En la tarde del miércoles 18 de octubre, en el Centro de Justicia Penal ubicado en la zona sur de Rosario, el por ahora único detenido por el crimen de Ivana Garcilazo, la simpatizante de Rosario Central que murió tras recibir un piedrazo en el cráneo en el atardecer del 30 de septiembre pasado, cuando volvía a su casa luego de presenciar el partido entre Rosario Central y Newell’s Old Boys, fue acusado como uno de los autores del asesinato. El fiscal del caso, Gastón Ávila, pidió que quede en prisión preventiva por el plazo de ley (dos años), solicitud que fue avalada por el juez Florentino Malaponte.
En el marco de una audiencia celebrada en la sala 10 del Centro de Justicia, en la que estuvieron presentes familiares de la mujer de 32 años asesinada hace casi 3 semanas en calle Ovidio Lagos al 1600, entre Montevideo y avenida Pellegrini, el profesor de educación física Ariel Cabrera, fue imputado como uno de los tres atacantes que tiraron piedras y le causaron la muerte a Ivana.
Afuera, una importante cantidad de amigos, compañeros de trabajo y familiares de la mujer acompañaron la exposición del fiscal con redoblantes y bocinas, mientras iban escuchando como podían el relato de lo que pasaba en el interior del edificio ubicado en Mitre y Virasoro.
En una larga exposición, el fiscal Ávila le atribuyó a Cabrera el delito de «homicidio agravado por ser cometido con ocasión de espectáculo deportivo, en grado consumado en carácter de coautor».
En base a la investigación, el fiscal contó que Cabrera se juntó en la tarde del sábado 30 de septiembre con Damián Reifenstuel y al menos otro masculino todavía no identificado, en una vivienda ubicada en inmediaciones de Catamarca e Iriondo, de barrio Pichincha, en el macrocentro de Rosario, para ver el partido de fútbol profesional entre los clubes Rosario Central y Newell’s Old Boys.
Al finalizar el partido, en el que Central se impuso por 1 a 0, los tres hombres se dirigieron hasta la intersección de Montevideo y Ovidio Lagos de Rosario. En esos momentos, Ivana Garcilazo, al igual que otras personas y vehículos, transitaba por Ovidio Lagos en sentido norte-sur en una moto, y al ver venir a la mujer con ropa que la identificaba como simpatizante de Rosario Central, Cabrera, Reifenstuel y el tercer hombre “en forma conjunta, tomaron baldosas de la vereda y las arrojaron violentamente contra la humanidad de la mujer, asumiendo y aceptando la posibilidad cierta y probable de provocar su fallecimiento, tanto por el impacto directo de las piedras a la persona que se encontraba en movimiento como por la posibilidad de hacerla perder el control del motovehículo e impactar contra el pavimento o ser arrollada por un vehículo”, sostuvo el fiscal.
“La víctima sufrió un impacto en el cráneo que le causó un traumatismo encéfalo craneano grave y le produjo la muerte, por lo que cayó desplomada de su moto en el lugar”, agregó. Mientras eso sucedía, Damián Reifenstuel y la tercera persona (todavía no identificada) huyeron del lugar por calle Montevideo al oeste, mientras que Ariel Cabrera se acercó con intenciones de agredir al novio de la víctima, quien en ese momento detuvo su marcha en el lugar para auxiliar a su pareja.
Según relató el fiscal, “el novio de la víctima se defendió con una linga negra que tenía en su poder, la cual luego de un forcejeo quedó en manos de Cabrera, quien huyó del lugar por calle Montevideo con dirección al este y antes de llegar a calle Callao la arrojó en un árbol en la vía pública”.
Luego de finalizada la audiencia, el fiscal Gastón Ávila dijo a la prensa que Cabrera no modificó su rutina desde el día 1, como sí lo hizo Reifenstuel, y “continuó trabajando en el Club Social Lux (donde daba clases de educación física). El punto de inflexión es cuando se dan a conocer los videos, una vez que se dan las imágenes es donde nosotros notamos el cambio total: físico, de rutina y del lugar de residencia”. Tras aclarar que no se pudo precisar donde estuvo durante 48 horas, “finalmente se sintió acorralado, su cara y su nombre estaban en todos los medios públicos, no podía ir al trabajo, no podía estar con su familia que ya le habíamos allanado todos los domicilios y decidió presentarse”.
El rol del 911
En el marco de la rueda de prensa, el funcionario judicial sostuvo que él interpreta que hubo una actitud irregular del operador que estaba de turno en el sistema 911 en el atardecer y noche del sábado 30. ´
“Un taxista ve lo que sucede y decide ir a perseguir a dos de las personas que se fueron por calle Montevideo hacia el lado de Riccheri. Como obviamente él no puede (por el sentido de circulación), retrocede, marcha atrás, da la vuelta por Ovidio Lagos y Pellegrini y toma a Riccheri y vuelve a ver a estas dos personas, que se dividen y decide seguir a una de ellas, a la de rojo, a Reifenstuel”, relató.
“Llama al 911 y le dice, «te quiero avisar que le pegaron un piedrazo a una mujer que había ido a Lagos de Montevideo, la chica está herida y estoy persiguiendo al autor». Le pide más datos el operador, le explica cómo es la situación, le dice, «bueno, ya te mando el móvil». «Pero ¿a dónde vas a mandar el móvil?», le pregunta el taxista con buen criterio. Le dice, ¿a Lagos y Montevideo? Le dice, «no, no, mándamelo acá a calle Riccheri y Zeballos que lo estoy persiguiendo, lo estoy viendo, quiero que atrapes a la persona que fue». Y ahí (el operador) le contesta: «nosotros vamos a hacer nuestro trabajo y le corta el teléfono». Lo cierto es que, a partir de esta situación, considero yo que lo que podría haber sido una fácil aprehensión de una persona que estaba huyendo a pie a pocas cuadras del lugar del hecho, por una mala gestión de la llamada del 911, se perdió esa oportunidad y hoy estamos lamentándonos de no tener a Reifenstuel en el banquillo de los acusados”, resaltó.
¿Dónde está Damián?
Y respecto a Damián Reifenstuel, el fiscal dijo que “no pasó por un paso migratorio custodiado por Argentina, pero tenemos información fehaciente y consideramos que es altamente probable de que haya cruzado a través de la localidad de Salvador Mazza (Salta) a Bolivia”.
Ante esta posibilidad, se hizo un pedido de alerta roja a Interpol de detención y captura internacional. “Hemos alertado a las autoridades de Bolivia, estamos solicitando la cooperación internacional con el país vecino para poder dar con la captura de esta persona, tenemos elementos que son serios, que son fehacientes, que nos permiten afirmar esta circunstancia y que lo habría hecho aproximadamente hace 10 días, es decir, antes de que se viralicen las imágenes”, aclaró.
Además, opinó que desde el día 1 decidió un plan de fuga: “Dejó de utilizar su teléfono celular, renunció a su trabajo, faltó a cualquier lugar habitual y entendemos que tomó la decisión de cruzar por algún paso clandestino hacia Bolivia”.