Eventualidades si las hay, si se recuerda que Roos tenía planeada su gira con este show para agosto de 2020 y la pandemia cambió los planes de todo el planeta. Pero también eventualidades de los últimos días, porque se excusó si alguna nota “patinaba”, ya que el martes pasado despertó sin voz en la ciudad de Santa Fe: “No podía hablar”. Y para ponerle el broche a los misterios de la vida, cuatro horas antes de la función, Rosario vivió un apagón masivo, y Jaime no llegó a la prueba de sonido, e incluso confesó haberse quedado encerrado en el ascensor. “El asunto es que estamos acá. Es un concierto retrospectivo, y quiere decir que hay cuadros en distintas paredes, que responden a diversos períodos”, asumió con entusiasmo.
Un asistente le inquirió, “no te vayas nunca, Jaime”. Y como haría en el resto de la función, respondió a cada pedido del público: “Nunca dije que lo iba a hacer.. aunque lo hice. Estuve afuera de la cancha cinco años, y me arrepentí”. Sabido es que Roos ya había pensado en colgar los botines, desanimado pospandemia, y hace un año y medio retomó los ensayos de este, el show de gran despedida de uno de los trovadores que reinventó la música popular, mezclando el tango rioplatense con candombe y murga, y que tantas canciones regaló.
Foto: gentileza Ceci Córdoba
Pero el charrúa no se va nunca del tablado, dio un show de casi tres horas manteniendo en vilo a su “hinchada”, con un repertorio de 25 canciones de sus 50 años musicales.
En la oscuridad de la sala el público expectante marcó el tono del candombeado (como se llama al ritmo típico murguista y candombero que suena pa pa pa - pa pá). Y con las primeras candilejas se escuchó el anuncio en la cálida voz del cantor diciendo: “La Banda Completa sale a la cancha así”. Banda Completa es el nombre de toda la orquesta de eximios músicos (como los hermanos Nicolás y Martín Ibarburu o Pedro Takorian), en el marco de este show que recorre Argentina con su Obra Completa.
El show comenzó a sonar arriba con carnaval, ente Futuros murguistas y Tal vez cheche. Y como en muchas otras ocasiones, con microhistorias como películas que propone en cada letra, en El hombre de la calle.
Antes de comenzar Las luces del estadio aprovechó a contar la historia de esta canción arrabalera, que fue a pedido de un amigo teatrero que tenía el proyecto de un radioteatro que nunca funcionó, pero fue un puntapié para que el mundo tuviera ese emblemático tema donde tres hombres ahogaban sus penas en un café frente al estadio de Peñarol. Y que para escribirla, confesó: “Tiene una gran influencia en dos grandes tangueros argentinos, Piazolla y Goyeneche. Una gran alegría y agradecimiento a los maestros”.
Ya llegando al nudo del show vino el cuplé, el humor murguero donde “Nos reimos de nosotros mismos”, y se refiere a que es una canción dedicada a todos aquellos uruguayos que se fueron a probar suerte a otros rincones del planeta, en lo que calificó el propio Roos como “exilio económico”. Uruguayos/Dónde fueron/A parar/Por los barrios/Más remotos/De Colombes/O Amsterdam. Se trata de “Los olímpicos”, uno de los muchísimos “hitasos” del yorugua, que se dio el gusto de no dejar afuera a casi ninguno.
Foto: gentileza Ceci Córdoba
Llegó la parte futbolera, con “José Sasía”, la canción que le dedicó al defensor que llevó a Peñarol campeón de América, y sobre el cual confesó que “era feroz, y también jugó en uno de esos dos grandes equipos de Rosario que no vamos a nombrar para no generar rispideces”.
Y luego pasó al romanticismo, contando en torno a la canción “Golondrinas”, que es un capítulo de una historia amorosa que se despliega en el disco “Margaritas”. “Es una de mis favoritas”, confesó y precisó que justamente “en el repertorio no saben lo que cuesta elegir sólo 25 canciones, y entre ellas están las favoritas que me quiero dar el gusto de tocar, y son las que llamo ‘las escondidas’ porque no son tan populares como las demás”.
Y como se decía que a Jaime le salen las canciones como historias, él además fue convocado y escribió la canción para el final de la película de Sergio Renán basada en la novela El sueño de los héroes de Bioy Casares, donde se despliega el drama de una pelea fatal en los bosques de Palermo. Se trata de “Emilio Gauna”, el nombre del protagonista de este film y novela, que inquirió “no dejar de leer”.
Entonces, como su vínculo con la argentinidad es inacabable, relató cómo una vez se encontró con una mujer enorme de poncho rojo y negro que venía por la calle y que parecía Mercedes Sosa. “Y era Mercedes Sosa”, dijo entre risas, y relató: “Ella me abrazó y me dijo que yo podía pedirle lo que yo quisiera. Y le pedí que cantara conmigo una canción”. Así fue cómo ambos trovadores de este sur del mundo hicieron vibrar alto el tema de Roos con ritmo norteño “Si me voy antes que vos”. Fue el verdadero milagro de amor.
Junto a la dulce voz de primo del corista Nicolás Grandal, vino una emocionante versión de la afamada canción de la Falta y Resto, “Adiós juventud”, de “aquellos tiempos que compartíamos con el querido Raúl Castro”.
Un cierre luego de medio siglo de canciones tenía que terminar con la canción más emblemática. Y Roos explicó que intentaron cerrar una retirada con otros temas, y en sus shows el público se ofendía. Entonces relató que “a pedido del público, el cierre es con La Colombina”.Foto: gentileza Ceci Córdoba
Entonces Jaime se volvió a dar el gusto con sus canciones escondidas, y regaló la impecable canción de melancolía dulce, “Lluvia con sol”, y “Good bye”, con historias de un pasado preciado.
Un brindis por el letrista Jaime Roos
Resulta que Roos no es eximio solamente por los hits, sino por ser un reconocido letrista, alma mater de centenas de canciones. Y el punto más luminoso, el zénit de su show en Rosario, justamente lo regaló con la canción que nunca se lo escuchó cantar públicamente, y afamada por el Canario Luna, “Brindis por pierrot”. Antes de la cual aclaró que “esto es murga murga, no como muchas canciones, esta es de verdad”.
Y si cabe reconocer su vasta carrera de letrista, la canción subsiguiente lo logró: “Que el letrista no se olvide de los versos de Gamero/De beber de alguna copa, levantada a su salud/Que el letrista no se olvide de comprarse cigarrillos/Y pitarle un par de versos al glorioso Guruyú/Que el letrista no se olvide del aumento del boleto/De agarrar la ventanilla y vivir la realidad”.
Vinieron los bises, y los músicos generosos regalaron tres canciones más. Pidiendo un respetuoso permiso charrúa “aquí en tierra de Messi”, sonó “Cuando juega Uruguay”. Más que merecido luego de traerse la segunda copa al Río de la Plata con el Sub 20 y dejar sentado que “Las copas se quedan donde corresponde donde se inventó el futbol en el Río de la Plata”.
Con su coro impecable, de siete murguistas que pertenecen a siete murgas diferentes, dejó sentado su sello de amor profundo, lo que sienten al cantar, que los haga así vibrar. Y finalmente relataron la historia de tablado de “Durazno y Convención”.
Un cierre luego de medio siglo de canciones tenía que terminar con la canción más emblemática. Y Roos explicó que intentaron cerrar una retirada con otros temas, y en sus shows el público se ofendía. Entonces relató que “a pedido del público, el cierre es con La Colombina”.