El fenómeno de Leda Bergonzi sigue creciendo. La parroquia Inmaculada Concepción en Pichincha quedó chica y por eso este martes se mudó al ex predio de la Sociedad Rural de Rosario en la zona del Parque de la Independencia. El espacio, que fue el vacunatorio más grande de la provincia de Santa Fe en los años de la pandemia de covid-19 y luego sede de los Juegos Suramericanos de la Juventud, se transformó en un lugar de oración y esperanza.
Personal de Defensa Civil, de la Policía de la Provincia de Santa Fe y los 30 colaboradores de la congregación de Leda, Soplo de Dios Viviente, fueron los encargados de ordenar el peregrinar de las personas necesitadas. También una ambulancia del SIES quedó apostada para cualquier emergencia. Los dos grandes galpones del predio, allí donde dos años atrás se daban vacunas, hoy se dieron dosis de fe. Fe en una ciudad que está particularmente atravesada por una problemática social de violencia, robos e inseguridad. La gente acudió preparada. Se vieron muchos termos, mates y sillas plegables. Este elemento, útil para los minutos de espera en la fila. Los sanitarios funcionaron bien y entonces el encuentro resultó más confortable. Por orden de la laica no se permitió la venta ambulante dentro del predio vallado. Así, los churreros debieron intentar vender en el exterior del complejo. En las cercanías, también se pudieron observar ómnibus estacionados. Señal de que algunos de los asistentes vinieron desde fuera de Rosario.
En el galpón 1, el de la derecha si uno entra por Oroño, se montó una especie de altar. Allí una imagen enorme de la Virgen María presidió el espacio. Cientos de sillas plásticas se dispusieron para aliviar la espera. En el 2, una pantalla gigante que transmitió imágenes del otro galpón. Entran 1.300 personas sentadas en cada galpón. Se estima que podrían pasar unas 10.000 almas por el lugar en toda la jornada.
Mirador Provincial fue testigo de primera mano de esta movida. Incluso invitaron a quien escribe a experimentar la sensación de encontrarse con ella. Nancy es una de las colaboradoras de Soplo de Dios Viviente y aseguró en diálogo con este medio que Leda tiene un carisma extraordinario. La propia Nancy pasó por una situación difícil con amenazas de muerte de por medio y gracias a su fe logró resolver ese problema.
Cuesta creer por lo inverosímil, pero así lo atestiguan distintas personas y la propia sanada. Un hombre de mediana edad con diabetes y que estaba perdiendo la visión hoy ve. “Acá vine. Me puso la mano Leda y me fui a mi casa viendo”, afirma Jorge. “Hoy vine manejando en mi vehículo”. “Gracias a Dios y a Leda recuperé mi vista bien”. “Es algo maravilloso, muy lindo”.
Empleada, casada y con cinco hijos
Se podría pensar en cierto aire místico y misterioso de Leda Bergonzi. La realidad no dice eso. Tiene 44 años. Está casada y tiene cinco hijos. Trabaja como empleada en una fábrica. Nada fuera de lo común. Si los encuentros se hacen por la tarde, es simplemente porque durante las mañanas y parte de la tarde ella debe trabajar.