Mientras allá por el 2021 la localidad de Reconquista abría la licitación para la construcción de una planta depuradora de líquidos cloacales, Rosario, la ciudad más populosa de la provincia de Santa Fe, todavía sigue sin contar con una. Sin embargo, las esperanzas se renuevan con un nuevo intento por avanzar con el proyecto.
Al no contar con una planta de tratamiento de efluentes, se arrojan al agua "casi 400 millones de litros de desechos todos los días", según el movimiento socioambiental XR. Esto derivó en que la ONG “Asociación Civil Cuenca Río Paraná” llevara adelante una demanda civil que motivó un análisis solicitado por la Fiscalía Federal 2 que determinó “niveles exorbitantes” de contaminación en el agua proveniente del vertido de efluentes cloacales en el Emisario Sur, de Circunvalación y Ayolas.
Ante este escenario, en agosto de este año el Concejo Municipal de Rosario resolvió dirigirse al Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación, a la empresa estatal que presta el servicio (Assa) y al Ente Regulador de Servicios Sanitarios de la Provincia de Santa Fe (EnReSS); a los fines de que provean información actualizada respecto del nivel de avance del proyecto de construir una planta depuradora de efluentes denominado “Construcción de la planta depuradora de líquidos cloacales Gran Rosario”, anunciado por la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación.
Las esperanzas se renuevan con la posibilidad de que las elecciones traigan nuevos financiamientos. Es que, según informaron a Mirador Provincial desde la empresa Aguas Santafesinas (Assa), todavía restan detalles para que Nación, mediante el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), habilite las obras respectivas a la iniciativa que la firma presentó. Es decir, es necesario que el financiamiento nacional se designe para ejecutar el plan, pero el proyecto está y “ya se envió todo”.
Si bien en Rosario todavía hay un 15% de vecinos y vecinas que no cuentan con un sistema de cloacas, el 85% -que sí tiene- está tirando la cadena hacia el río. La falta de una planta depuradora de efluentes no solo es una promesa incumplida de los distintos gobiernos desde hace más de 20 años, sino también un golpe más al medio ambiente.
La empresa admitió que el sistema actual en Rosario “es propio de un paradigma de principios del siglo pasado” cuando se hicieron los primeros desagües, pero “no interfiere con el proceso de potabilización del agua”.
Pese a que se estén volcando millones de litros de aguas servidas, la compañía confirmó que “no hay riesgo de tomar el agua”, por dos motivos: el primero es que el Paraná tiene una “gran capacidad de diluir los líquidos pasando prácticamente inadvertidos” y, el segundo, es que “las tomas de captación de agua están por encima de donde se vierten los mismos”.
Hay que tener en cuenta que normalmente el río tiene 14 mil metros cúbicos por segundo de caudal -ahora con la bajante se ubica en torno a 10 mil-, es decir, que cada vez que uno parpadea pasan entre 10 y 14 millones de litros de agua.
No obstante, aceptan que “no tenemos el sistema ideal”, sobre todo sabiendo que hay un principio ambiental que indica que “todo lo que vos tomás del medio ambiente, lo tenés que devolver en iguales condiciones”, por lo tanto, “nosotros deberíamos hacer lo mismo en este tema”.
Las iniciativas de las plantas fueron realizadas y presentadas por la empresa Aguas Santafesinas, aunque la firma no posee de los recursos para la inversión. Por eso, es la Provincia o la Nación la que debe hacerse cargo. En la escala de estas obras que son tan costosas, por lo general, se busca financiamiento internacional.
A su vez, no hay un estudio que pueda determinar científicamente si arrojar las aguas servidas sin tratamiento al río contaminan el ecosistema. Por eso, desde el Laboratorio de Biotecnología Acuática del Acuario de Rosario presentaron un proyecto en la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica de la Nación para poder obtener financiamiento y realizar evaluaciones de zoo y fitoplancton, teniendo en cuenta los sitios de emisión de efluentes cloacales e industriales.
Lo que generó alarma
Al mismo tiempo que el color marrón del río Paraná se mezclaba con otro tono más oscuro proveniente del Emisario 9, que vierte residuos pluviales y cloacales directamente al agua sin tratamiento alguno, un par de pescadores están sentados almorzando unos sándwiches debajo de uno de los pocos árboles que hay en esa zona de Puerto Norte a la altura del emblemático barquito de papel.
Las imágenes que sacó Mirador Provincial en noviembre del año pasado a la altura de avenida Francia y el Río, una de las zonas más top de Rosario, son similares al videíto que difundió la Asociación Civil Comunidad Islera vía redes sociales. El material expone sin censuras la forma en la que se tira al Paraná todas las aguas servidas del conducto troncal que recoge líquidos cloacales y pluviales de Funes y el oeste y norte de la ciudad.
Ambos pescadores que almuerzaban sin sorprenderse del extraño color que destiñe el habitual color del río, contaron que es una imagen que la vieron “muchas veces”. Por lo general, “cuando hace este calor –noviembre 2022- pescamos de noche porque es más tranqui para los peces y se aguanta más estar al aire libre”, pero siempre “tratamos de tirarnos en alguno de estos muelles para no estar encima de la mancha”.
Ninguno sabía exactamente de qué se trataba el flujo de líquido que salía del ducto, pero sí aseveraron que, por momentos, “se hace difícil respirar del bando a podrido que sale de ahí”. Es que “no siempre estamos pescando por acá, a veces también llegamos a la altura de La Florida”, añadieron.
Cómo sería la planta
Desde Assa indicaron que el costo actual aproximado de la planta superaría los 10.000 millones de pesos. Es que los índices inflacionarios con lo que convive la Argentina vienen batiendo todos los records y armar presupuestos es prácticamente una odisea.
El proyecto, que ya se presentó el año pasado en Nación y que se encuentra bajo análisis, propone el armado de una planta que lograría tratar el 40% de los efluentes cloacales vertidos en Rosario.
Para llevarlo a cabo es necesario que el Enohsa apruebe el proyecto y que Nación adjudique la obra con recursos para que se pueda realizar el llamado a licitación y, así, avanzar con la iniciativa, que se viene prometiendo desde hace años.
De hecho, en el 2019 el gobierno de Santa Fe presentó el proyecto ejecutivo para construir una planta depuradora de líquidos cloacales para las ciudades de San Lorenzo, Capitán Bermúdez, Fray Luis Beltrán, Ricardone y Puerto General San Martín.
También se anunció que se preveía tender las redes cloacales para servir a los vecinos de los barrios Morando, 2 de Abril, Rivadavia. Bouchard, Villa Felisa y José Hernández, ubicados en el sur de la ciudad de San Lorenzo.
En su presentación se destacaba que "gracias a esta iniciativa de la Provincia, por primera vez en 130 años de servicios de agua potable y saneamiento en la región, se cuenta con un proyecto de ingeniería detallado para la depuración de los líquidos cloacales antes de volcarlos al río Paraná".
De este modo afirmaban que se avanzaría en políticas de preservación del medio ambiente y que se iba a contar con una herramienta concreta para gestionar las fuentes de financiamiento necesarias destinadas a la construcción de una obra en gran escala como la que se proyectaba.
La iniciativa se denomina "Planta Depuradora Cloacal Aglomerado Gran Rosario Norte" y se estimaba que sería necesaria una inversión aproximada de 850 millones de pesos -a cifras de hoy habría que agregarle varios ceros a esa cifra-.