Tuvo lugar en los Tribunales de la capital provincial este martes 26 de septiembre la primera jornada del juicio que se celebra ante un jurado popular contra Silvio Raúl Martínez, ex penitenciario de 42 años y padre de tres hijos, por el crimen de Lautaro Bertoldi y el disparo que recibió Alexis Mildenberger, y la agresión y amenazas que habría recibido Ramón Sebastián Morales.

Se exhibió la endeblez de las declaraciones de tres de las personas –víctimas-testigos– que fueron con Bertoldi hasta la puerta de la casa del imputado, según sostuvieron “para dialogar” sobre una problemática relación vecinal.

En sentido contrario, la declaración de Morales y de su sobrina, Johana Romina Morales, mostraron otra convicción en sus relatos, no obstante, sus declaraciones –en el caso de la sobrina de Morales con serias contradicciones con otros testimonios relacionados con la muerte de Bertoldi– pusieron de manifiesto el motivo del enfrentamiento de Martínez con Morales y con Alejandro Mildenberger, presidente de la vecinal de barrio Las Chacras, ubicado en calles Francia y Circunvalación: la usurpación y venta de terrenos fiscales.

Los fiscales Laureano Dato y Melisa Saint Paul sostienen que Mildenberger, junto a su hijo Alexis Mildenberger, su sobrino Cristian Mena y Bertoldi, un joven sin hogar, decidieron ir a la casa de Martínez a “dialogar” para pacificar el barrio habida cuenta de los conflictos de vieja data que protagonizaban. Según aquella hipótesis, el penitenciario los recibió a los tiros porque esta es la forma en la que resuelve sus conflictos.

La defensa, a cargo de Boris Cohen, José Barbagelata y Héctor Toloy, no niega que su defendido disparó contra el grupo de los cuatro, pero sostiene que lo hizo para repeler una agresión que puso en riesgo su familia, puesto que en su casa estaban su esposa, sus hijos y sus padres ancianos. En el hecho, el hijo de cuatro años del imputado sufrió un fuerte golpe con un objeto contundente que le produjo fractura de cráneo, lo que habría exacerbado la respuesta de Martínez.

El testimonio de los Mildenberger y de Mena dejó muchos puntos de la acusación sin aclarar, incluso en situaciones puntuales como por qué motivo decidieron ir a la casa de Martínez a “dialogar”, quién los convocó o quién explicitó qué tema le iban a plantear a Martínez, más allá de la genérica acusación de que era violento y tenía problemas en el barrio. O cuando Alexis Mildenberger no supo cómo evadir la pregunta de la defensa, que respondió con evasivas, respecto a por qué le dio positivo el examen del dermotest para determinar si disparó un arma si, como afirmaron, fueron desarmados a dialogar para pacificar. En otras debilitaron uno de los puntos fuertes de Dato y Saint Paul, consistente en que fueron pacíficamente a dialogar y fueron recibidos con disparos y que la agresión al hijo del acusado ocurrió luego de los disparos y no antes.

Los tres testigos-víctimas reconocieron que Bertoldi llegó al lugar y comenzó a arrojar piedras contra la casa de Martínez. También dijeron que no llevaron armas, no obstante, dentro del auto Fiat Uno en el que llegaron a la casa de Martínez había un cuchillo del que no pudieron dar precisiones respecto a su presencia en el rodado.

Alejandro Mildenberger manifestó que dio cuenta de un incidente ocurrido el día antes del conflicto en el que murió Bertoldi, cuando junto a Marcos Velázquez estaban juntando firmas en la plaza del barrio para solicitar unas obras para los vecinos. Sin embargo, reconoció que no radicó ninguna denuncia. Al día siguiente decidió ir a “dialogar” junto a su hijo y su sobrino –ambos reconocieron que ese sábado llegaron alrededor de las 10 a la casa de Mildenberger padre porque habían salido a bailar–, y Bertoldi, a quien manifestó que “no pude controlar”.

El debate continuará este miércoles 27 de septiembre, a partir de las 8.30, con el testimonio de los efectivos que arribaron al lugar del hecho.

LOS HECHOS

Todo ocurrió en una casa ubicada en barrio Las Chacras, en la zona de Avenida Circunvalación y Avenida Almafuerte, en el este de Paraná, el 5 de febrero. La causa se complicó porque Fiscalía solicitó cambiar la calificación legal que se le dio al hecho en la primera etapa de la Investigación Penal Preparatoria (IPP), cuando Martínez fue indagado, imputado y su legajo remitido a juicio, por el presunto delito de Homicidio en grado de tentativa. Fue ante el deceso de Bertoldi, cuando la jueza de Garantías de Paraná, Paola Firpo, había remitido el legajo a juicio por jurados por aquella calificación.

El mismo día de la remisión, el 2 de agosto, la víctima falleció en el Hospital San Martín de Paraná, donde estaba internado desde el 5 de febrero.