En un contexto de restricciones económicas, el sector industrial en Rosario crece a cuanto a inversiones y radicación de empresas. En diciembre de 2020, el Concejo de esta ciudad sancionó una norma para fomentar la llegada de compañías al ejido urbano. Así se generaron más de 80 proyectos industriales de inversión.
El cuerpo normativo y el Ejecutivo armaron el llamado plan de suelo e inversiones productivas. La iniciativa implica cambios en las normas para el fomento de empresas de este tipo. “Cambiamos la normativa de suelo y desarrollo de promociones industriales. Liberamos algunas cargas que tenían los inversores, bajamos el tamaño del lote mínimo a 1.000 metros (cuadrados) y generamos un régimen de exención del DREI”, comenta a Mirador Provincial Sebastián Chale, secretario de Desarrollo Económico y Empleo de Rosario. El funcionario aseguró que esos cambios legales generaron un proceso de inversiones mucho más rápido en cuatro grandes zonas de la ciudad. Estas son: las colectoras de la autopista Rosario-Córdoba y las avenidas Circunvalación, Uriburu y Ovidio Lagos. Estos dos últimos, corredores históricos de este gremio.
Por su parte, Mariano Ferrazzini, dirigente de la FISFE (Federación Industrial de Santa Fe), aseguró: “Con respecto al ingreso a tierras y la normalización de algunos proyectos, hubo una mejora en Rosario. Santa Fe uno de los aspectos que tiene para el desarrollo territorial como tema a resolver importante es la financiación de estos proyectos. Cada uno de estos proyectos puede ser de nueva radicación o de traslado de radicaciones actuales. En ese caso, no tenemos mucha solución a los planteos que desde federación industrial venimos haciendo”. A título personal, aseguró que se ha mejorado la relación entre el sector productivo y el municipio. “Se han acordado algunos mejores canales para lo que son habilitaciones, renovaciones y demás, pero hay todavía mucha tierra ociosa en Rosario”, dijo Ferrazzini.
Chale aseveró que son alrededor de 1.000 hectáreas las disponibles para firmas de este sector. “Rosario había perdido ese perfil. Tuvo una política muy restrictiva y eso generó que muchas empresas se fueran. Hoy estamos revirtiendo ese proceso”, afirmó Sebastián Chale.
Ferrazzini subrayó el apoyo obtenido con distintas líneas crediticias para proyectos productivos. “El industrial cuando puede acceder a una tasa buena en crédito, lo toma. En momentos donde los niveles de devaluación son altos, la oferta de tasa en pesos son atractivas para el sector. Venimos invirtiendo para aprovechar esos beneficios”, comentó el empresario.
La coyuntura nacional no ayuda en 2023. Algo ya habitual en nuestro país. Sobre este escenario, el dirigente de la FISFE señaló: “Hay dos situaciones que son las más graves. La primera es la posibilidad de adquirir materias primas y bienes de capital que no se fabrican en Argentina. No logramos tener las materias primas suficientes para plantear la tasa de crecimiento que podríamos obtener. Por el otro lado, los niveles de inflación actual son muy difíciles de sobrellevar. Si bien Argentina es un país que ha lidiado con inflación por décadas, los niveles actuales son muy altos. Trabajar en estas condiciones es muy difícil y no permite tampoco hacer una programación de la producción y más difícil aún de crecimiento”. Mientras, el secretario local remarcó: “Más allá de la norma local, las empresas tienen hoy liquidez y pocas acciones para la inversión en construcción. El otro elemento es que hay restricciones para la importación de maquinaria. Eso hace que se vuelquen a esto (ampliación o apertura de plantas) como una opción más rentable y posible en un plazo relativamente corto”.