Marco Trugelliti era un jovencito que jugaba muy bien al tenis y había decidido abandonar la calma de su Santiago del Estero natal. Como a todos, su inserción en el circuito no fue fácil. Había sido sparring del equipo argentino que obtuvo la ansiada Ensaladera en 2016, con la obtención de la Davis. Pero su vida cambiaría en el momento en que decidió denunciar el arreglo de partidos.
Despreciado y marginado, Trungelitti empezó a pagar un caro precio. El estrés lo afectó y ya su carrera no fue la misma, a pesar de que sigue incursionando en los Challenger y de hecho estuvo en Santa Fe participando de esta segunda edición. Recibió muy poco apoyo de sus colegas. Apenas McEnroe en su momento y Djokovic se mostraron solidarios con él.
“Está bastante claro el mensaje que me dejaron con lo que pasó. Muchos jugadores con los que he hablado me han dicho que viendo lo que me pasó no van a denunciar nada. Y eso es precisamente lo que las organizaciones estaban buscando: que nadie más denuncie y así se acabaron los problemas. El mensaje fue clarísimo. ‘Si vas a denunciar te dejamos absolutamente sólo y, si te matan mañana, a nosotros nos da igual’. Y eso es lo que está pasando. Estamos en un monopolio en el que es imposible que las cosas se hagan correctas”, dijo Trungelliti en su momento.
Se siente a gusto en Santa Fe jugando el Challenger. Se nota que le gusta el ambiente. Muchos vienen a saludarlo. Saben quién es, qué hizo y cuáles son los riesgos que se animó a correr. A los 33 años, Trungelliti sabe que está atravesando ya la parte final de su carrera como tenista, aunque todo lo vivido no le hace pensar que en el futuro se desligará por completo del deporte.
-¿Seguís estando incómodo en la Argentina?
-En el interior, no. Santiago del Estero es una ciudad chiquita y tiene cierta similitud con Santa Fe. En Buenos Aires viví diez años y nunca fue mi casa. No es el lugar ideal para mí, al menos en lo mental. Me sentí siempre muy incómodo. Mi casa está en Andorra, allí están mi esposa y mi hijo y todo gira alrededor de Andorra. Y trato de jugar cerquita de allí.
-¿Pagaste un caro precio por decirle no a la trampa y a la corrupción?
-Si. Pero el sistema no estaba preparado para lo que yo hice… Por eso, el estrés y las lesiones me complicaron… ¡Y aparte, el señalamiento, la manera en que me apuntaron…! Fue un aprendizaje bien áspero y estuve muy cerquita de dejar el tenis… Y acá estoy, luchando todavía…
-Le dijiste que no a una red de arreglo de partidos. ¿Te sentiste marginado o proscripto por haberlo hecho?
-Si… Pero me pasó mucho en Argentina… Afuera no tanto, porque algunos no se enteraron, otros no le dieron bolilla y a otros les pareció bastante estúpido que me trataran como me trataron en mi país… Yo esperaba cierta represalia por hacer lo hice, pero no esperé tanto maltrato… Hay que aceptar lo que pasó y la pena es que el mensaje que mandan todas las entidades del tenis es desastroso… ¡No te ayudan ni un poquito!... Y ojo que cuando hablo de ayuda, me refiero a alguna palmadita en la espalda, nada más que eso…
-Djokovic, un número 1, salió a bancarte. ¿De quién esperabas una ayuda o un respaldo que nunca llegó?
-… Primero, de las entidades en general… Esperaba que sean más enfáticos y que tomen posiciones… La ATP nunca dijo nada, la ITF tampoco… Lo de la Asociación fue muy tibio, muy frio… Y creo que ellos son los que más debieron salir a demostrar para qué carajo están…
-Somos una tierra de grandes tenistas que llegaron a lo más alto, ¿hay alguno que te haya llamado?
