Fue enorme la impotencia que sintieron los docentes de la Escuela N° 5 Fernando Torres Vílchez de la ciudad de La Paz, cuando al abrir la institución luego de un fin de semana, vieron en el patio la comida para el comedor escolar en estado de descomposición.

Era la comida para el comedor escolar y los vándalos que se habían llevado algunas pertenencias materiales, sólo sacaron la comida a la intemperie para que se pudra.

Ese fue un punto de inflexión y decidieron llevar la acción a otro estado. En las redes sociales convocaron a un “abrazo solidario” para visibilizar la realidad que los golpeaba a diario. Invitaron a toda la comunidad, a exalumnos y exdocentes y a todo aquel que quisiera sumarse.

La convocatoria fue un éxito, se lograron cosas concretas y en paralelo se juntó dinero y se instaló una alarma que ya está funcionando.

Mirador Entre Ríos dialogó con Laura Broguet, la directora de la institución, quien desde el silencio de las aulas por las vacaciones de invierno, se tomó su tiempo para contar esta historia que es mucho más que el simple relato de un abrazo.

–¿Que llevó a las docentes a organizar el abrazo a la escuela?
–Luego de varios hechos de vandalismo en lo que va del ciclo lectivo, sumado a los del año anterior, es que decidimos que como comunidad que deberíamos realizar acciones concretas. A diario se trabaja en las aulas hablando con los niños del tema como para inculcar en ellos la responsabilidad de cuidar lo que es el bien para todos. Creímos que esto no era suficiente, debíamos comprometer también al barrio, los vecinos, la comunidad. Es por eso que decidimos organizar un abrazo simbólico el día 7 de julio, una vez finalizado el acto del Día de la Independencia, para fortalecer los vínculos entre la escuela, la familia y la comunidad, sin perseguir ningún interés político ni económico. Creímos que era el día correcto ya que estaríamos de festejo por esta independencia que debemos cuidar y respetar para seguir siendo libres.

DOLOR E IMPOTENCIA

–¿Cuál fue el hecho más triste que vivieron?
–En los distintos hechos vandálicos hemos sentido impotencia, frustración y hasta mucho enojo, sin entender qué buscaban o qué creían encontrar en las aulas de la escuela. La institución no tiene dinero guardado ni tiene elementos de mucho valor económico. Tiene sólo tizas, afiches, libros con los que a diario apostamos al futuro de cada niño que concurre a la escuela. Lo que más nos dolió fue encontrar la comida, que era para los niños, que quizás sea el único plato que comerían en el día, tirada en el patio. No se la llevaron, será que no tienen hambre entonces. Sí se llevaron los utensilios que se utilizan a diario para cocinar. Reemplazarlos para la escuela es un gasto innecesario que debe salir de la partida de comedor, por lo que no hay una suma extra para esto, hay que descontar de lo que llega para cocinar.

–¿Pudieron recuperar alguna vez algo de lo robado?
–Nunca se logró recuperar nada de lo que se llevaron.

–¿Cuál era el objetivo de viralizar el abrazo?
–Fue para que toda la comunidad de La Paz nos acompañe, que podamos unirnos como sociedad y decir ¡Basta! No somos la única escuela que ha sufrido este tipo de hechos. Creemos que la sociedad debe estar enterada de lo que nos pasa, porque si no esa frustración, esa impotencia que sentimos queda dentro nuestro y genera mayor enojo.

REPERCUSIONES

–¿Qué repercusiones tuvieron en la comunidad?
–Dentro de la comunidad educativa nos sentimos acompañados, sentimos el abrazo con sabor a compromiso. Muchos vecinos, exdocentes, exalumnos dieron su apoyo, otras escuelas se sumaron con abrazos virtuales, carteles, saludos, eso realmente reconforta. Ese día fue todo muy emotivo.

–¿Se unieron más como cuerpo docente, después de esto?
–La Escuela 5 se caracteriza por la unión entre docentes, estos momentos acrecentaron los vínculos, sin lugar a dudas. El apoyo incondicional de cada uno de los actores se sintió con mayor intensidad. Nos llena de orgullo decir que tenemos un cuerpo docente comprometido con la educación y principalmente con la escuela y nuestros niños.

–¿Cómo se obtuvo el dinero para instalar la alarma?
–Para ayudar a colocar una alarma que fue una de las medidas a considerar desde el primer momento, se sugirió solicitar un presupuesto y ver de qué manera se conseguía el dinero. Era un objetivo claro, aquí surgieron varias ideas: Hacer beneficios, solicitar colaboración a las empresas de la zona, a personas que quisieran colaborar desinteresadamente. Poner cada uno un poquito. Cuando tuvimos el presupuesto dijimos: “Lo vamos a lograr” y conversando con uno u otro surge la posibilidad de abrir una cuenta para quien pueda y quiera dejar su colaboración poco o mucho, todo serviría para lograr el objetivo. Así fue que se logró. Antes de iniciar las vacaciones ya estaba colocada la alarma. Agradecemos infinitamente a todos los que colaboraron. Hubo niños que, al comprar su merienda, dejaban el vuelto para la compra de la alarma. Eso es más que valorable.

–¿Con qué realidad conviven a diario en una escuela como la número 5?
–La Escuela 5 tiene una matrícula de 627 alumnos, cada uno con su realidad distinta. Recibimos niños del barrio Eucaliptal, Belgrano, Estación, Feria, Centro. De esa matrícula, 320 concurren al comedor escolar. La escuela tiene ropero para ayudar con lo que se pueda. Trabajamos día a día para el bien de cada niño, pensamos en la trayectoria de cada uno y sobre ella actuamos.

RESPUESTAS

–¿Qué respuestas obtuvieron de las autoridades educativas? ¿Y los funcionarios?
–Las autoridades educativas acompañaron nuestras acciones. Se solicitó a la Municipalidad la poda de los árboles de alrededor para dar mayor visibilidad al edificio, eso se logró favorablemente; se solicitó también mayor iluminación en la calle ya que es una zona oscura y se solicitó la colocación de una cámara de seguridad en la esquina, esto está en estudio de conectividad y factibilidad, según lo expresado por el jefe de monitoreo.
Quiero agradecer a la Comisaría 1ª de la ciudad de La Paz por el trabajo llevado a cabo en cada instancia, en ofrecernos rondar la escuela con mayor periodicidad; y especialmente a cada persona que dejó su colaboración y ayudarnos a brindar seguridad a nuestra escuela. Estamos de paso, la escuela es de todos, debemos valorarla, cuidarla y saber que esta sociedad solo saldrá adelante con más educación.