En la jornada del lunes se llevará adelante la audiencia en la cual el fiscal Iván Raposo solicitará la prisión preventiva de Marcelo G. como autor material del crimen de su esposa Stella Eidner. Todos los elementos y pruebas colectadas hasta el momento indicarían que se trató de un femicidio premeditado, donde el hombre planeó todos los pasos a seguir, pero su coartada duró pocas horas, y quedó expuesto mientras fueron pasando los minutos y surgiendo las preguntas por parte de los investigadores.
Cortes en un dedo y en el brazo, la vaina del cuchillo en el baúl del auto, prendas de vestir con manchas de sangre y finalmente el arma blanca encontrada en el lugar de trabajo, fueron todos los elementos y evidencias que colectaron desde fiscalía para proceder a la detención en las primeras horas de la tarde del jueves.
Crónica del femicidio
La muerte de Stella Eidner se registró a las 5:40 horas cuando aún no había amanecido. La mujer salió de su casa ubicada en calle Chile al 1.200 para dirigirse a su lugar de trabajo, el Hospital Dr. Gutiérrez de Venado Tuerto. A los pocos metros, al llegar a la esquina y cuando aún estaba con su motocicleta en la vereda, fue atacada por una persona que le propinó seis puñaladas y huyó corriendo.
La mujer desesperada gritó. Uno de sus hijos que se encontraba en el interior de la vivienda salió a la calle y se encontró con el desgarrador escenario de su madre caída en el suelo a dos metros de la puerta de acceso a la casa sin vida.
En tanto, la motocicleta quedó a la vuelta de la esquina, junto a una mochila de la víctima.
Fueron pasando los minutos y comenzaron a llegar familiares, amigos y vecinos, que estaban conmovidos por lo ocurrido. Se repitieron escenas de abrazos y de llanto durante toda la mañana.
Primeros indicios
A los pocos minutos al lugar arribó el fiscal Iván Raposo, luego el jefe regional, Matías Merlo, y teniendo en cuenta la gravedad del caso, cerca de las 9 horas se sumaron Eduardo Lago y Horacio Puyrredón.
Personal de criminalística valló la zona del crimen, comprendiendo el lugar donde se encontraba la motocicleta, el casco, una zapatilla (todo por calle Cerrito), y el lugar donde cayó la víctima (por Chile).
Minutos más tarde, personal de Científica realizó pericias en un automóvil Corsa de color blanco, perteneciente a la familia, que se encontraba estacionada frente a la vivienda, tanto en el habitáculo como en el baúl.
Y ya cerca de las 9:20, tras intercambiar opiniones entre peritos y fiscales, decidieron ampliar la zona de vallado y proceder a peritar el interior de la vivienda familiar, algo que sorprendió a muchos de los presentes.
Luego, con perros de la Sección Canes de la Unidad Regional VIII, entrenados en rastros, lograron hallar muestras de sangre entre unos silos en desuso dentro del predio de las vías del ferrocarril a la altura de calle Ayacucho. Y posteriormente dentro del predio de Ricedal, en cercanía de Ruta Nacional 8, en el interior de un galpón hallaron ropa con sangre y el cuchillo con el que se habría cometido el femicidio.
¿Femicidio planeado?
La hipótesis principal consiste en que Marcelo se levantó a las 5 de la mañana, más temprano de lo habitual. Tomó el automóvil y lo dejó estacionado por calle Cerrito a poco más de 100 metros de la vivienda familiar. En ese momento regresó y se escondió detrás de un pallet de ladrillos y un bolsón con arena, a esperar que Stella vaya a trabajar.
La víctima salió de su casa en moto. Fue por la vereda de calle Chile, dobló por Cerrito y en ese momento fue sorprendida por Marcelo que le propinó seis puñaladas mortales. Producto de los gritos, el hijo de la mujer salió al patio y por arriba del tapial le arrojó una pala al agresor, sin saber que era su padre, quien de inmediato salió corriendo.
Las heridas fueron mortales. Stella cayó a los pocos metros y cuando su hijo intentó asistirla, ya no tenía signos vitales.
Marcelo se dirigió a su lugar de trabajo, a unos 200 metros de distancia de la vivienda familiar. Ahí descartó las prendas de vestir manchadas de sangre y el cuchillo (ambos elementos encontrados por los perros). A los pocos minutos un vecino fue corriendo a avisarle que habían matado a su mujer.
El ahora detenido y principal sospecho llegó a la escena del crimen como víctima. Comenzó a abrazarse con sus hijos, su suegro y todos los vecinos y amigos que comenzaron a llegar al lugar.
Tenía un corte en un dedo y en el brazo. Adujo haber sufrido un pequeño accidente laboral. Se instaló rápidamente la teoría de la “tentativa de robo”, pero cuando los fiscales comenzaron a hablar con Marcelo detectaron un relato poco sólido, con una coartada no muy convincente. La hipótesis del femicidio comenzó a tomar fuerza, y finalmente el hombre fue detenido como el principal sospecho del hecho.