Cantante, guitarrista, autora, compositora, productora y docente, Verónica Muñoz una artista destacada en el ambiente de la música. Después de la pandemia, y de cómo nos fue atravesando, Verónica volvió a los escenarios, para presentar su tercer álbum, Urbanidad, lo hizo ayer en Casa Arijón.
La cantautora oriunda de la ciudad cordobesa de Leones sigue generando contenido que nos interpela, nos emociona y que expande a un continente que necesita la canción testimonial como cobijo y como caricia. Desde Mirador Provincial, charlamos con la cantante, que nos cuenta sobre este disco, la visión de los sueños colectivos y en qué momento se encuentra.
Gentileza: Jessica Córdoba.
Ella se mueve con comodidad tanto en lo tradicional como en lo nuevo, en la “urbanidad” de lo que conecta con el hoy, como también con la pura libertad expresiva, pero, eso sí, siempre, siempre en la búsqueda de su propio arte, de su propio reino. Y al final, eso es lo que se percibe, lo que se devela en sus letras y en su música, en el tratamiento de sus propios arreglos y en las sociedades tímbricas que forma con sus músicos invitados para cada canción.
Urbanidad, su tercer álbum solista, es un álbum conceptual. Un hilo temático va articulando las canciones entre sí, una interrelación que viene dada por los personajes y los objetos que viven en cada una de ellas y que conforman, en esa virtual comunión, el peculiar paisaje sonoro de emociones. Historias, en suma, que reflejan vivencias, quehaceres humanos, pero en las que siempre están latiendo los estados más puros del alma. El repertorio abarca cinco canciones propias más dos ajenas, con la que se consustancia tanto en el fondo como en la forma para delinear el derrotero de la obra.
-¿Cuáles son esos sueños colectivos?
-Los sueños colectivos tienen esa mirada múltiple y abarcativa, en los sueños siempre está incluido el otro. Tienen la mirada de la inocencia, así como los juegos de la infancia: nos convertíamos en actores, personajes capaces de inventar una realidad ideal y vivencial. En mi caso esos sueños están relacionados con lo artístico. Lo que de algún modo soy, vengo haciendo y me gusta compartir con el público: la música. Y traigo a cuento una palabra que apliqué alguna vez para definir nuestro anhelo: los artistas somos dadores.
-¿En qué momento estás?
-Soy una mujer que ya pasó por unas cuántas etapas de la vida. Estoy activa, con nuevas canciones, nuevo disco y aprendiendo todos los días nuevas maneras de llevar adelante el arte. Formo parte del Colectivo de Mujeres y Disidencias Tangueras Rosario como gestora y artista. Tengo proyectos para compartir grabación con compositoras de nuestro país en la segunda mitad del año. Y en lo inmediato, seguir adelante con mi proyecto solista y viajero "Con mi guitarra en viaje". Me encuentro en plenos preparativos hacia una nueva gira europea el mes próximo con conciertos programados en España, Portugal e Italia.
-¿Qué nos podés contar de tu tercer álbum solista?
-Urbanidad es mi tercer álbum solista, es un álbum conceptual. Un hilo temático va articulando las canciones entre sí, una interrelación que viene dada por los personajes y los objetos que viven en cada una de ellas y que conforman, en esa virtual comunión, el peculiar paisaje sonoro de emociones. Historias, en suma, que reflejan vivencias, quehaceres humanos, pero en las que siempre están latiendo los estados más puros del alma. El repertorio abarca cinco canciones propias más dos ajenas, con la que se consustancia tanto en el fondo como en la forma para delinear el derrotero de la obra.
-¿Cómo fue la preparación del disco?
-La grabación comenzó en plena pandemia, y así, en ese caos se fue haciendo: un poco presencial y otro poco a distancia, un poco sin planear y otro poco uniendo los eslabones. Y al final, eso es lo que se trasluce, lo que se devela en cada canción, el tratamiento intimista de los arreglos, las sociedades tímbricas que generosamente brindaron los músicos invitados y que confluyeron en la sonoridad total. El disco contó con el valioso aporte de músicos como Pepe Ferrer, Alicia Petronilli, Yamil Mohadile, Cecilia Zabala y Matías Bonavitta
-¿Qué huella dejó la pandemia?
