Luego de años de gestiones, finalmente llegaron las máquinas y comenzó el trabajo de perforación para el pozo que le dará a Santa Ana la posibilidad de contar con su parque termal.
Se firmó el acta suscripta por el arquitecto Facundo Araoz, presidente de Velitec S.A, empresa que lleva adelante la obra, asistido por el representante técnico de la empresa, Ing. Maximiliano Comba; y, por la Municipalidad de Santa Ana; su intendente Rogelio Zanandrea, asistido por el director de Obras Públicas, Cristian Scatularo.
El intendente de la pequeña localidad del departamento Federación se refirió a la obra y lo que se vive actualmente. “Son días históricos, seguramente esto va a marcar un antes y un después en Santa Ana, fundamentalmente en lo que respecta al turismo”, aseguró en diálogo con Mirador Entre Ríos.
IMPACTO AMBIENTAL
Vale mencionar que los informes del Ente Termal de la Provincia han indicado que Santa Ana tiene las “condiciones geofísicas necesarias para el surgimiento de agua termal”. Según explicó el año pasado Miguel Cattani, vocal del Ente, cuando se analizaba la factibilidad de la obra, no habría impacto ambiental. “Los estudios de impacto ambiental arrojan resultado cero, y esto es muy importante. La napa superaría los 1.200 metros de perforación, muy similar a las termas de Federación. Lo interesante del Acuífero Guaraní es que actualmente tiene sólo cinco pozos perforados para termas”, había señalado el profesional.
En tanto, en el posible impacto social, el intendente indicó que “nos va a cambiar la vida, porque si bien Santa Ana tiene mucho turismo en verano, es un período muy corto, son dos meses y medio o tres, y con esto lo que lograremos es romper esa estacionalidad, tener turismo todo el año, motivar a las empresas privadas para invertir en la ciudad y generar mano de obra genuina”. Sobre este punto Zanandrea remarcó que “no es un capricho de Santa Ana querer tener termas, sino que después de lo que fue la creación del embalse en 1979, quedando totalmente aislados, con la ruta 14 a más de 30 kilómetros, intentamos el desarrollo de parques industriales en áreas suburbanas con distintas alternativas y beneficios para las empresas, pero no lo pudimos lograr porque la mayoría de las empresas prefieren la proximidad a la autovía por un ahorro en el transporte”. Frente a este panorama, desde el municipio se optó por potenciar el turismo, “que es con lo que nos bendijo la naturaleza. Tenemos mucha inversión privada en la zona del lago, pero nos faltaba en el pueblo, por eso vemos esto como una reparación histórica para todo lo que había dado nuestro pueblo para el desarrollo del país”, consideró.
Además, el intendente explicó que con este tipo de emprendimientos “es más probable que las nuevas generaciones puedan quedarse en Santa Ana y no tengan que emigrar, que es lo que sucede en muchos casos actualmente”. En este sentido dijo que ven mucha ansiedad en los vecinos para que el agua comience a salir, “la expectativa es alta. La inversión es muy grande, es un gran riesgo para la municipalidad, en estos tiempos, pero siempre contar con el apoyo de la gente es una seguridad”, aseguró Zanandrea.
LA OBRA
Una vez que salga el agua, la empresa tiene 30 días para llegar al acuífero, que según estudios saldría a una temperatura de 42 grados; se coloca una válvula, y el primer trabajo estaría terminado. De los pasos a seguir luego de eso, el intendente Zanandrea explicó que mediante un llamado a concurso con el Colegio de Arquitectos se buscará el diseño para el complejo, que se prevé que no sea de más de cinco o seis piletas. “En otros complejos llevó entre dos a tres años la construcción, nosotros esperamos hacerlo en menos tiempo por la cantidad menor de piletas”. La administración del complejo será municipal, pero los servicios, como gastronomía y hotelería serán privados.