Ulrico Schmil, cronista de Pedro de Mendoza, los descubrió en 1567: “Así llegamos el primer día a cuatro leguas de camino a una nación que se llama Corondá; (también) viven de pescado y carne y son ellos (cerca) aproximadamente doce mil en gente adulta que se emplea para la guerra y andan iguales a los sobredichos Timbúes. También tienen dos estrellitas en ambos lados de la nariz; (también) son gentes garbosas en sus personas, pero las mujeres son feamente arañadas bajo los ojos y ensangrentadas, jóvenes y viejas; y sus partes están cubiertas con un paño hecho de algodón. (También) tienen estos indios mucho corambre sobado de las nutrias y tienen también muchísimas canoas o barquillas. (Y) ellos compartieron con nosotros su escasez de pescado y carne y corambre sobado y otras cosas más; nosotros también del mismo modo les dimos cuentas de vidrio, rosarios, espejos, peines, cuchillos y otro rescate más y quedamos con ellos durante dos días. (También) nos dieron dos indios de los Carios que eran sus cautivos para que nos enseñaran el camino y la causa de sus lenguas”.
La comunidad corondá sigue vigente, con algunas particularidades sociales y tiene más años que la misma ciudad de Coronda, que los honró con su nombre pero que aún les debe un monumento o reflejo público en una historia cargada de paradojas ya que muchos héroes locales fueron sospechados -sin prueba concretada- de participar en su eliminación.
Buenas noticias
Pero en estos días se conoció una gran novedad. Dos sub proyectos de comunidades originarias del departamento San Jerónimo fueron seleccionados para ser financiados por su contenido turístico, histórico y cultural en el marco del Proyecto de Recuperación Sustentable de Paisajes y Medios de Vida en Argentina, dirigido por la Administración de Parques Nacionales, y con financiamiento del Banco Mundial de hasta 45 mil dólares pagaderos en pesos argentinos.
Uno de ellos es el sub proyecto “Corredor Turístico Chaná-Corondá”, cuya institución ejecutora es la Comunidad Indígena Corundá y que beneficiará a los originarios chanás y corundás de Coronda, Puerto Aragón –distrito Barrancas- y Puerto Gaboto.
El otro es el subproyecto “Turismo receptivo comunitario a partir de la conservación y puesta en valor del paisaje cultural en la confluencia de los ríos Carcarañá, Coronda y Paraná”, cuenta con la ejecución de la Asociación Civil Cámara de Cabañeros y Prestadores de servicios turísticos de la provincia.
El contenido
Según explicó Rosana Esquivel, directora provincial de Comunidades Originarias de la Provincia de Santa Fe “El Corredor Turístico Chaná-Corondá, cuyo proyecto contó con la colaboración de la Dirección Provincial de Comunidades Originarias en sus instancias de elaboración, junto a la Intendencia del Parque Nacional Islas de Santa Fe, se presentó en la primera convocatoria a Sub proyectos de Desarrollo Comunitario de Tipo A y fue evaluado oportunamente por el Comité Evaluador del Paisaje Delta del Río Paraná. Se apoyará a las Comunidades Indígenas asentadas en torno al Parque Nacional Islas de Santa Fe, que realizan actividades tradicionales de pesca artesanal y manejo de la biodiversidad en la zona de Islas; como un fuerte proceso de recuperación cultural, sobre todo de las artesanías (cerámica),las prácticas espirituales indígenas y el idioma chaná”.
Luego la funcionaria indicó: “La finalidad del proyecto es consolidar el Corredor Turistico chaná-corundá, a través del Turismo Comunitario Indígena y de naturaleza desde la localidad de Gaboto hasta Coronda con sus tres puntos (nodos) de turismo comunitario indígena y de naturaleza (Coronda, Puerto Aragón y Puerto Gaboto), con objetivos específicos socio-culturales como son prácticas de cocinas ancestrales y sobre el consumo de hiervas (yuyos) silvestres y sus beneficios, alfarería chaná-corunda y recuperación de técnicas de confección de vasijas, compartir talleres de lengua chaná y experiencias y relatos en relación al rol de la mujer en la comunidad y crear merchandising con leyendas en chaná”.
Trabajo y mejoras en la región
Valga destacar que además esta aprobación mejorará en hasta un 50% el ingreso de las familias involucradas en el proyecto, generando unos 15 puestos de trabajo permanentes en el corredor, con beneficio a 18 familias de Coronda, de las cuales 5 son parte del proyecto y todas conforman la comunidad oficial Corondá, nacida como tal en 2011.
Por su parte, en Puerto Aragón hay 10 familias beneficiadas y en Puerto Gaboto, 6, cuyo sostén son todas mujeres. “Esto da un total de 150 personas, conformado en un 70 % por mujeres y 30% varones, de los cuales un 30% son jóvenes” remarcó Esquivel.