-Leo Mayer, Delbonis, Del Potro… Ellos me aportaron algunas cositas que me hicieron sentir bien… Gracias a Dios las generaciones van cambiando, los que me ningunearon ya no están y los chicos más nuevitos van viendo con claridad lo que pasó y van sabiendo quién pateó el tablero y quién no… Yo puedo mirar a mi hijo a los ojos sin decirle cómo me porté y eso es lo que me gratifica… Y lo mismo a mi esposa… Eso es lo que me reconforta.
-¿En algún momento te arrepentiste?
-¡Nunca!... Me habría arrepentido si no lo hacía… Me habría carcomido la conciencia… De lo que me arrepiento es de no haber estado más preparado para soportar lo que iba a venir… Pensé que el tenis iba a estar más preparado para bancarme y me llevé portazos por todos lados.
-¿El tenis no le escapa a las generales de la ley?
-Tanto nos quejamos del mundo y de los políticos, que el tenis está igual…
-Llegaste a estar 112 en el ránking, ¿esto que pasa en tenis pasa en todos los deportes?
-Si… Se van destapando muchas cosas… Pasó en la NBA, pasó en fútbol con lo que ocurrió en Bolivia que fue un papelón, un bochorno, y así podría seguir mencionando otros casos… Volviendo a lo que te decía antes, en la pregunta pasada, el sistema es muy enfermizo. Si los políticos derivaran el dinero hacia el lugar que tiene que ir, tendríamos otra vida, más hospitales y menos hambre… Pero va a su propio bolsillo… Hay mucha corrupción… Y cuando empiezan a percibir ese dinero, es difícil que salgan de ahí.
-El tenista es, de por sí, alguien solitario. ¿En tu caso fue más solitario todavía?
-Yo necesité de un apoyo que no existió… Ahora, con la ATPA que es el sindicato que está creando Djokovic, hay algo más de ese apoyo y solidaridad.
-¿Tenés la vida hecha?
-El tenis es un deporte que, en cuatro o cinco años, va a formar parte de mi pasado y ya no va a volver. Por eso, quiero gastar todos los cartuchos hasta que pueda… No quiero quedarme con nada guardado… Quiero disfrutar un poco más… ¿Necesidades económicas?, sí y no a la vez. Yo necesito un kinesiólogo todos los días y necesito que haya gente que me acompañe. Para eso sí necesito dinero.
-¿Vas a seguir ligado al tenis cuando te retires?
-Sería bueno que no sea así, pero la realidad es que hay pocas cosas en la vida que podría hacer mejor, porque toda mi vida estuve en esto, me conocen, y si me dedico a otra cosa tendré que arrancar de cero… Y no sé si a eso lo voy a tolerar… Si puedo elegir, preferiría que no.
-¿Era más productivo para vos jugar a perder que jugar a ganar?
-¡Claro…! A corto plazo, seguro que sí, pero a largo plazo no, porque o te agarran, o vas perdiendo ránking y hay algunos “jueguitos” ahí que no conozco tanto en profundidad… Al momento sí, porque vas a ganar 500 veces más yendo a menos que jugando el partido y perdiéndolo, ¿se entiende?... Y no digo 500 veces por exagerar o por tirar una cifra, sino que es eso: ¡500 veces más!… Pasa como con los políticos, que tienen un sueldo bárbaro pero, aún así, siguen percibiendo cosas por el costado que son 100 veces más el sueldo que deben tener… No es el tenis en general, sino claramente la mentalidad nuestra de caer en la tentación…
-¿Qué porcentaje de tenistas aceptan este tipo de ofrecimientos?
-Es difícil dar un porcentaje, pero te puedo asegurar que hay, al menos, un partido por día que está siendo arreglado… Es una percepción por lo que conozco, por lo que veo… Hay no sólo tenistas, sino también entrenadores… Porque te digo una cosa: muchas veces los chicos no tienen ni idea, pero son los mismos entrenadores los que los impulsan a meterse ahí adentro.