La contaminación del arroyo Ludueña en Rosario no tiene límites. No solo afecta a los vecinos y vecinas que vienen realizando incesantes denuncias, sino que ahora también afectó de forma directa al Club Náutico Malvinas Argentinas que el último fin de semana no pudo bajar embarcaciones por la basura. No sólo eso, el Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) también alertó mediante un informe los preocupantes niveles de materia fecal que detectaron en el agua.
Tanto quienes viven en el Parque Habitacional Ibarlucea del lado de Rosario como los habitantes del lado de Ibarlucea, que residen en el barrio Logaritmo, insisten con el pésimo estado que presentan las aguas del canal Ibarlucea y del canal Salvat, que desagotan en el arroyo Ludueña.
Se trata de un reclamo histórico y reiterado por parte de quienes residen en la zona. El hecho de tener que convivir con el olor a residuo cloacal es una queja que no pierde vigencia y que nunca termina de solucionarse.
La situación que alertaron los socios de la guardería, que se ubica frente al parque Alem, al ver que las actividades se habían cancelado por esta problemática, expuso sobre la mesa que no es la primera vez que sucede y que cada vez se repite con más frecuencia.
Pese a que las Municipalidad realizó esta semana un operativo en el que se recolectaron plásticos, químicos y materia fecal humana no es suficiente, según lo que expone el informe de la UNR, que tomó distintas muestras en diferentes desembocaduras del arroyo Ludueña y, así, pudieron detectar el alto grado de contaminación con niveles extremo de desechos humanos.
El análisis reviste de tanta gravedad que, el propio Observatorio Ambiental, les expuso a las autoridades el estado de situación del arroyo y les acercó con detalle los lugares georreferenciados donde deberían realizar acciones concretas.
"El arroyo está con niveles alarmantes y extremos de materia fecal a lo largo de todo el curso, desde Funes hasta la desembocadura, donde hubo gran mortandad de peces”, afirma el documento al que tuvo acceso Mirador Provincial, y advierte: “La carga elevadísima de residuos fecales repercute en la presencia de agentes biológicos altamente contaminantes”.
Ante este escenario, el Concejo, mediante la comisión de Ecología, impulsó un proyecto para que se convoque a una audiencia pública para tratar la contaminación del Ludueña. Básicamente, la idea del concejal javkinista Ciro Seisas se busca reunir representantes de Aguas Santafesinas (Assa), del Ente Regulador de Servicios Públicos (Enress), del Ente de Coordinación Metropolitana (Ecom), miembros del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario, expertos en materia ambiental y autoridades de la provincia y el municipio para analizar la situación que atraviesa el curso de agua.
Bajo la lupa
A mediados del año pasado el procurador Jorge Barraguirre avanzó a través de la fiscalía extrapenal que conduce María Laura Martínez en la investigación sobre la contaminación del arroyo Ludueña.
Se trata de uno de los cursos de agua más emblemáticos de la ciudad en el que se detectaron manchas oscuras cuando la bajante del río Paraná llegó a niveles récord. Tras la denuncia de las vecinales, se pudo detectar que el Shopping Fisherton Plaza Open Mall -ubicado frente al Aeropuerto Internacional de Rosario- arrojaba sus desagües pluviales y que drena a la altura del Golf Club.
La empresa Aguas Santafesinas (Assa) tomó muestras del arroyo, en el marco de un estudio de impacto ambiental, y constató que se estaban arrojando efluentes cloacales sin realizar el tratamiento. Esto derivó en que la Provincia intime al barrio privado y al shopping para que regularicen su situación.
El Ludueña no es un arroyo cualquiera. Se trata de un cauce fluvial que nace como red de avenamiento, de 800 kilómetros cuadrados de campos de Rosario y de localidades aledañas. Este arroyo desemboca en el río Paraná a la altura del barrio Arroyito. Es decir, es un flujo de agua que atraviesa toda la ciudad y con la que conviven a escasos metros miles de vecinos y vecinas.
La comunidad que vive en los alrededores del arroyo tienen historia de lucha. Por ejemplo, lograron que el Estado realice las obras necesarias para que no se produzcan más desbordes desde el año 1986, por la construcción de la Presa Retardadora de Crecientes en el año 1995 y los aliviadores (el segundo también en ese año y el tercero recientemente). Es por eso que pelean para la conservación y el mantenimiento, tanto aguas arriba como aguas abajo de los aliviadores, del arroyo Ludueña, por una cuestión de salubridad y medio ambiente general.
¿Desidia?
Por la falta de control de la creciente contaminación que avanza desmesuradamente sobre los distintos cursos de agua de la provincia de Santa Fe, como es el arroyo Ludueña, se le sumó que desde noviembre del año pasado el "sabalito barredor", inaugurado en 2019, se rompió, y está abandonado.
“Quedó en evidencia que el barredor quedó obsoleto. Ese bote fue desmantelado por vandalismo y no es casual que se haya dejado abandonado. Esta es la muestra donde no se ve quién es el regente del arroyo y se van diluyendo todos los problemas y la situación es paupérrima”, expresó a Mirador Provincial Rodolfo Martínez, referente de la ONG Multisectorial por los Humedales.
El "sabalito barredor" del Ludueña se inauguró en 2019, estaba ploteado como uno de los peces característicos del Paraná, que se alimenta chupando los sedimentos del fondo del río. La idea era que la basura que viene arrastrando durante toda su extensión por efecto de la correntada, no llegue al río y de esta forma construir un curso de agua con calidad ambiental para las personas, la flora y la fauna del Paraná.