El pintar una pared es algo que va más allá de una actividad por sí misma sino que se inscribe en una forma de expresión personal y colectiva. Una forma de las tantas de arte urbano y callejero, y una manera de apropiarse de espacios, hacer que hablen, “nutrirlos”. Mirador Entre Ríos dialogó con una de las exponentes en muralismo de la provincia, una charla que deja saberes, conceptos y vivencias muy ricas tanto para quienes están interesados en el tema como también para el que no conoce nada sobre esto.

Juliana Casse, más conocida como La Gura, es de Villa Elisa y en los últimos años llenó de color a muchas paredes de esta ciudad como también de alrededores, pero su vinculación con este arte viene de años anteriores. Su historia en el muralismo inicia en la ciudad jardín, con un mural en su pieza que hasta hoy en día se mantiene. Aunque su vocación de pintar se despertó desde chica, La Gura conoció la técnica de pintar con aerosol en La Plata, lugar al que se dirigió para estudiar Diseño Industrial en la Facultad de Bellas Artes y en la que, además de recibirse, conoció todo un mundo nuevo.

El muralismo, además de ser su actividad laboral, es lo que la mueve y apasiona. Llenar de color una pared y transformar esos lugares es algo que la atrapa y la impacta. Desde sus palabras sostiene una perspectiva comunitaria del mural y dice que es una expresión de la sociedad para la sociedad.

Experiencias

-¿Cómo fue tu acercamiento al muralismo?

-Fue en La Plata, una ciudad súper cultural. Además de egresarme en Diseño Industrial estudié Artes plásticas en la misma facultad. También lo aprendí en la calle por otros grafiteros y conocí los aerosoles por una colombiana que estaba pintando en la casa de una amiga. Con mis propios aerosoles pinté mis primeros murales en casas de amigos, no tuve eso de ir a intervenir las calles al principio. En realidad yo pinto desde que soy re chiquita, es algo que tengo de mi mamá. Siempre digo que mi primer mural es uno que está hecho en la pared de mi pieza, que lo hice cuando tenía 13 años y que todavía está.

-¿Qué es el muralismo para vos?

-Es un arte que nutre los espacios y los transforma. Es impactante porque son todas obras en tamaños grandes y permite que sea un arte que sale de las galerías para que sea para todos los que pasen por esa pared. El arte urbano en general es una expresión de la sociedad para la sociedad. Una pared que no decía nada de repente tiene un mensaje social y le da vida a todos los espacios y entornos que transitamos día a día. El estar pintando en la calle es hermoso porque es el contacto con la sociedad, la pared y uno mismo. Es algo inigualable, porque no es lo mismo estar encerrado en tu taller pintando que estar compartiendo en el entorno de alguien.

-¿Tenés alguna temática preferida?

-Todo el tiempo digo que mi arte es en tránsito, porque voy cambiando todo el tiempo, adaptándome a un montón de cosas de qué pintar. Estoy en una búsqueda constante todo el tiempo. A veces siento que lo encuentro y después se va esa sensación y me dan ganas de pintar otras cosas, no es que tengo una obra que más me represente. Lo que más me representa es la naturaleza, por eso en casi todas mis obras aparecen muchas hojas y plantas. También me gusta mucho pintar rostros de mujeres alternativas, que salen del estereotipo normativo. También me adapto mucho al cliente, a temáticas de los lugares donde trabajo, pero los que pinto para mí son los que más me gustan.

Reconocimiento provincial

La Gura es una de las exponentes del muralismo de la provincia. Su proyecto de mural fue seleccionado en el primer Encuentro de Muralistas de Entre Ríos para ser pintado en una de las paredes de Aranguren, sede del evento en 2022. Asimismo fue seleccionada como jurado para el segundo encuentro, realizado en Larroque entre el 27 y el 29 de abril pasados.

-En el primer Encuentro Provincial de Muralistas fuiste participante y en el segundo fuiste jurado ¿Qué experiencias rescatas de esas vivencias?

-Fue una experiencia magnífica y súper necesaria. Después de vivir en La Plata y en Ecuador, por suerte y por las ganas de querer pintar y pintar pude seguir viviendo de esto en Villa Elisa y en los alrededores. Pero me faltaba encontrarme con colegas, y eso es lo que me dio el encuentro de muralistas entrerrianos. Es súper nutritivo, porque lo que soy y lo que sé es por otros artistas, otros colegas. El encontrarnos es una cosa magnífica, aparte de poder pintar lo que uno quiere. Estuvo re buena la experiencia de ser jurada, nunca me había pasado. Ojalá todos los años se siga realizando porque, aparte del encuentro en sí mismo, también se genera que en un pueblito de pocos habitantes queda una galería a cielo abierto.

Tal vez sin quererlo, con el paso de los años fue ganando prestigio local y provincial, además de pintar en otros lugares del país y en otros países de América Latina. En Villa Elisa, su lugar de residencia, se encuentran la mayor cantidad de sus murales, expresando los sentimientos de clubes, bares y casas particulares.

-¿Qué se siente ser reconocida en tu ciudad y en la provincia?

-Estoy muy agradecida de este camino, desde que volví a Villa Elisa en 2019 hasta hoy en día. Por eso elijo quedarme por acá, porque se me abrieron un montón de posibilidades de pintar, de poder vivir de esto. Igualmente siempre estoy con ganas de viajar y de conocer nuevos lugares, nuevas personas, pintar en otros lugares, participar de otros encuentros. Ojalá esto siga por otros lados, pero estoy muy agradecida de mi provincia, de mi pueblo y de los alrededores.

-¿Pintaste murales en otros lugares?

-Si, tengo murales que hice en Ecuador y en Uruguay, hablando solo de otros países. Pero también pinté en La Plata, en el norte y en el sur del país, pero la mayoría están acá, en Entre Ríos, porque es el lugar en el que resido desde hace cuatro años.

Siempre en la búsqueda del vínculo con otros colegas y en su propia indagación acerca de su estilo personal, La Gura vive el día a día rodeada de latas, paredes y colores. Convirtió su pasión en su propio trabajo, una posibilidad que pocos se pueden dar. Si bien no tiene proyectos futuros pensados, siempre se encuentra en ese repensar constante y en la transformación tanto de espacios, a través de colores y líneas, como también de su propia forma de pensar y vivir el arte.