La Educación Domiciliaria y Hospitalaria se define como la modalidad del sistema educativo en los niveles de Educación Inicial, Primaria, Secundaria y sus modalidades, jóvenes y adultos y modalidad especial, destinada a garantizar el derecho a la educación de los/as alumnos/as, que, por razones de salud, se ven imposibilitados/as de asistir con regularidad a una institución educativa en los niveles de la educación obligatoria (Ley de Educación Nacional Nº 26.206).

Analía Giles, referente de la modalidad Educación Domiciliaria y Hospitalaria en Villaguay, dialogó con Mirador Entre Ríos y definió que este aporte tiene como objetivo “garantizar la trayectoria educativa de los estudiantes”. Y explicó que “por conformidad de la familia, con un certificado médico presentado en la escuela de origen del estudiante se permite el ingreso de personal al domicilio. Previamente desde la Dirección Departamental de Escuelas se busca el pedido y se comunica a la docente, se realiza la entrevista y se firma el acta acuerdo pactándose los horarios y metodología de trabajo de la escuela”.

“En realidad se dan múltiples casos y siempre el docente debe estar acompañado por un adulto porque se trata de alumnos de nivel primario o inicial. En el caso de profesores domiciliarios y hospitalarios sus horas son determinadas por concurso de acuerdo con la normativa y tienen nexo con la asesora pedagógica tutora o directivo del establecimiento al que concurren los alumnos”.

VISIÓN INTEGRAL

La docente mencionó que “lo primero es adaptarse a la situación para desarrollar la actividad educativa porque no es lo mismo un chico con fractura a quien tiene leucemia, por eso vamos a trabajar con el estudiante y su familia y si no se sienten bien hay que dejar de lado la enseñanza formal para acompañar lo emocional, si bien no somos psicólogos, los docentes de la modalidad domiciliaria tenemos la mirada puesta en cómo está la persona y el entorno en el cual desarrollamos nuestra tarea. Si no se sienten bien hay que levantar el ánimo y los contenidos se darán en la próxima clase”.

La referente educativa recalcó que “tenemos una mirada integral desde el punto de vista humano de la persona, no siempre es color de rosa, porque hay distintos contextos, carencias, falencias y situaciones en la cuales hay que respirar y seguir con la trayectoria para que el alumno no pierda su ciclo lectivo. Hay que buscar indagar y para eso uno va preparado con la metodología de trabajo, sin embargo, se puede encontrar en el domicilio o también en el hospital con momentos tristes, con caritas que dicen ‘me quiero ir’, porque están asustados”.

UNA TAREA ESPECIAL

En otro tramo del diálogo, la docente recordó: “Cuando ingresé a esta actividad, el coordinador era Marcelo Jáuregui Vera, una excelente persona, quien me enseño mucho y con el tiempo surgió la capacitación en el domicilio y el hospital. Todo es nuevo al tener que enfrentar la situación dentro de un lazo afectivo y educativo en los cuales no debe romperse la articulación, es decir el vínculo escuela de origen del niño, la docente que lo conoce y la docente que le da clases. Se trata que el estudiante pertenece a una institución y nosotros somos un pasaje de ayuda quienes damos un empujoncito. Esto incide, sin dudas, en la salud de los chicos. En casos extremos por enfermedades complicadas uno tiene que estar muchas veces poniendo el hombro para ayudar a paliar el sufrimiento”.

Actualmente realizamos, por ejemplo, tareas para estudiantes de la escuela técnica Etchebarne, escuela agrotécnica Urquiza e incluso para el Instituto La Inmaculada o Buen Pastor, sean públicas o privadas esta modalidad está al alcance de todas las instituciones que necesiten el servicio de articulación porque nuestro objetivo es que el alumno continúe con su trayectoria. Es muy importante decir que los docentes de esta modalidad no evaluamos, sino que hacemos informes del tiempo que nos toca actuar y es el docente de cada establecimiento que está a cargo quien pone la nota. En la escuela, los asesores pedagógicos nos dan los contenidos para que se puedan equiparar con los enseñados en el aula”.

EQUIPO Y OBJETIVOS

El objetivo de esta modalidad es garantizar a los estudiantes la igualdad de oportunidades, permitiendo la continuidad de sus estudios, resguardando sus trayectorias escolares. Mantener y propiciar el vínculo con la escuela del alumno, en pos de su reinserción. También reducir el ausentismo, la repitencia y la deserción escolar provocada por la enfermedad.

El equipo, actualmente, está constituido por Analía Giles, referente de la modalidad; y las docentes: Silvana Meichtry, María Laura Daubert, Carina Benítez, Antonella Amarillo, Paulina Giles, Marta Medina, Giuliana Fink, Vanina López, Jorgelina Miño, María Lorena Jáuregui.

NUEVOS APRENDIZAJES

En esta actividad deben tener en cuenta los procesos de relación y socialización de los alumnos, necesarios para su desarrollo, proyectando al estudiante hacia el futuro y la vida. Y no deben dejar de lado resignificar la situación adversa habilitando nuevos aprendizajes que favorezcan la promoción, prevención y cuidado de la propia salud.

Según las propias experiencias de la modalidad Domiciliaria y Hospitalaria, se pueden encontrar distintas formas organizativas que asumen dos formas básicas: Escuela y Servicios educativos. En cuanto a estos últimos son: Servicios educativos hospitalarios, servicios educativos domiciliarios, servicios educativos domiciliarios y hospitalarios.

Cabe destacar que son cinco los docentes que concurren al Hospital Santa Rosa de Villaguay (Sala de Pediatría) donde trabajan con los estudiantes en situación de enfermedad, como también las docentes que concurren a los domicilios cuando lo requieran previamente con un certificado médico.

A esta tarea se suman los tutores domiciliarios, del nivel secundario que concurren a los domicilios de dichos estudiantes en situación de enfermedad, previo certificado médico.