La pediatra Karina Astarloa se incorporó al equipo de Salud de la Municipalidad de Chajarí hace casi un año, y dialogó con Mirador Entre Ríos sobre la situación con la que se encuentra por estas semanas de grandes oscilaciones térmicas. La profesional atiende una vez por semana en los tres centros de salud de la ciudad, y en cada jornada recibe entre 30 a 35 pacientes.
En esta época de invierno aparecen más que nada los cuadros respiratorios: “Hay algunas diarreas, pero lo más recurrente es lo respiratorio. También hay cuadros virósicos que afectan el estómago, pero lo que más prevalece son los cuadros respiratorios, bronquiolitis en los más chiquitos, broncoespasmos, alergias, bronquitis o incluso neumonías”, dijo la pediatra.
Además, recalcó que se contagian más estando en las escuelas, en comunidad. “Esto se vio mucho en la pandemia, donde al estar más encerrados disminuyeron notablemente los cuadros respiratorios, porque, aunque predominaba el Covid, tuvo que ver con que aprendimos a cuidarnos, a no tener tanto contacto, no compartir mate, no salir si no era necesario, ahora de esos cuidados nos olvidamos un poco, siendo que son cuidados que vienen bien para muchas enfermedades. Ahora hay más circulación de otras enfermedades en los lugares donde hay muchas personas”. Por esto, Astarloa recomendó seguir con los cuidados que teníamos en la pandemia “como el alcohol en gel, ventilando los ambientes y no saliendo si estamos con síntomas”.
En cuanto a la escuela alertó que los papás mandan a los chicos igual, aunque estén con mocos, o tos, y con el frío están en ambientes más cerrados, lo que hace que existan más contagios.
VACUNACIÓN
En general, en Chajarí los chicos tienen calendario completo de vacunación, “o les faltan una o dos, o están atrasados, pero no hay una elección de no vacunarlos”, valoró. En este sentido reconoció que hubo resistencia para la vacuna del Covid, “los padres tenían dudas, no fue un éxito para nada en pediatría, sí en los adultos”, comparó.
Ante la consulta de qué ocurre con los chicos que se resisten a estar calzados, incluso con bajas temperaturas, explicó que “los virus no ingresan por los pies, es porque los respiramos, por la nariz”. En ese sentido explicó que en la nariz “tenemos unos pelitos que tienen la función de evitar que ingresen los gérmenes, pero en el invierno están más inmóviles y eso hace que estemos más susceptibles a enfermarnos”. A esto se le suman otros factores como la edad. “Cuando son chiquitos los niños se pueden llegar a enfermar tres o cuatro veces por invierno porque están recién fortaleciéndose frente a algunos gérmenes”. Además, dijo que, al contraer la enfermedad, se sale con cierta inmunidad, “es el mismo efecto que hacen las vacunas de forma pasiva”, explicó.
PARA TENER EN CUENTA
La pediatra aclaró que muchas veces los padres llevan a los niños a la consulta por moco, “pero generalmente los chicos tienen mocos en casi todas las estaciones”, indicó, para agregar que “sí hay que alertarse y consultar al médico cuando la fiebre dura varios días, cuando no se quiere alimentar o hidratarse, cuando está triste, sobre todo cuando son chiquitos, hasta los dos años”.
En cuanto a los cuidados necesarios, enfatizó en “no sacar a los niños pequeños, de hasta dos años, si no es necesario, no llevarlos al supermercado, cola de bancos o lugares muy concurridos”. También recordó la importancia de ventilar los ambientes y limpiar regularmente con alcohol diluido, no mandar los chicos enfermos a la escuela, y efectuar el lavado de manos”. De la misma manera recomendó que “si hay chicos alérgicos en la familia hay que evitar los animales adentro de la casa, no levantar polvo o tierra cuando están adentro, se recomienda pasar en su lugar trapos húmedos”, finalizó la profesional.