-La pandemia fue una disrupción inédita. Se abrió un espacio interior caótico, miedo, incertidumbre. Pero también fue una oportunidad, el tiempo se hizo elástico y profundo, y allí naturalmente conecté con la composición. Luego se fue plasmando el nuevo material discográfico.
-¿Cómo te interpela la lucha de los artistas de la ciudad por más espacios?
-Me encuentra en las trincheras, pergeñando estrategias para salir a gestionar el modo de seguir adelante, ya sea en modo solista y como así también en modo colectivo.
-¿Cómo ves el panorama artístico en la ciudad?
-Está difícil, en general se han perdido espacios en el ámbito público y privado. Y las agendas culturales van al ritmo de la coyuntura.
Urbanidad
-¿Qué belleza se encuentra dentro de lo urbano y cotidiano?
-La belleza convive en lo urbano y lo cotidiano, depende del cristal con que se mire y con la actitud que se palpe.
Infancia abrigada
-Hagamos terapia, ¿qué recordás con nostalgia y cariño de tu infancia?
-Fui una nena muy jugadora, compartí lindos escenarios con las amiguitas y amiguitos del barrio. Todo empezaba con una pregunta: ¿A qué jugamos hoy? Crecí en un pueblo con calles de tierra, campitos, árboles para trepar, clubes, bicicletas, jaulitas-trampa para pájaros, casitas armadas en el trailer de un camión viejo, teatros ambulantes y vestuarios sacados del ropero de mi abuela modista. Lindos recuerdos.
-¿Qué músicos han influenciado el oído de Muñoz?
-Si hablamos de "oído", La Negra Sosa entró a mi casa en un disco que me regalaron y esa voz me conmovió y de ahí en más comprendí lo que es ser cantora desde las tripas. Mi viejo fue quién me bautizó desde el vamos a oír la misa de todas las tardes con su bandoneón tanguero me arrimó al lenguaje musical sin escalas. A los seis años le dije a mi papá que quería estudiar guitarra, paso siguiente, descubrí mi voz y desde ese momento esa unión se consustanció para expresar y canalizar mi mundo interior y mi arte. Luego, con los años conocí otras músicas y músicos...la curiosidad y mi propia sensibilidad va haciendo su trabajo de campo e investigación hacia nuevos terrenos musicales. Por ejemplo se dio la oportunidad de estrenar Urbanidad en versión orquestal con arreglos de Leonel Lúquez a instancias de la creación de la Orquesta Típica de M y D Tangueras Rosario. Significó descubrir nuevas tramas sonoras para una canción mía.
-¿Hay proximidad entre la catarsis y la música?
-Desde algún aspecto puede que sí, según la artesanía y el temple que aplicás puede salir una canción de protesta o una canción de amor. La composición de canciones en letra y música encierra una lógica mágica, la forma y el contenido se van amasando a la par y bajo muchas variables. Entran a jugar la imaginería, los recuerdos, las emociones y el tema que me interpela. En el telar de una canción hay hilos muy delgados y permeables donde fluye lo consciente y lo inconsciente, lo real y lo ficticio.
-¿Qué artistas del Litoral admirás?
-Muchos me sorprenden, otros me conmueven, hay una gran franja de artistas independientes que tienen un mundo musical increíble y es estimulante ver por donde circula la creatividad. Dentro del Colectivo de las Tangueras hay hermosas y variadas composiciones, diversas, tocan diferentes cuerdas, emociones y temáticas. Sin embargo, tengo una selecta lista de las grandes, inclusive a quienes les tomo prestadas sus canciones: Suma Paz, Amalia de la Vega, Carmen Guzmán, entre otras compositoras que forman parte de la música rioplatense y un poco más allá. Todas han llevado su arte por lo alto y son ejemplo de convicción y coraje.