En la Legislatura de la provincia de Santa Fe se trata el proyecto de Ley de Tratamiento de Efluentes Cloacales para los municipios. Esta iniciativa pretende que se prohíba tirar desechos cloacales al río sin tratamiento y que se preserve el medio ambiente.
El proyecto se da en el marco de que, en Rosario, por ejemplo, según el movimiento socioambiental XR se arrojan diariamente al agua "400 millones de litros de desechos". Esto representa un mil por ciento más de personas que las que habitaban la zona hace 100 años, cuando comenzaron a funcionar los desagües cloacales.
A su vez, este medio dio cuenta mediante imágenes tomadas en noviembre de 2022 que, a la altura de avenida Francia y el Río, una de las zonas más top de Rosario, se mezclaba el color marrón del Paraná con otro tono más oscuro proveniente del Emisario 9, que vierte residuos pluviales y cloacales directamente al agua sin tratamiento alguno.
Frente a este escenario, la empresa Aguas Santafesinas admitió que el sistema actual en Rosario "es propio de un paradigma de principios del siglo pasado" cuando se hicieron los primeros desagües, pero "no interfiere con el proceso de potabilización del agua".
Pese a que se estén volcando millones de litros de aguas servidas, la compañía confirmó que "no hay riesgo de tomar el agua", por dos motivos: el primero es que el Paraná tiene una "gran capacidad de diluir los líquidos pasando prácticamente inadvertidos" y, el segundo, es que "las tomas de captación de agua están por encima de donde se vierten los mismos".
La nueva ley
La iniciativa que está actualmente en debate en la Legislatura provincial, de autoría del bloque Igualdad de Rubén Giustiniani, tiene un aspecto de Salud Pública como de preservación del ambiente. Y busca que se apruebe y que rija para los municipios de Santa Fe y Rosario, porque la mayor cantidad de personas reside en estas zonas.
Según explicó a este medio, la diputada Agustina Donnet, lo que dispone el proyecto que presentaron y que está en discusión abarca los siguientes puntos:
-La prohibición de descarga de efluentes cloacales sin tratamiento previo generados en los municipios.
-Establece obligación de Aguas Santafesinas de disponer de las instalaciones físicas de aquellas plantas que vayan a realizar el tratamiento de efluentes y, además, la obligación de gestionarlas y llevar a cabo esta apolítica de Estado para la generación de biogás como de abono agrícola.
-Control de calidad del proceso por parte del Enress, que es el ente regulador de los servicios sanitarios de la provincia, que debe constatar que se cumpla con los límites de vertidos en los cuerpos receptores y debe establecer los procedimientos para aplicación de las sanciones antes infracciones que puedan detectarse en el momento de la aplicación de esta política.
"Lamentablemente hoy en día el tratamiento de los efluentes residenciales consta de una simple rejilla que separa los sólidos, previo al bombeo a las redes. Con el argumento de que los efluentes son vertidos a cuerpos receptores de gran porte, no se ha hecho ningún tipo de tratamiento o control hasta la fecha", añadió la diputada.
"Pero hay un contexto hoy que obliga a que se establezca una política de largo plazo y que contemple todas las características sobre las denuncias de los vecinos y vecinas por lo intomable del agua, por ejemplo, junto con ONGs ambientalistas", concluyó.
Proyecto de planta
La empresa Aguas Santafesinas SA presentó este año un proyecto de obra en la Nación que, actualmente, está bajo análisis para asignarle recursos. Este medio pudo acceder al documento que se presentó, en el cual se detallan los lineamientos principales que se pretenden ejecutar y el presupuesto que debería destinarse al proyecto actualizado, a junio de este año, que alcanza los 11.800 millones de pesos con IVA incluido, aunque puede modificarse de acuerdo a la inflación.
La iniciativa de la planta fue realizada y presentada por la empresa Aguas Santafesinas, aunque la firma no posee de los recursos para la inversión. Por eso, es la Provincia o la Nación la que debe hacerse cargo. En la escala de estas obras que son tan costosas, por lo general, se busca financiamiento internacional.
El proyecto, que ya se presentó, se encuentra bajo análisis y propone el armado de una planta que lograría tratar el 40% de los efluentes cloacales vertidos en Rosario.
Para llevarlo a cabo es necesario que el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa) apruebe el proyecto y que Nación adjudique la obra con recursos para que se pueda realizar el llamado a licitación y, así, avanzar con la iniciativa, que se viene prometiendo desde hace años.
Según indica la presentación de Aguas Santafesinas, estos son sus principales objetivos:
-La cuenca cubre la mayor parte de la zona sur y alberga el 29 % de los habitantes del área servida de la ciudad.
-El objetivo del proyecto es sanear la cuenca del Emisario Sur mediante la gestión de los líquidos pluviocloacales, con la separación de efluentes cloacales y su pretratamiento, previo al vuelco al Paraná.
-Implica un beneficio actual para 287.000 habitantes, con una proyección a 356.000 en el año 2050.
En esta línea, también se realiza un señalamiento de cuáles serían las etapas que abarcaría el plan que diseñó Aguas:
-Reconstrucción del Emisario pluvial en hormigón armado hasta descarga en el río Paraná.
-Cámara de separación de los líquidos provenientes del Emisario Sur en cloacales y pluviales.
-Colector de derivación de los líquidos cloacales hacia una estación de bombeo cloacal.
-Estación de bombeo de ingreso a Planta de tratamiento, cámara de carga y tubería de descarga directa al río (a construirse todo dentro del predio de la futura planta depuradora).
-Obras complementarias.
-Planta Depuradora de Líquidos Cloacales (PDLC): Pretratamiento.
-Emisario subfluvial de descarga de líquido tratado.
-Obras complementarias.
Inversión estimada: 11.800 millones de pesos a junio 2023 (IVA incluido).
"El agua es potable"
La empresa admitió que el sistema actual en Rosario "es propio de un paradigma de principios del siglo pasado" cuando se hicieron los primeros desagües, pero "no interfiere con el proceso de potabilización del agua".
Pese a que se estén volcando millones de litros de aguas servidas, la compañía confirmó que "no hay riesgo de tomar el agua", por dos motivos: el primero es que el Paraná tiene una "gran capacidad de diluir los líquidos pasando prácticamente inadvertidos" y, el segundo, es que "las tomas de captación de agua están por encima de donde se vierten los mismos".
Hay que tener en cuenta que normalmente el río tiene 14 mil metros cúbicos por segundo de caudal -ahora con la bajante se ubica en torno a 10 mil-, es decir, que cada vez que uno parpadea pasan entre 10 y 14 millones de litros de agua.
No obstante, aceptan que "no tenemos el sistema ideal", sobre todo sabiendo que hay un principio ambiental que indica que "todo lo que vos tomás del medio ambiente, lo tenés que devolver en iguales condiciones", por lo tanto, "nosotros deberíamos hacer lo mismo en este tema".