conjunto con una mesa intersectorial integrada por el gobierno provincial, municipal y representantes de las Cámaras de Senadores y Diputados de Santa Fe.
Luego de una serie de reuniones de trabajo el año pasado, se definió el perfil que tendrá el Hospital Regional Sur de Rosario. El director provincial de Tercer Nivel de Atención en Salud, Rodrigo Mediavilla, había recordado a Mirador Provincial que “será un efector de alta complejidad, de tercer nivel, polivalente; con un área y un servicio específico para rehabilitación”.
A su vez, la ministra de Salud, Sonia Martorano, indicó que el hospital “será de alta complejidad”, es decir, preparado para emergencias, urgencias, patología clínico-quirúrgica. Y, como novedad, es que se avanzará en la rehabilitación de pacientes con secuelas neurotraumatológicas.
Un poco de historia
El mega proyecto, que comenzó la gestión socialista en 2011 y que según aventuró el ex gobernador Miguel Lifschitz en su última recorrida sería “el más grande y moderno del país”, se encuentra a medio camino.
La pandemia obligó a repensar todo el sistema sanitario no sólo de Santa Fe sino del país y la necesidad de camas acaparó todas las energías y recursos del 2020.
Apenas asumida la actual gestión peronista se estimó que hacían falta cerca de 4 mil millones de pesos para finalizar y equipar el megaproyecto. Dos años y medio después, y con un promedio inflacionario superior al 50 por ciento anual, esa cifra quedó muy lejos de lo que podría ser necesario para concluirlo.
En pleno confinamiento decretado por el presidente Alberto Fernández, la secretaria de Arquitectura y Obras Públicas de la provincia, Leticia Battaglia, había anunciado que en el Presupuesto 2021 pensaban en “elaborar alternativas para poder avanzar con el efector, quizás con financiamiento extranjero o algún programa nacional en el que nos podamos incluir, porque es una inversión costosa y hoy no contamos con los recursos para hacerle frente con medios propios”, algo que finalmente no sucedió.
Frana admitió que la gestión de Perotti no terminará el hospital, aunque sí lo dejaría con todos los servicios resueltos y aseguró: “También vamos a hacer la obra de provisión de agua, que la vamos a desarrollar en conjunto con Aguas Santafesinas”.
“A su vez, vamos a crear un cerco perimetral para proteger el inmueble y la ministra de Salud, junto a un grupo de expertos, va a redefinir el destino de ese lugar, porque la pandemia generó nuevas demandas, una nueva situación de salud y nuevos requerimientos, por eso hay que repensar la totalidad del lugar y a partir de allí se comenzarán con las obras”, añadió la funcionaria.
Sin embargo, al no estar finalizada la obra y sin seguridad, estuvo expuesta a innumerable cantidad de hechos vandálicos y robos desmedidos, tanto de aberturas como de cualquier producto de aluminio o bronce que estuvieran al alcance de la mano.
Ante estos hechos, la Provincia invirtió 24 millones de pesos para construir un cerco perimetral que resguarde el inmueble. Se trata de un cerco que bordea por completo el efector. También, se mejoró la luminaria del predio y se instalaron cámaras de seguridad en el obrador, con el fin de evitar más desguaces.
El hospital “recalculado”
En base al proyecto presentado esta semana por el gobierno de la provincia de Santa Fe ya quedaron definidos los diferentes sectores de la estructura. Así las cosas, en la planta baja, en los bloques denominados A, B, C, D, E, F, G y H, funcionarán la guardia de urgencias y emergencias con el ingreso ambulatorio y de ambulancias.
Sumado a los sectores de diagnóstico por imágenes, maternidad, cinco quirófanos y servicio de endoscopia y las 20 camas del anunciado servicio de rehabilitación de pacientes con secuelas neuro-traumatólogicas, estarán las salas técnicas, esterilización y farmacia, morgue, despensa de cocina, almacén y data center.
En el primer piso se distribuirán 60 incubadoras de neonatología, las internaciones clínicas y quirúrgicas, la Unidad Pediátrica de Cuidados Intensivos y un auditorio, además de una residencia de madres, un comedor y oficinas administrativas.
En el segundo y último piso, en tanto, estarán las terapias intensiva y coronaria de adultos, otro sector de internación clínica, aislados y oficinas administrativas, un área más de internación clínica quirúrgica y dormitorios médicos, así como oficinas y vestuarios del personal.