Luego de los hechos sucedidos en la ciudad de Córdoba, con 12 episodios de intentos de saqueos de supermercados y almacenes de barrio que estuvieron precedidos por ataques contra comercios de venta de alimentos en Río Cuarto, Neuquén, Mendoza y el AMBA, la policía del norte provincial opera por estas horas en alerta para prevenir cualquier posibilidad de efecto contagio de ese tipo de desmanes.
Fuentes calificadas de la fuerza mostraron su preocupación por que las imágenes que ganaron espacio en los canales nacionales de noticias en los últimos días puedan actuar como factor multiplicador de la crispación de los ánimos de un sector de la sociedad muy golpeado por la crisis económica y las consecuencias devastadoras del incremento de los productos básicos.
“Hay mucho hacinamiento, viven cinco o seis familias por casa, y a eso se suma la enorme desigualdad social, mucha pobreza”, señalaron, para describir la realidad de necesidades básicas insatisfechas que afecta a los núcleos familiares de los barrios más carenciados de las ciudades.
Cuadro de situación
Sin embargo, dejaron en claro que “no es algo que lo vaya a poder resolver la policía”, sino que “se trata de una cuestión social que es responsabilidad de otras áreas del Estado”, a la vez que aseguraron que la situación está controlada en la región. Aun así, se desplegaron patrullajes preventivos en las principales urbes y monitorean de cerca lo que pueda suceder en Tacuarendí (norte de General Obligado), localidad sede de delegaciones de movimientos sociales como el Polo Obrero y Teresa Rodríguez, por nombrar algunas.
La preocupación manifestada por la fuerza de seguridad también tiene asidero en el desmejoramiento del poder de compra de lo que perciben beneficiarios de planes sociales y asignaciones familiares, y en la merma de personal disponible para hacer frente a eventuales focos de conflicto: “Hace meses que estamos mandando gente a reforzar Rosario”, revelaron contactos de esas filas, bajo pedido de anonimato, y no dudaron en incluir a policías dentro de las penurias económicas al afirmar que “hoy un vigilante no llega a cubrir la canasta alimentaria”.
“Tenemos robos todos los días, incluso como el otro día que un pibe de 13 años robó un taladro, roban lo que encuentran para venderlo y comer, entran a las viviendas y se llevan lo que haya. La gente después se lo compra, que ese también es otro tema”, graficaron, sobre un hecho reciente ocurrido en Reconquista.
Escenario complicado
Con los resortes institucionales para llevar alivio a la situación de hastío y miseria en la que perviven grandes bolsones de la sociedad vedados a la función policial por obvias razones, la policía norteña intentó gestionar la prevención de eso tipos de incidentes con una convocatoria amplia a las instituciones y entidades de Reconquista con el objetivo, primero, de interiorizarlas del cuadro latente, y luego de comprometerlas a integrar una red de contención que tenga como norte la galvanización de la paz social.
Pero, la idea es aunar las voluntades de políticos, dirigentes sociales, empresarios, profesionales, referentes institucionales y barriales no fue autorizada desde la superioridad provincial, en atención a que ese tipo de iniciativas deben partir desde las fuerzas vivas no castrenses, según pudo recoger Norte24.
Por el momento, la policía sigue con atención los acontecimientos -que anoche tuvieron hechos violentos en el conurbano bonaerense y la ciudad de Santa Fe- con el fin de estar preparados ante lo que la estima será un escenario complicado de aquí en más, y “peor aún si al oficialismo le va mal en las urnas. Lo que pasa es que el peronismo es el único que contiene algo, si pierde se puede complicar más después de las elecciones”.
En Vera
En esta cabecera departamental, la jornada del miércoles presenta la normalidad habitual. La policía verense, al igual que el resto de la departamentales, recibió directivas para llevar adelante una vigilancia especial, con recorridos a modo de prevención en comercios, y establecer una pesquisa virtual en redes sociales para rastrear a posibles instigadores.