El Teatro Estudio presenta una obra que nos permite reír y reflexionar. Tres hermanos viven en un paraje rural donde el tiempo parece estar detenido. Una visita inesperada cambiará todo.
Luego del éxito de las funciones del mes de mayo, el elenco de Teatro Estudio, dirigido por Martín Gigena, continúa presentando la obra “Llanto de Perro” los domingos de junio a las 21 hs. en sala Tandava, 9 de Julio 754.
La obra nos permite adentrarnos en La Perdida, un paraje olvidado en la inmensidad del campo, donde los personajes juegan entre lo real y lo imaginado, entre lo fraternal y lo absurdo, entre sus propios códigos y el afuera. La visita de una encuestadora proveniente de la ciudad será el desencadenante de una serie de acontecimientos entre humorísticos y oscuros que se irán desarrollando a medida que estos dos mundos tan disímiles intentan conectarse.
La puesta es una excelente alternativa para reflexionar y pasar un momento ameno y divertido. Es una obra que busca ser narrada en un lenguaje claro y accesible, sin por ello perder profundidad, dado que invita a los espectadores a indagar sobre la marginalidad, las formas de amar, los preconceptos sobre urbanidad y ruralidad, y otros interrogantes que pueden surgir a partir del relato.
El elenco está constituido por Mario Armas, Martha Chiappetta, Adriana Racca y Franco Ramseyer, formados en los talleres de teatro de Martín Gigena, quien es reconocido en Rosario por las direcciones de Mientras Mañana (2006), Debana (2009) y Criminal (2015). La dramaturgia de la obra pertenece al autor argentino Andrés Binetti. También colaboran Sebastián Aronson en asistencia técnica, Juan Pablo Landó y Germán López en fotos y video, Marisa Deninno y Marcos Meza en la construcción de objetos, y Gastón Arias en la asistencia musical.
Mirador provincial entrevistó al director, Martín Gigena para hablar de la obra, un repaso de la situación cultural en la ciudad.
¿Cómo surge la iniciativa de la obra Llanto de Perro?
-Nos convocamos en la virtualidad, a comienzos del 2021 en plena pandemia. Junto a un grupo de alumnos avanzados que venían culminando un proceso de materiales que surgieron en el 2020 y que dieron posibilidad a la primera presentación de materiales generados en actuación online. Dicha muestra se llamó ¿Este es el final? Se preparó durante el contexto de aislamiento y confinamiento social obligatorio, los resultados fueron excelentes pero por sobre todo nos sirvió para profundizar los lazos entre los asistentes, sostener el Teatro Estudio, crecer en cuanto a propuesta y desarrollo de iniciativas escénicas. Cada jornada en los encuentros online se las puede recuperar en distintas plataformas, sin duda una experiencia que nos marcó y nos hizo dar cuenta del enorme caudal de posibilidades actorales. Culminado ese proceso, y ante un nuevo confinamiento decidimos mirar el futuro con esperanza.
Nos decidimos a armar una obra que represente a la estética y poética del Teatro Estudio, como ya había ocurrido con anterioridad con la Obra Criminal Amar Mentir Matar (2015). Así, comenzamos a armar un material que en principio iba a ser una versión del Zoo de Cristal. Luego de entrado el proceso decidimos buscar un texto que recuperara las tensiones más arraigadas en el sentir social de la Argentina. La dramaturgia de Binetti nos pareció que reunía esas categorías. Llegamos a Llanto de Perro, el mismo autor se mostró muy abierto para que algunas ideas de las premisas poéticas del director. Estaba todo dado, un gran equipo de gente amiga acompañó el proceso de creación y puesta. Se empezaba a gestar la obra. En mayo de 2022 estrenamos LLANTO DE PERRO.
-¿Cuántos actores en escena? ¿Cómo se dio la producción de la misma?
-En escena son 4 actores, detrás un gran equipo. Con la actuación de Mario Armas, Adriana Racca, Martha Chiappetta, Franco Ramseyer. Acompañados por un gran equipo de realización: Germán López, Marcos Meza, Marisa Deninno, Juan Pablo Landó, Gastón Arias. La asistencia en espacio de Sebastiá Aronson y la dirección de Martín Gigena.
-¿Qué mensaje se transmite en la obra?
-Esta obra invita a las y los espectadores a ver TEATRO como Arte, arte vivo. Se logra tensar la escena a medida que se profundiza los postulados arraigados en nuestro sentir nacional de Civilización-Barbarie. Con su ritmo y particularidad se logra un material que constituye su poética escénica, la estilística del director. Durante la mostración ahonda en los contrastes en todo sentido, se destacan los distintos matices que proporciona el relato a partir de la dirección de actores. Como historia propone una revisión que pueda indagar sobre la marginalidad, las formas de amar, los preconceptos sobre urbanidad y ruralidad, y otros interrogantes que pueden surgir a partir del relato. El arte vivo debe conmover, gustar, y hacer reflexionar, es la huella por dónde camina todo principio.
-¿Cómo ves el panorama del sector cultural en Rosario?
-Hay una oferta muy variada de todo el sector cultural. Desde la pandemia a hoy veo que surgen tensiones de distintas dinámicas. Hay fuerte divulgación del hacer cultural desarrolladas por iniciativas propuestas desde el Estado. Las mismas vienen a sumar, aunque a veces tengo la sensación que se superponen y tergiversan el sentido de algunas cosas como por ejemplo la relación público -gratuidad.
-¿Qué tan difícil es montar una obra teatral en nuestra ciudad?
-Desde hace muchos años llevo mis materiales como director escénico al circuito local y nacional. Nunca me fue difícil nada de todo esto. Tengo visión, lo sé. Es mi vocación, y cuando trabajo de director se llenan de alegría mis ámbitos .Tengo amor y respeto al trabajador de la escena. Siempre conformo equipos con una profunda convicción de su hacer. He logrado el respeto de mis pares, y eso me hace bien. He construido una manera de agrupar con comunicación abierta y transparente en todo proyecto que me propongo, eso me hace muchas veces referente. Una responsabilidad que debo tomar, y llevo con absoluta tranquilidad. Últimamente con Llanto de Perro ciento que la ciudad me abrazó en mí hacer, y eso me hace feliz.