La contaminación en el arroyo Ludueña es inobjetable. Los niveles crecientes de basura que se encuentran en el agua y los videos virales que exponen el impacto en el medio ambiente y en la calidad de vida de los vecinos y vecinas que tienen que convivir con agua tóxica y podrida, generó que el Concejo tomara el asunto y profundizara sobre el tema.
El Palacio Vasallo, según la información a la que accedió Mirador Provincial, aprobó convocar a una audiencia pública sobre la contaminación ambiental del Arroyo Ludueña. Se trata de una iniciativa del edil Ciro Seisas. Según la resolución, se realizará en el Centro de Interpretación Ambiental Educativo del Bosque de los Constituyentes, ubicado en los Glaciares y Tarragona, con fecha a determinar.
En las últimas semanas, debido a la difusión en los medios de comunicación de los videos e imágenes de denuncias de vecinos y vecinas, quedó en evidencia el estado de contaminación y degradación de esta importante cuenca. Esta situación, que no es nueva, se visibiliza aún más ante la bajante de sus aguas.
Vecinos y vecinas autoconvocados de Fisherton, la Multisectorial Humedales, El Paraná no se toca, la Asociación Bocacha Orellano y el Taller Ecologista emitieron un comunicado conjunto denunciando “las inacciones en todos los niveles de gobierno (provincial y municipal) y del desinterés por trabajar interjuridiccionalmente entre los municipios” para salvar el arroyo Ludueña.
En el escrito denunciaron que “nunca se conformó el Comité de Cuenca para el Arroyo Ludueña, sancionada por Decreto Provincial en 2010” y que “se está incumpliendo el programa provincial de Recuperación Provincial de la calidad de los cuerpos de agua superficiales”.
Por su parte, a nivel municipal “se desconoce si efectivamente se están realizando o no los monitoreos en la zona del arroyo que comprende a Rosario, además de que no observamos avances en la implementación de la Ordenanza de Preservación de Humedales Urbanos”, indicaron.
Las ONG y las y los vecinos exigieron la creación del Comité de la Cuenca del Arroyo Ludueña, “el cual debería componerse ampliando esta mesa con representantes del gobierno provincial, Aguas Santafesinas y autoridades de municipios y comunas involucradas en toda la cuenca”.
Cabe destacar que, pese a que las Municipalidad realizó un operativo en el que se recolectaron plásticos, químicos y hasta materia fecal humana no fue suficiente, según lo que expuso el último informe de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), que tomó distintas muestras en diferentes desembocaduras del arroyo Ludueña mediante el cual lograron detectar el alto grado de contaminación con niveles extremo de desechos humanos.
El análisis reviste de tanta gravedad que, el propio Observatorio Ambiental de la UNR, les expuso a las autoridades el estado de situación del arroyo y les acercó con detalle los lugares georreferenciados donde deberían realizar acciones concretas.
En la mira
A mediados del año pasado el procurador Jorge Barraguirre avanzó a través de la fiscalía extrapenal que conduce María Laura Martínez en la investigación sobre la contaminación del arroyo Ludueña.
Se trata de uno de los cursos de agua más emblemáticos de la ciudad en el que se detectaron manchas oscuras cuando la bajante del río Paraná llegó a niveles récord. Tras la denuncia de las vecinales, se pudo detectar que el Shopping Fisherton Plaza Open Mall -ubicado frente al Aeropuerto Internacional de Rosario- arrojaba sus desagües pluviales y que drena a la altura del Golf Club.
La empresa Aguas Santafesinas (Assa) tomó muestras del arroyo, en el marco de un estudio de impacto ambiental, y constató que se estaban arrojando efluentes cloacales sin realizar el tratamiento. Esto derivó en que la Provincia intime al barrio privado y al shopping para que regularicen su situación.
El Ludueña no es un arroyo cualquiera. Se trata de un cauce fluvial que nace como red de avenamiento, de 800 kilómetros cuadrados de campos de Rosario y de localidades aledañas. Este arroyo desemboca en el río Paraná a la altura del barrio Arroyito. Es decir, es un flujo de agua que atraviesa toda la ciudad y con la que conviven a escasos metros miles de vecinos y vecinas.
La comunidad que vive en los alrededores del arroyo tienen historia de lucha. Por ejemplo, lograron que el Estado realice las obras necesarias para que no se produzcan más desbordes desde el año 1986, por la construcción de la Presa Retardadora de Crecientes en el año 1995 y los aliviadores (el segundo también en ese año y el tercero recientemente). Es por eso que pelean para la conservación y el mantenimiento, tanto aguas arriba como aguas abajo de los aliviadores, del arroyo Ludueña, por una cuestión de salubridad y medio ambiente general.