En una iniciativa ejemplar de solidaridad y compromiso, un grupo de voluntarios y organizaciones sin fines de lucro se unieron para llevar a cabo una misión destinada a entregar donaciones a las comunidades originarias del Monte Chaco Salteño. El objetivo principal de esta noble causa es brindar apoyo y esperanza a aquellos que más lo necesitan, mejorando su calidad de vida y promoviendo el desarrollo sostenible en la región. El equipo, lejos de considerarse como una ONG, se autodenomina una “suma de voluntades” integrada por 17 personas de las localidades de San Jorge, El Trébol, San Vicente, San Martín de las Escobas, Rafaela y Casas. Asistirán a 172 familias repartidas en comunidades Wichis, Tobas y Chorotes, donde viven alrededor de 1000 personas.
Con la colaboración activa de los habitantes de todo el centro oeste provincial, la misión solidaria alista los últimos detalles de la carga que incluye una amplia variedad de donaciones, desde alimentos no perecederos, ropa, productos de higiene personal, hasta materiales escolares y medicamentos. La muestra de generosidad y empatía por parte de la sociedad ha sido fundamental para llevar adelante esta iniciativa con éxito. Así, la semana próxima, serán un total de 8 personas las que emprendan viaje para trasladar todo lo recolectado a lo largo de meses. “Nuestra última misión fue en noviembre de 2022. El año pasado nos atrasamos, siempre tratamos de ir en los meses previos a las vacaciones de julio. Con lo cual, al regresar, iniciamos una nueva campaña”, explicó Mabel Marcantoni, una de las voluntarias, en diálogo con este medio.
El equipo, conformado por personas comprometidas con el bienestar de los demás, se organiza meticulosamente para coordinar la logística de la misión. Después de meses de planificación y preparación, partirán rumbo al monte Chaco Salteño, una región que históricamente ha enfrentado dificultades económicas y sociales. El camino hacia estas comunidades remotas y aisladas no será fácil, pero el espíritu de solidaridad y el deseo de hacer una diferencia impulsaron a los voluntarios a superar cualquier obstáculo.
El viaje incluirá un recorrido de unas 20 horas hasta llegar a destino y que tiene como primer centro de geolocalización la ciudad de Taltagal. Luego, el traslado contará con otros 180 kilómetros hasta Santa Victoria Este. Una vez allí, comienza el ingreso por el monte que tiene una extensión de 100 kilómetros. “Los caminos son muy complicados, es una zona inhóspita. Por eso nos trasladamos con vehículos que son aptos para el esos terrenos. Nuestra ansiedad siempre es mucha, esperamos que todo esté bien porque lo hacemos con muchísimo amor y con todo el corazón. Ponemos el alma en estas travesías”, contó Marcantoni.
De acuerdo al mapa de ruta, el grupo hará base en un paraje denominado Bajo Grande, donde se encuentra una escuela que los hospeda anualmente. El recorrido para repartir las colectas a las diferentes comunidades incluye El Algarrobito, Los Chañaritos y Alto La Sierra, espacio donde existe un hospital principal que recibirá todos los insumos correspondientes.
La solidaridad demostrada en esta misión es un claro ejemplo de cómo la sociedad puede unirse para marcar la diferencia en la vida de aquellos que enfrentan desafíos diarios. Las comunidades originarias del monte Chaco Salteño, gracias a este tipo de grupos, cuentan con un mayor respaldo y apoyo para superar las dificultades y construir un futuro más próspero. “Aportamos nuestro granito de arena a esta causa. Es una esperanza para que estas personas tengan una vida digna. Existen muchísimos problemas estructurales de todas estas comunidades aborígenes. Cosas básicas como el acceso al agua potable y la salud”, concluyeron.
En este 2023, el equipo de voluntarios lanzó una campaña denominada 1000 amigos, un desafío que buscaba que 1000 personas aporten 00 por una única vez para la compra de mercadería. “Todavía no llegamos a ese número, pero el desafío continúa en pie y seguimos recibiendo donaciones”, contaron.