La funcionaria también subrayó que “este sub proyecto se estima generará impactos ambientales, sociales y productivos positivos, dado que se busca desarrollar y extender mejores prácticas de manejo y usos productivos de los bienes y servicios ecosistémicos con un menor impacto ambiental, con el fin de mejorar los medios de vida de las comunidades locales de los paisajes seleccionados. Busca promover y fortalecer la gestión y resiliencia de los ecosistemas relacionados con las comunidades locales en paisajes terrestres y ribereños de conservación”.
Las acciones a realizar
De acuerdo a lo conversado con la gente de la Comunidad Corondá, cuyo día fue instituido por Ordenanza Municipal Nro. 600 a través de un proyecto del Rotary Club local, cada 19 de abril; con los fondos que obtengan van a construir al menos dos quinchos en zona de islas –que es el territorio que se les asignó por ley, a orillas del Río Coronda, frente al Puerto de Fiscalización de Barrio La Cuarta, en zona urbana sur local-, donde montarán comedores de pescados literalmente “del río a la parrilla o la sartén y de ahí al disfrute del turista”, con la adquisición de una embarcación que transporte con horarios prefijados a los comensales hacia el islote, ubicado a unos 150 metros de la costa, y con kayaks que servirán para recorrer todo el sitio incluido en el sector asignado por el sub proyecto, de acuerdo con la idea base para aplicar este emprendimiento.
Paralelo a eso habrá siempre ferias. Las mujeres estarán al mando y allí trabajarán la reavivación del idioma chaná, sus costumbres, con talleres y la revalorización de la relación existente entre el nombre de la ciudad y sus antepasados, injustamente aniquilados hace más de 350 años.
“Es de destacar que esto lo hicimos nosotros, nuestras familias, nuestra comunidad, sin recibir nada de nadie, simplemente luchando, insistiendo y buscando hasta que encontramos” relató María, una de las integrantes de la comunidad local.
Un poco de historia
“Coronda era nuestro, siempre había sido nuestro y no permitíamos que vengan otros grupos desde afuera, el que entraba a Coronda se quedaba si nos caía bien y sino, no salía de Coronda. Por eso pueden encontrar algunos enterratorios por ahí y tienen razón no son de Corondás, pero enterrados más alejados (…) El idioma nuestro era el del Chaná, el del Timbú. Yo tengo conocimiento que mi viejo adoraba al Chaná y le escribió mil poesías. (…) Por eso cuando nos pidieron ayuda salieron tantas canoas. No sé si lo habrán conseguido, pero sé que el asentamiento que tenían los españoles se lo quemaron todo” mencionó el actual cacique Corondá o Corunda, Claudio Ñáñez, hijo del recordado Cipriano Colo Ñáñez, poeta y rescatista del idioma y la cultura chaná, junto a don Jaime Blas, quien desde Paraná sigue haciendo escuela.
La entrevista había sido realizada por integrantes del equipo arqueológico de la Universidad Nacional de Rosario, Fernando Balducci, Paula Galligani y la muy conocida en Coronda, Julieta Sartori, por haber sido jefa en las excavaciones que dieron con esqueletos en el denominado Sitio Primón de Barrio Basualdo, o en el Sitio Acerbi, de Arocena.
El cacique contó cómo pescaban: “El cuerno de ciervo se utilizaba para bicherear como hacen ahora, no había redes o al menos mi papá nunca me las nombró, usaban eso. Para los sábalos, los cardúmenes de la orilla, usaban arco y flecha”.
Para la alfarería “la arcilla la sacaban del río, de las barrancas, la arcilla blanca no la colorada. No hay muchos lugares, no es fácil de conseguir. Una vez hechas, esperás que se sequen al sol y después les arrimás fuego en pozos para que se cocinen”. ¿Cómo hacían las canoas? “Se tumbaba el árbol y después se ahuecaba con piedras, se va puliendo la madera, con agua y la piedra”. Las viviendas “eran de paja, chiquitas, como una carpita para dos personas, para dormir. El cuero también lo usaban para la vivienda. No eran altas, ni grandes como los ranchos”.
Las famosas flechas se hacían así: “…se hacía en hueso o madera, la hacían así y la templaban con fuego y grasa y queda como si fuera vidrio la madera. Se usaba un árbol que se llama “vara negra”. Quedaban como vidrio”.
Lo expresó con gran calidez don Cipriano Colo Ñañe, el primer cacique oficial de los corondás, fallecido en 2012 y padre del actual líder: “Un día nací Corondá / Jamás negué mi raza / Quizás mis manos no alcancen / Para escribir lo que siento / Soy de esta tierra del indio / Que es orgullo de mi pueblo / Y con mis versos revivo / Lo que hoy quieren olvidar / Esta es mi tierra paisano / Herencia de un Corondá!”.
Y como dice la lengua chaná: “Geppian tendán, geppian tén”… estuvo sembrando, está sembrando.