Un armonicista carioca que recorre el mundo con su talento inigualable, hijo del compositor Everardo Castro (fundador del Jazz and Bossa Club), discípulo de Rodrigo Eberienos y Mauricio Einhorn y fuertemente influenciado por Howard Levy, al regresar de una gira por Nueva York en el 2000 decide dedicarse de lleno a explotar los cromatismos en la armónica diatónica de 10 celdas.
La historia musical de Otavio Castro se entrelaza con el desarrollo de técnicas innovadoras en armónicas, principalmente en la armónica diatónica (popularmente conocida como armónica de blues), habiéndose acuñado el término “cromatismo en la armónica diatónica”, técnica que permite la ejecución de todas las canciones utilizando únicamente una armónica afinada en C para todas las tonalidades, sufriendo la decisiva influencia de Howard Levy allá por 1996.
Tocó con artistas icónicos de bossa nova, samba, jazz y música tradicional brasileña como la música choro, la música de Minas Gerais y Maranhão, habiendo desarrollado una comprensión única del posicionamiento de las armónicas en los más diversos contextos musicales.
Es docente desde hace muchos años y participó, también, de la convención SPAH (sigla en inglés de Sociedad para la Preservación y Avance de la Armónica). Como maestro, tuvo la oportunidad de contribuir a la formación de una nueva generación de armonicistas, dentro y fuera de Brasil. En intima conversación con Mirador Provincial el músico nos habla de sus inicios, de su presente actual y con su música deleita el oído del público argentino.
Todo comienza
-Hijo de Everardo Castro (fundador del Jazz and Bossa Club), ¿Cómo fue esa niñez?
-Crecí en una casa donde se realizaban muchas tertulias musicales. En su juventud, mi padre era baterista y tenía un grupo de jazz con João Donato, Paulo Moura, Tião Marinho, entre otros. Terminé viviendo con estas situaciones desde que era un niño. Empecé con la percusión a los 8/9 años tocando con mi hermana mayor, a los 12 ya tocaba un poco la guitarra y el bajo. A los 14, conocí las armónicas y aquí estoy hasta el día de hoy, a punto de cumplir 30 años como armonista.
El primer amor
-¿Recordás cuál fue tu primera armónica?
-Mi primera armónica fue rosa, modelo Easy Rider. Lo tengo a día de hoy, actualmente está en un cuadro colgado en la pared.
-¿Qué balance hacés desde tus comienzos hasta el presente?
-Creo que todo hasta ahora ha sido muy valioso, principalmente porque hoy he sistematizado una nueva forma de estudiar la armónica diatónica, que suma un conjunto de composiciones que forman la base de todo lo que pienso musicalmente.
-¿Cuánto tiempo dedicabas al estudio de la armónica en tus comienzos?
-Al principio, incluso estudiaba todo el día, faltando a la escuela por unos días. Luego lo organicé para compaginar el estudio con otras tareas de la vida, pero aún hoy logro mantener cierta regularidad de horas diarias.
-¿Cuáles son tus músicos de cabecera?
-Tom Jobim, Hermeto Pascoal, Egberto Gismonti, Guinga, Kenny Garrett, Pat Metheney y John Coltrane.
-¿Nos podés contar con qué tipo de armónica y afinación solés tocar, y cuál es tu marca favorita?
-Utilizo armónicas de madera de la marca brasileña Santana Harps con placas de voz Hohner Golden Melody, afinadas en do.
-¿Qué se siente estar representando tu país por el resto del mundo?
-Es una maravillosa mezcla de alegría y responsabilidad.
-¿Cuáles son los armonicistas que admirás?
-Howard Levy, Jean Jaques Milteau, Mauricio Einhorn y Toots Thielemans.
- ¿Cómo ves el panorama actual de la música?
-La música ha sufrido los impactos del mundo digital, lo que tiene muchas consecuencias, en particular, por la velocidad y cantidad de información, lo que puede resultar en una baja retención. En cualquier caso, las sociedades se van adaptando y el flujo de información acaba generando otra forma de retención por la facilidad de acceso a discos y vídeos.
-¿Cómo fuiste hallando tu estilo en la música?
-Mis búsquedas musicales nunca se detuvieron. Me mantengo alerta para cambiar de planes cada vez que entiendo que un paso adelante podría traer más colores a mi música, ya sea rítmica, armónica o melódicamente, incluso con novedades en los arreglos y nuevas metodologías para componer. Cada álbum es un retrato de un período de mi investigación.
-¿Cómo se plasma lo visto, lo oído y vivido en tus composiciones?
-Me gusta pensar en mi música como una mezcla armoniosa del folclore tradicional y las armonías modernas que caracterizan el pensamiento del jazz, todas con melodías que se pueden silbar.
-¿Hay un momento de introspección con vos mismo?
-Sí, sin duda. Hay muchas historias detrás de cada estructura musical que uso, especialmente aquellas relacionadas con el desarrollo de lo que he llegado a llamar “cromatismo en armónica diatónica”.
-¿Qué expectativas hay para el espectáculo en Bebop Club?
-Las mejores, ya que contamos con un grupo musical altamente calificado y comprometido, sobre todo teniendo en cuenta que llegaremos totalmente ensayados. Definitivamente será una noche hermosa, con la presencia de invitados muy especiales. ¡Vamos todos!